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Víctor Grao (@VictorGrao)

Francesco Stifano consiguió su primer título como profesional en el Torneo Adecuación 2015. Tal como lo dijo el nombre del torneo, el caraqueño se adecuó a un estilo de juego, una forma determinada que potenció el nivel del Zamora, después de tener altibajos en sus inicios en la primera división de Venezuela.

El día de su primer título le recuerdo como saltaba continuamente, cual niño en Navidad luego de recibir sus regalos un 25 de diciembre. Abrazaba a compañeros, no compañeros, daba declaraciones y besaba a su familia. Su esposa e hijos le perseguían para intercambiar breves palabras con él, aunque difícilmente lo lograban. Era el centro de atención.

Stifano logró continuar el legado de Sanvicente: mantener al Zamora FC en la cúspide del rentado venezolano.

En la parte técnica hay diferentes tipos de expertos. Adelis Chávez, presidente del Zamora FC, le define: “El profesor a nosotros nos ha demostrado mucho profesionalismo. Es todo un caballero. Tiene una excelente formación familiar. Después que uno lo conoce se da cuenta que es un tipazo. Uno disfruta hablando de fútbol o tomándose un café con él”.

Debe ser por esa formación familiar que Stifano mantiene el rol con su actual núcleo de familia. En aquel título, era difícil distanciarle de su esposa Ana Karina y de sus dos hijos, a quienes buscaba siempre con la mirada. Además de familiar, se considera un tipo romántico: “Soy de esos de regalar una rosa o tomarme una copa de vino, siempre he sido así”, comentó en una entrevista a las Divas del Fútbol en 2014.

Tiene 36 años, vive del fútbol y logró su primer cetro luego de haber dirigido cuatro equipos en primera división: Deportivo La Guaira, Portuguesa, Tucanes y, actualmente, Zamora. Su paso por el conjunto del litoral fue prodigioso en categorías inferiores. Llegó a obtener un invicto de 32 partidos sin perder, récord absoluto en la categoría sub 20.

Michel Ursini, quien fuese jugador de él en su paso por La Guaira (anteriormente Real Esppor) cuenta: “En cuanto a motivación te sacaba lo mejor de ti. En cuanto al trabajo también. A veces teníamos 10 puntos de ventaja sobre el segundo, venían los carnavales y la semana siguiente no se jugaba, pero era trabajo y trabajo. No había descanso”.


Real Esppor en Copa Libertadores sub 20

Se dice que todo pro tiene un contra. Ursini cuenta que es un entrenador sumamente cabalístico, de aquellos que si ganan con un uniforme no lo cambia para no variar su suerte:

“Los viernes antes de los partidos hacíamos algún juego, una vez jugamos kikimbol, perdimos horrible y más nunca volvimos a jugar”.

Esa no era su única cábala. Hay ciertas cosas que realizaba siempre, de manera uniforme a la hora de un partido: “Siempre antes de jugar, él entraba al camerino y le daba la mano a todos los jugadores. Hubo una vez que no estaba en la puerta. Yo ya había entrado al camerino y él volvió a entrar para darme la mano”, cuenta Ursini.

En el mundo del fútbol se ven entrenadores que portan un rosario en la mano y le rezan, otros que al entrar tocan el piso y se persignan, algunos más que ubican los termos de agua de manera específica en el terreno de juego. Como costumbre o como cábala, son patrones que mantienen a lo largo de su carrera.

Pero no solo las cábalas se han mantenido con Stifano. Los éxitos conseguidos por parte del actual entrenador del Zamora también han sido un norte. El estratega caraqueño obtuvo un título sub 20, un campeonato de segunda división y uno en primera. Hubo un ascenso producto de esa constancia.

No todo fue sencillo. Francesco Stifano vivió dos momentos muy complicados en su carrera. El primero fue en su cese como entrenador del Deportivo La Guaira y, después, cuando fue despedido del Portuguesa FC. En ese momento el presidente del club de Acarigua, Genaro Mazzoca, comentó: “sacamos al estratega Stífano porque no estaba a la expectativas de nuestros objetivos en el campeonato, y porque nosotros nacimos para ser grandes y no mediocres”.

Luego del duro golpe, el entrenador conversó con el periodista Erasmo Provenza, con quien tiene una gran relación: “Entre lágrimas me dijo que las cosas no le estaban saliendo como quería, pero que estaba seguro que el fútbol le daría revanchas”. Provenza aprovechó para hacer una retrospectiva: “Yo lo recuerdo cuando yo jugaba en el Santo Tomás de Aquino y él en el Paraíso. Ha crecido muchísimo”, culminó.

Stifano inició su trayectoria como entrenador en el San Agustín del Paraíso, curiosamente por cumplir con el régimen de estudio: “Siempre estuve ligado al colegio, mis comienzos entrenando se dieron, como labor social, en 5to año y luego me quedé formando parte del conjunto de preparadores”. Allí entrenó durante 7 años.


El caraqueño ha mostrado una gran capacidad táctica en la cancha. Sus letales contragolpes lo han llevado al estrellato en La Carolina. El manejo de sus piezas lo han convertido como un entrenador propio de admirar. Aunque aún le queda mucho recorrido, comienza a darse un nombre en el rentado nacional.

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