Por Emilio Pichardo (@EmilioP7_)
Este Apertura 2016, la
Liga MX sufrirá una etapa más de la metamorfosis a la que está sujeta desde
2012. La regla 10/8, en donde los equipos de Primera y de Ascenso no tienen limitantes
en poder tener en sus filas a jugadores no nacidos en México, con la condición
de llevar a la convocatoria al menos a 8 jugadores nacidos o naturalizados será
impuesta por primera vez. Lo cierto, es que con la nueva regla, los directivos
de la Liga MX ven a favor del espectáculo, que conlleva a mayores ganancias
económicas.
¿A
favor o en contra?
Mucha polémica se ha
levantado entre el gremio de futbolistas mexicanos, gente de los medios de
comunicación y propios aficionados. Incluso, la nueva regla ya provocó el
retiro profesional de un jugador mexicano de apenas 24 años: David Izazola. Y
aunque hierba la sangre al decir esto, este tipo de actos y comentarios
demuestran la mentalidad tan pequeña que tiene el jugador mexicano y la actitud
tan malinchista y conformista que tiene.
Las grandes Ligas del
mundo (Bundesliga, Premier League, Liga BBVA), tienen reglas similares a la
10/8, algunas por el pasaporte comunitario de la Unión Europea y otros por
reglamentación. Hay dos ejemplos para nosotros los mexicanos: aspirar a ser
alemanes o ingleses.
En Alemania en 2006 vino
una restructuración por completo de la Liga. Proyecto que, sin mucho tiempo de
espera, trae resultados más allá de los pensados. Los alemanes decidieron
eliminar el límite de extranjeros, pero con la obligación de tener al menos 12
jugadores alemanes registrados en el primer equipo. Con esto, la distancia
entre clubes de grandes millones, de media tabla y equipos que pelean el
descenso se acortó. Cientos de extranjeros de todo el mundo (Asia, América, UE,
África) llegan a la Bundesliga y generan millones con las ventas de patrocinios
y camisetas.
¿Qué
pasa con el jugador alemán?
El alemán a lo largo de la
historia se ha distinguido por su mentalidad. De ir del infierno al cielo en lo
impensado. Con la imposición de la regla, el jugador alemán necesitaba de su
mentalidad para sobreponerse y ser primera y no segunda opción de su entrenador.
El jugador alemán tuvo que entrenar más fuerte, sudar más para así hacer ver a
su club, que no necesitaba invertir en un extranjero. Alemania, con la
restructuración, también aprovechó a los inmigrantes talentosos, que se
formaban en las canteras de sus clubes y así les ofrecía su nacionalidad para
jugar para ellos, tal es el caso de Mesut Ozil, Sami Khedira, Jerome Boateng,
Jonathan Tah, etc. El jugador alemán no habló con palabras, sino con sus pies
para demostrar que valía más que los extranjeros.
Desde que se impuso la
regla, Alemania está en el top 3 de las mejores selecciones del mundo, compite
en todas sus categorías y hasta un campeonato del mundo (2014) alcanzó. Muy
pocos extranjeros actualmente destacan por encima de un alemán en propia liga.
Para estar en Alemania siendo extranjero, tienes que pensar como alemán
(Hernández, Lewandoski, Robben, Alonso, Xhaka, etc.)
Sin embargo, también se
puede hacer la conversión al modelo inglés. Y algún día heredar la xenofobia
que poco a poco ocasionó en parte el famoso Brexit. La Premier, sin duda alguna
es la mejor liga del orbe. Los mejores jugadores del mundo aspiran a jugar ahí,
sin importar si es para el Arsenal o para el Hull City. Aunque en el cuadro
titular de los 20 equipos que la integran, hay cabida para tres, dos o hasta un
solo jugador nacido en Inglaterra.
Muchos se resignan en la
banca y hasta a veces, en las tribunas. En Inglaterra hay mucho talento, al
igual que en México, sin embargo les gana muchas veces el conformismo. Se
quieren las cosas fáciles con todo, sin que esto implique algún esfuerzo extra.
Se quiere correr cuando apenas se sabe caminar. Y esto ocasiona con el tiempo
un rechazo total al extranjero, culparlo de su presente, cuando los únicos
dueños de este sean los locales. Actualmente la selección inglesa vive un
presente de terror, prueba de ello, la actual Eurocopa en donde cayeron en
manos de Islandia.
Es cierto, esto es de dos
partes. Los técnicos y directivos tienen que hacer su parte. Invertir en el
proceso de los jóvenes nacionales y darles la oportunidad de mostrarse. Después
de eso seguirá la confianza y posteriormente devolverle al entrenador la
confianza con las acciones en el campo de entrenamiento y de juego.
Esperemos que la regla
10/8, más que afecte, potencie al joven mexicano. Que el joven mexicano aspire
a ser alemán y no inglés. También, ojalá los directivos de la Liga hagan su
parte.
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