Por
@Morelliano de El Dorado Magazine (@ElDoradoMGN)
Atlético Nacional cambiará
el enfoque que le da a su manera de defender a partir de este segundo semestre.
Lo que era una labor un poco de todos puede recaer sobre la espalda de un sólo
jugador. La partida de Alex Mejía tras finalizar la participación del equipo en
Copa Libertadores es un gran detonante para este volantazo de Reinaldo Rueda,
pero no el único. El juego del barranquillero tiene baches defensivos que, en
su mejor momento, eran pasados por alto porque al ser un cinco técnico podía
participar en el armado de juego de su equipo. Difícil olvidar su etapa bajo la
batuta de Juan Carlos Osorio donde tenía en sus pies pases largos
xabialonsistas o su más reciente versión, un tanto más liberada y light, en la
que participa de forma menos dominante y más cómplice.
¿Hacia
dónde va todo?
Se puede decir que Elkin
Blanco ofrece las soluciones defensivas que para Alex Mejía eran difíciles de
ejecutar. Es otro tipo de volante cinco. El chocoano está acostumbrado a
defender ferozmente un tramo de cancha más amplio. Su especialidad es defender
un espacio y con eso destruir los ataques del rival. Saldrá las veces que haga
falta hipnotizado por la pelota hacia cualquier costado de la cancha con el
único fin de terminar con la jugada. Cuando lo haga, mirará al piso y volverá
en silencio con la maldición de volver a empezar, como Sísifo. No tengo claro
si lo disfruta o lo padece. Habría un gran mérito en encontrar algo de placer
en lo que, hablando claro, no parece más que un castigo: no participar de la
construcción de juego de un equipo con mucho talento pero ser de gran utilidad
para que este aflore.
El tema es descarado. En
Millonarios lo obviaban de manera casi ofensiva y es de esperar que en Nacional
la cosa no cambie, pero su trabajo defensivo condiciona tanto a su equipo como
al rival. El equipo de Rueda va a poder cortar contragolpes de manera más
efectiva y en zonas más altas, pero va a tener que reinventarse en la salida de
balón y exigir mayor implicación de ciertos jugadores para seguir mostrando
pulcritud en su juego. La importancia de Blanco puede pasar desapercibida, sin
embargo la clave que se propone para valorarla pasará por ver qué tantos
mano-a-mano sufre la defensa de un equipo tan acostumbrado a atacar. Podrá
parecer poco pero es la representación de un caso más de gatopardismo: si
Atlético Nacional quiere que todo siga como está, es necesario que todo cambie.
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