Balón al área de Argentina y Otamendi despeja el
balón a los cielos. Sandro Ricci observa su cronómetro y pita el final del
partido. Empate en Lima, partido con tiempos muy distintos y cuatro goles. El
saldo en el Estadio Nacional nos deja un empate entre Perú y Argentina que, con
el correr de ambos tiempos, dejó muchos matices; desde la apertura del marcador
vía Funes Mori a favor de Argentina, hasta el empate del partido con gol de
Christian Cueva desde la pena máxima.
Disposiciones Tácticas:
La selección peruana, salió al gramado del Estadio
Nacional con un 4-2-3-1 ya conocido de Ricardo Gareca. Prácticamente fue el
mismo equipo que venció a Ecuador la fecha pasada, con el ingreso de Alberto
Rodríguez en lugar de Luis Abram. Teniendo en cuenta que el rival en frente era
muy distinto al de la jornada anterior, la función de cada futbolista iba a
variar.
Por su parte, Edgardo Bauza varió nuevamente. Mantuvo
el 4-2-3-1, pero cambió de futbolistas por posición. Ya lo había hecho entre el
partido frente Uruguay y Venezuela, y lo volvió a hacer ante Perú. Las
ausencias de Lucas Biglia y Lionel Messi, permitió el ingreso de Paulo Dybala
como extremo por derecha, la presencia de Matías Kranevitter al lado de
Mascherano y la ubicación de Sergio Agüero como enganche detrás de Gonzalo
Higuaín.
Primer Tiempo: La cara más
dura de la moneda
En el inicio del encuentro, ambos equipos se hacen
cortos buscando acortarse los espacios. Perú no contuvo su impaciencia con el
balón en los pies, y poco a poco, Argentina fue adueñándose del mediocampo.
Aunque ambos equipos se hicieron cortos para reducirse los espacios, Argentina
tuvo la posesión del balón.
Javier Mascherano, desde su ubicación en la primera
línea de volantes, retrocedía como un tercer central para facilitar la salida
limpia del balón desde atrás. Lo mismo hacía Matías Kranevitter.
Por su parte, Perú poco a poco perdió el control
del mediocampo. En el retroceso, o cada vez que Argentina atacaba con
velocidad, casi siempre se encontraba rota la primera línea de volantes
peruana. Con balones a las espaldas de Yoshimar Yotún o Renato Tapia, que
estaban mal ubicados, Higuaín o Agüero ganaban la posición.
De esa manera es como Argentina consigue el saque
de esquina previo al gol de Ramiro Funes Mori. Con la primera línea de volantes
peruana muy partida, los atacantes argentinos tenían más espacios para atacar
con vértigo y velocidad.
En el gol argentino, tras la ejecución de Di María,
en la fricción Agüero le gana la posición a Yotún. El futbolista del Manchester
City golpea levemente el balón y Funes Mori –que se había librado de la marca
de Alberto Rodríguez ganándole la dividida- encuentra luego de un rebote, tras
barrida del mismo Rodríguez, la oportunidad de abrir el marcador. No falla
frente a Pedro Gallese y se rompe el empate a los 16’.
Con el marcador a favor, Argentina mantuvo la
posesión del balón para controlar el partido y manejar el resultado. Mientras
tanto, Perú seguía teniendo los mismos errores en la primera línea de volantes.
Renato Tapia y Yoshimar Yotún no se encontraban para controlar la zona de
gestación. De ellos, el más participativo era Yotún, sin embargo, era el más
impreciso con el balón en los pies; lo cual muchas veces descompensaba a la
selección peruana.
Con el correr de los minutos, el control del balón
fue rotando. En Argentina, más allá de que Javier Mascherano es el que dirige y
organiza las salidas, no hay un futbolista en la albiceleste que conecte el
mediocampo y los delanteros. Por muchos pasajes del partido eran constantes los
balones largos a Higuaín, Agüero o a los extremos. Agüero, siendo el jugador
ubicado como eje entre Di María, Higuaín y Dybala, no asumía la labor de
organizar el ataque argentino.
En la selección peruana, cada vez que encontraban
la paciencia para asociarse, es cuando mejor se apreciaban las virtudes de sus
delanteros. La poca amplitud que hacía que la mayoría de los ataques peruanos
sean por el medio con Christian Cueva y Paolo Guerrero. Pocas fueron las veces
en las que los extremos, Edison Flores y Cristian Benavente, fueron participes
de alguna ocasión de peligro por las bandas.
Luego del gol de Funes Mori y la sacudida peruana
del dominio argentino, las situaciones de peligro llegaron más de un balón
detenido que de una jugada elaborada. Hubo escases de profundidad en ambos
equipos. Perú, por su parte, continuó con los problemas de ansiedad y mala toma
de decisiones en los metros finales.
Segundo Tiempo: Reacción con
el balón
Para la parte final del compromiso, Beto Da Silva
ingresó por Cristian Benavente. Con el futbolista del Jong PSV en cancha,
Edison Flores pasó a jugar por sector derecho. De esta manera, Perú iba a tener
dos extremos con perfiles opuestos buscando cerrar hacía el medio con
diagonales y asociar mejor con Paolo Guerrero y Christian Cueva.
Para esta parte del encuentro, Tapia y Yotún se
encontraron más. Eso favoreció en la buena circulación del balón en el
mediocampo y la recuperación del partido en ese sector. Con mejor control en la
primera línea de volantes, con la movilidad de los jugadores en ofensiva, Perú
–poco a poco- empezó a aproximarse a la portería de Sergio Romero.
