Por: José L.R André (@Jlandrerod)
La Copa América levantó el telón. Es una edición especial que conmemora el
centenario de la principal competición futbolística entre selecciones
nacionales de América del Sur. Con motivo de este aniversario, la
edición cuadragésimo quinta del torneo está organizada de manera conjunta por
la Conmebol y la Concacaf y se celebrará en Estados Unidos.
Argentina y Brasil parten una vez más como las grandes favoritas para
levantar el título en la final del 26 de junio. Chile, México o Colombia
intenta dar la sorpresa en la competición más antigua del Mundo. Precisamente
este año, la selección cafetera
conmemora el decimoquinto aniversario del mayor éxito deportivo de su combinado
nacional absoluto: el triunfo en la Copa América 2001.
Colombia fue la anfitriona de aquella edición. El seleccionador era Pacho Maturana,
que cumplía su segundo ciclo como técnico del equipo de su país tras su primera
experiencia en 1990, donde logró llevar a la Tricolor hasta
los octavos de final en el Mundial celebrado en Italia con un conjunto donde
destacaban futbolistas como René Higuita, Carlos Valderrama o Fredy Rincón.
Acoger la competición había generado muchas
expectativas en el país cafetero. Óscar Córdoba, Iván Ramiro
Córdoba, Juan Carlos Ramírez, John Javier Restrepo, Freddy
Grisales, Giovanni Hernández o Víctor Aristizábal eran algunos de los
nombres que destacaban en aquella selección. Colombia quedó encuadrada junto a Chile, Ecuador y Venezuela en su grupo
en la primera fase.
El inicio del anfitrión en el torneo sudamericano
fue perfecto. Tres partidos, tres
victorias. En su debut se impuso por 2-0 a Venezuela con tantos de
Grisales y Aristizábal. En su segundo encuentro, victoria por la mínima ante
Ecuador gracias a un gol de Aristizábal. En el tercer choque, otro tanto de
Aristizábal y uno de Arriga dieron el triunfo ante Chile. Colombia se clasificaba de manera impoluta
para los cruces.
Perú esperaba en los
cuartos de final. Los hombres de Maturana no dieron ninguna opción
a su rival. Aristizábal, por partida doble, y Hernández sellaban una victoria
que tenía como premio el billete para las semifinales de la Copa América. En el último peldaño antes de la gran final,
el rival de la Tricolor sería una de las sorpresas de aquella
edición: Honduras, que contra todo pronóstico se había metido entre las
cuatro mejores del torneo.
Colombia no dejó escapar la oportunidad de luchar
por el título en su casa. Los tantos de Bedoya y nuevamente Aristizábal, que
acabaría como máximo goleador con seis dianas, sumaban un nuevo triunfo. Méjico era el último escollo que separaba a
Colombia de proclamarse rey de América. El anfitrión no podía fallar
ante los suyos. El estadio Nemesio Camacho ‘El Campín’ de Bogotá sería el
escenario de la gran final.
Se colgó el cartel de no hay billetes. 47.000 espectadores serían testigos del
primer gran título de la selección cafetera. El partido estuvo muy
igualado y se decantó gracias a un gol de cabeza de Iván Ramiro Córdoba, que
remató un gran centro de Iván López, en el minuto 65. La locura se desató en
las calles de todo el país. Colombia celebró el éxito durante toda la noche.
Extraído de Intrafutbol.com
Extraído de Intrafutbol.com
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