Cosme González (@CosmeGonzalez)
El
equipo del Cruz Azul llegó al estadio Jalisco para enfrentar al Atlas. Los
visitantes, desde el mismo primer tiempo, buscaron ganar el encuentro, con un
trazo largo desde medio campo y tras ganarle la espalda al lateral derecho de
los rojinegros -quien no hizo un perfil adecuado- se pusieron arriba los
azules. Un partido, al final, que Cruz Azul ganó 2 a 0, y un Tomas Boy que
tiene razones para el festejo.
1. Superioridad numérica
Para
mantener la ventaja, los cementeros siempre hicieron superioridad numérica en
defensa, tanto por derecha con Mendoza, ayudado por Aldo Leao, como por
izquierda con Rojas, apoyado por Vázquez o Baca, en repetidas ocasiones se veía
un 2 contra 1, y a veces hasta un 3 contra 1, y como se muestra en la imagen un
3 contra 2, pero siempre con superioridad y cerrando espacios.
2. 1-4-1-4-1
Cruz
Azul inició el encuentro con su tradicional 1-4-3-3, con Rodríguez y Domínguez
en la central, lateral derecho Mendoza y por izquierda Rojas; Baca, Leao y
Vázquez en medio campo, arriba como extremos Giménez y Guerrón, y en punta
Benítez. Pero, tras ponerse arriba en el
marcador, se reagrupó con un 1-4-1-4-1, dejando solo en punta a Benítez, medio
campo estaba Aldo Leao y Vázquez como interiores, como volante por derecha Guerrón,
y por izquierda Giménez. En esta ocasión, Baca se situó libre entre las líneas
de medio campo y los defensas.
3. Tercer Hombre
Una
vez que los rojinegros entraban a la zona donde Cruz Azul hacía la presión, que
era en los últimos 20 metros del terreno de juego, los visitantes ejercían
presión sobre el que tuviera la pelota. Tras la recuperación del balón, Cruz
Azul siempre tenía jugadores libres para ser opción de pase para el hombre que
tenía la pelota. Es así como iniciaban la transición de defensa a ataque y
generar peligro y buscar aumentar la ventaja que ya se tenía.
4. Transición defensa a ataque
Después
de la recuperación del balón, Cruz Azul atacó de dos formas diferentes. La
primera, cuando los rojinegros estaban mal parados, los cementeros buscaban el
contragolpe con las características fundamentales de un buen contraatque:
rapidez, precisión y verticalidad. Se buscaba aprovechar la velocidad de
Guerrón, los buenos movimientos de Benítez, y el buen manejo de balón de
Giménez, Vázquez y Aldo Leao, quienes en la mayoría de las ocasiones eran los
punta de lanza.
La segunda forma de ataque se originaba cuando el Cruz Azul recuperaba el balón y el Atlas estaba bien parado en zona defensiva. Era entonces, que los visitantes buscaban un tránsito lento de balón, con posesiones largas del esférico, circulación de izquierda a derecha, y casi siempre pases cortos al compañero, en algunos ataques de los cementeros se llegó a contar hasta 20 pases para llegar al marco rival.
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