En ese lapso de recuperación peruana, en Argentina
se empezó a agudizar un problema que ya empezaban a mostrar en la primera
mitad: la poca conexión del mediocampo y la delantera argentina. Los balones
aéreos por parte de Otamendi y Funes Mori a Higuaín y Agüero, se convirtió en
una opción para saltar líneas. Sumado a eso, la presión de los delanteros
peruanos a la línea defensiva visitante, generó que la selección peruana
recupere el esférico en zonas peligrosas.
Con
esa presión, la recuperación del balón fue más rápida. Dentro de eso, la mejor
ubicación de los extremos permitió que se encuentren con mejores condiciones
para desbordar y crear peligro. Paolo Guerrero, Beto Da Silva, Edison Flores y
Christian Cueva, se asociaron mejor a partir del mejor posicionamiento de
Renato Tapia y Yoshimar Yotún.
Poco a poco Argentina perdió el control del
mediocampo. Lo inconexos que se mostraba la primera línea de volantes y su
delantera, permitía que queden expuestos en algún contragolpe o ataque rápido
de la selección peruana. De esa manera fue como Miguel Trauco encontró los
espacios y la tranquilidad para, desde su banda, ejecutar el pase que terminó
en gol de Paolo Guerrero.
El balón sale limpio hacía la izquierda para Miguel
Trauco. Guerrero le marca el pase a la espalda de Funes Mori; el lateral
izquierdo de la selección peruana ejecuta un gran centro-pase para que Guerrero
controle y gane la posición a su marcador, y decrete el empate en el Estadio
Nacional.
Posterior al gol, Raúl Ruidíaz ingreso al campo por
Edison Flores. De esta manera, la disposición de los jugadores en el terreno de
juego cambió: Christian Cueva pasó a jugar al extremo derecho, mientras Ruidíaz
se ubicó al lado de Paolo Guerrero.
Los ataques de la selección peruana llegaron con
mayor peligrosidad por los extremos. Miguel Trauco, trepando más que Aldo
Corzo, recorrió muy bien el sector izquierdo.
A los 67’, un buen pase filtrado a Raúl Ruidíaz casi termina en el
segundo para Perú. El delantero del Monarcas Morelia, que con un control
orientado se saca de encima a Otamendi, no puede conectar bien el balón en
segunda instancia.
Con el trámite del partido a favor de la selección
peruana, Argentina no encontró rápidamente alguna solución para reaccionar. Sin
embargo, cuando las circunstancias del encuentro marcaban un posible segundo
tanto de Perú, Argentina consigue romper el empate y ponerse en ventaja
nuevamente.
Argentina rotó el balón del sector izquierdo al
derecho, y es por ahí donde nace el peligro. Pared entre Di María y Zabaleta,
para que el lateral derecho rompa líneas y asista a Higuaín –que ya le había
marcado el pase con una diagonal a la derecha y espalda de Alberto Rodríguez-
que sin dudar ante la salida de Pedro Gallese, anota tanto de la ventaja para
Argentina.
El ingresó de Ever Banega por Sergio Agüero,
permitió que Argentina recuperé un poco ese dominio que con el pasar del
segundo tiempo había sido claramente peruano. Aun así, el gol no influyó en la
determinación de la selección peruana de presionar la salida visitante. Con
eso, y un infortunio por parte de Javier Mascherano, nace la acción previa al
penal en contra de Argentina.
Javier Mascherano se equivoca en un pase hacía
atrás y el balón es interceptado por Paolo Guerrero, que luego de conducir el
balón hacía Romero, es derribado en el área por Ramiro Funes Mori. Sandro Ricci
no duda y sanciona pena máxima a favor de Perú. Christian Cueva ejecutó el
penal, y el marcador reflejó el trámite del partido.
Posterior a eso, Ricardo Gareca sustituye a Cueva
por Carlos Lobatón. Con el ingreso del futbolista de Sporting Cristal, el
técnico argentino buscó manejar el balón lo que resta del encuentro y que a
partir de eso, llegue el posible gol de la victoria. La tónica del partido, no
cambió mucho. La parte final del compromiso no marcaría alguna ocasión clara
para alguno de los equipos, y el marcador no se movería más.
Conclusiones:
Con el mediocampo superado y entregado gran parte de la primera mitad, la selección peruana se vio más vulnerable.
Con el mediocampo superado y entregado gran parte de la primera mitad, la selección peruana se vio más vulnerable.
Hubo poca amplitud y juego por las bandas en el
primer tiempo. Edison Flores y Cristian Benavente no fueron opción clara de
pase para desbordar o generar peligro por las bandas.
A pesar del gol relativamente temprano obtenido por
Argentina, la superioridad de un equipo no se mostró en la cancha. La visita,
teniendo más el balón, careció de profundidad. El esférico pasó más por los
pies de Otamendi, Funes Mori y Mascherano.
La reacción en el complemento por parte de la
primera línea de volantes peruana, marcó parte importante del resultado final.
Encontraron la paciencia para asociarse mejor con los extremos, y se
encontraron la amplitud que tanto carecieron en el primer tiempo.
Queda claro que, para que la victoria peruana haya
sido efectiva, la concentración de los futbolistas peruanos tenía que estar
encendida en todo el partido. Mientras que Argentina, con la jerarquía
individual que cuenta, no necesitaba un partido redondo para robar puntos en Lima.
El resultado final es fiel reflejo de eso, más no de las circunstancias del
partido.
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