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Fútbol y progreso (@FutbolyProgreso

Todos los años hay una fecha marcada en rojo en el calendario futbolístico, no solo de Europa si no del mundo entero. La final de la Champions League constituye el mayor partido a nivel de clubes en el marco europeo y es visto por millones de personas de todas las partes del globo terráqueo. Esta temporada fue disputada en San Siro. Real Madrid derrotó en penales al Atlético de Madrid.

Un total de cuatro futbolistas brasileños quedaron campeones: Pepe, Marcelo, Danilo y Casemiro. ¿Sabes cuáles son sus orígenes?


Pepe



Los jugadores buenos poco tardan en salir de sus respectivos equipos. En Brasil incluso se puede dar el caso de que no lleguen a debutar en la élite del fútbol nacional o no sean parte de ningún gran club. Miles de ojeadores están pendientes de las promesas incluso en escalafones inferiores y esto es lo que le pasó a este aguerrido central.

Pepe, brasileño de nacimiento, pero que defiende los colores de Portugal en los campeonatos internacionales, apenas se pudo forjar como futbolista en su país natal. Solo conoció un equipo de manera profesional, el Alagoano y prontó pasó a la cantera del Maritimo de Portugal donde, tras una excepcional temporada en la 2001/2002, llegó al primer equipo y de ahí al Oporto por apenas dos millones de euros. Tres años más tarde aterrizó en el Real Madrid por treinta millones de euros. La caja mágica del Oporto.

Marcelo


Tampoco tardó mucho en irse de Brasil Marcelo. A este excepcional lateral izquierdo le bastó tan solo el Brasileirao de 2006 para ser objetivos de clubes europeos, entre ellos el Sevilla (con el que prácticamente lo tuvo hecho) y el Real Madrid que a última hora se interpuso en el camino del conjunto nervionense.

En Fluminense, en el citado año, tampoco llegó a jugar muchos partidos, pero se presuponía un potencial a aquellos que le venían siguiendo desde los escalafones inferiores y prueba de ello son los más de seis millones que pagó el conjunto merengue para hacerse con sus servicios.

Como todo lateral brasileño, y más aún a su temprana edad, le costó adaptarse al juego y estilo europeo, pero con el paso de los años se ha convertido probablemente en el mejor lateral zurdo del mundo o, al menos, en el podium de su posición.


Danilo



Danilo Luiz da Silva si estuvo formándose más años que el resto de sus anteriores compatriotas en Brasil, si bien debutó en la élite muy joven. Forjado en la cantera de América Mineiro, en el 2008 pasó al primer equipo de Minas Gerais, pero no fue titular indiscutible en el equipo de su vida. No obstante le sirvió para ser fichado por Santos en 2010 por una cifra cercana a novencientos mil euros.

En Santos permaneció un año, puesto que el Oporto lo adquirió por 13 millones de euros. Sin embargo, finalmente estuvo hasta final del año 2011 ya que lo cedió al conjunto paulista, en buena medida para que pudiese jugar la Copa Intercontinental que posteriormente perdieron contra el Fútbol Club Barcelona.

En Oporto ha destacado su capacidad anotadora y de otorgar asistencia, y ahora en el Real Madrid intentará ser un homólogo de Marcelo en la banda diestra.

Casemiro


Al igual que Danilo, Casemiro estuvo entorno a tres años en la élite del fútbol de Brasil, ganando experiencia antes de dar el salto al Real Madrid Castilla en el año 2013 por seis millones de euros.

Este pivote que está dando este año un gran rendimiento y más aun si lo comparamos con campañas anteriores, donde se llegó a dudar de su capacidad para ser futbolista del conjunto blanco.

Se crió en la cantera de Sao Paulo, con el que llegó a debutar como profesional y consiguió su único título en el continente, la Copa Sudamericana. Llegó al filial del conjunto madridista a modo de cesión en el mercado invernal de la 2012/2013 y cinco meses después lo ficharon por seis millones de euros.

Fogueado en el Oporto de Lopetegui, ha vuelto al Bernabeu atrapando la titularidad de manera silenciosa, pese a no tener, a priori, ese nombre galáctico que ostentan Kroos o Modric. Un ejemplo de que, con trabajo y constancia, el hacerse un hueco en el mundo del fútbol se hace un poco menos difícil.


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