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Por: Agustín Vigo (@Agusvigo) e Ignacio Vigo (@Nchvigo)

Él no hace goles. Está allí para impedir que se hagan. El gol, fiesta del fútbol: el goleador hace alegrías y el guardameta, el aguafiestas, las deshace. Lleva en la espalda el número uno. ¿Primero en cobrar? Primero en pagar. El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Eduardo Galeano define al arquero de esta forma en uno de sus brillantes cuentos en “El fútbol a sol y sombra”.


A continuación, analizaremos al guardameta, con sus cualidades, destrezas, personalidad e importancia táctica dentro de un equipo, desde el inicio de su carrera hasta su vida profesional. Para dicha caracterización entrevistamos a uno de los mejores en el arco durante el pasado torneo de Primera División, Alejandro “Oso” Sánchez, arquero de Nueva Chicago y recordado por la gran mayoría luego de sus buenas actuaciones ante Boca y Racing.

Alejandro Sánchez comenzó su carrera deportiva en el Club San Lorenzo de Muñiz, lugar al que el “Oso” le guarda un espacio grande en su corazón. Luego estuvo en Platense, donde salió campeón. Emigró a Chile (estuvo cerca de nacionalizarse y jugar para la selección) y regresó al país de la mano de Omar Labruna a Nueva Chicago. Allí consiguió el ascenso a Primera y se consolidó como titular indiscutido.



-En general los chicos se ven atraídos por la pelota y prefieren ser jugadores de campo. ¿Vos elegiste el puesto o te lo impusieron?

No lo elegí, fue natural. Cuando jugaba con mi hermano en Fonavi, él pateaba y yo atajaba. Desde que tengo uso de razón soy arquero y voy a seguir siéndolo toda mi vida. Siempre me gustó el arco, nunca se me cruzó por la cabeza cambiar de puesto.

-Cuando son jóvenes, ¿qué deben trabajar los arqueros?

Depende del desarrollo personal de cada chico, cuando uno es joven lo que se puede trabajar es el tema de los pies. Lo fundamental en los niños es que disfruten, jueguen y se diviertan. A partir de los once años ya se pueden brindar otras herramientas, por ejemplo cómo pararse y resolver situaciones. Pero lo importante es que se diviertan, después en inferiores empieza el stress y los problemas.

-En cuanto a la importancia que hay que darle al resultado en edades tempranas. ¿Qué opinión tenés?

Hasta que no estás en inferiores el resultado no importa. Luego sí porque empiezan las competencias formales. Cuando uno es más grande quiere ganar y conseguir resultados, además la derrota te ayuda a crecer también.

-¿En inferiores hay un trabajo sobre la personalidad del arquero?

La personalidad la construye uno mismo, la modifica con el pasar del tiempo y a partir de sus logros. Personalmente siempre me costó todo, lo que me llevó a brindarme al cién por cién cuando estaba adentro de la cancha.

-El hecho de ser suplente es algo con lo que debe convivir el arquero ya que no es habitual el cambio en esa posición. ¿En qué te ayuda o perjudica eso?

Te ayuda a estar más fuerte de la cabeza, a aprender de los arqueros que son titulares, a estar atento para aprovechar la situación cuando te toca ingresar. De todo hay que intentar sacar lo positivo, evitar la frustración.

-¿Te tocó ser suplente de joven?

Sí, muchos años. Se mezclan pensamientos, no querés ir a entrenar y hasta pensás en dejar el fútbol. Por más apoyo del club y de la familia que haya el que decide es uno mismo.

-Ustedes conviven mucho con la soledad. ¿Cómo se trabaja sobre eso?

Uno debe estar siempre concentrado, a veces podemos tener malos partidos pero debemos saber que no por estar solo en la cancha estás alejado del resto. Se habla constantemente con los defensores y la gente que está afuera. La clave es mantener la concentración y estar metido en el partido. El arquero es el termómetro, es el que maneja al equipo y su conexión con la defensa es fundamental.

-¿Qué pensás de los psicólogos deportivos?

Es muy importante que estén. Es lindo tener alguien con quien hablar que es profesional y sabe.

-El Barcelona cambió un poco el trabajo y la responsabilidad del arquero. ¿Qué importancia tienen hoy en ataque?

Está de moda y hoy es importante que el arquero sepa jugar con los pies. Sin embargo no es vital, creo que es más importante que esté seguro en todo sentido y sepa cuándo se puede pasar y cuando hay que despejar.

-A raíz de esto. ¿Algún DT te pidió que modifiques algo en tu estilo?

Siempre hay que seguir aprendiendo, hay que estar abierto, no ser testarudo y creer que uno sabe todo. Con trabajo y concentración nada es imposible, tenés que ser positivo para que las cosas nuevas salgan bien y tarde o temprano se logra.

-¿Quién fue tu reflejo de joven y hoy?

El mejor para mí fue Buffon, me encanta su personalidad y me siento identificado con su perfil, su forma de atajar. Hoy sin dudas Neuer es el mejor, no hay que olvidarse que estuvo nominado al balón de oro, cosa que para un arquero es prácticamente imposible. El estilo de juego es muy distinto al del futbol argentino, tiene mucha participación en su equipo y en Alemania.

El fútbol cambia constantemente, los jugadores se adaptan a los sistemas de juego y formas que plantean los entrenadores. Asimismo, el arquero cobra valor y debe amoldarse a los distintos estilos de cada lugar adonde juega. Actualmente el número uno tiene la misma importancia que cualquier jugador de campo, es él quién ordena la defensa, quién inicia una jugada, el que corta un contragolpe y maneja al equipo dentro del campo. Se ha convertido en una pieza fundamental en el armado de los equipos, tanto debajo de los tres palos como en la salida desde el fondo para armar un ataque. El progreso es fundamental para su adaptación al fútbol moderno. 

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