Gustavo Laguardia (@AKD_GustavoL)
Si se diera el caso
de que un equipo de fútbol, por ejemplo, Club Atlético A, afronte los 90
minutos que dura el juego sin tener en ningún momento la posesión de la pelota,
excepto para sacar su arquero en todas las situaciones que el partido lo
requiera como consecuencia del accionar del equipo contrario. En tanto que su rival,
por ejemplo, Club Atlético B, con la pelota todo el tiempo en su poder, excepto
en los momentos en que se desprende de ella para buscar el gol, no logra
acertar nunca a la conversión del mismo, ya sea por defectos propios (errarle
al arco) o por virtudes ajenas (el arquero ataja todo lo que le tiran).
Imaginemos por unos
segundos la situación descripta. Imaginemos el escenario, los actores y las
sensaciones. Al encuentro no le queda casi nada… Todo sigue igual hasta el
último minuto de descuento otorgado por el árbitro. Final del juego. Empate 0 a
0.
Ahora bien, el empate
en 0 (cero), ¿será el resultado final de qué cosa? ¿De qué un equipo que no
tuvo la pelota en su poder jamás pudo ni estuvo cerca de concretar un gol? ¿De
qué un equipo que la tuvo todo el tiempo pateó mil veces al arco y en ninguna
de esas mil oportunidades la pelota atravesó la línea de cal?
¿A quién representa
el 0 a 0? ¿A quién premia? ¿A quién castiga? ¿Quién gana y quién pierde en el 0
a 0? ¿Ambos ganan o ambos pierden?
¿Es posible jugar al
fútbol sin la posesión de la pelota? Según la presente ejemplificación, sin la
posesión de la pelota la máxima aspiración es el 0 a 0 (que premiaría a alguien
seguramente…) Según la presente ejemplificación, no tener la posesión de la
pelota es tan grave como tenerla todo el tiempo y no convertir goles (que
castigaría a alguien seguramente…) Según los que gustan del fútbol: al fútbol
se juega con la pelota, porque sin la pelota se lo hace pelota.
Publicar un comentario