Por: Gustavo
Laguardia (@AKD_GustavoL)
El fútbol
argentino hace un largo tiempo que funciona con “respirador artificial”; cuando
este le sea quitado, la pregunta será, ¿se lo quitan porque ya está bien o
simplemente porque se murió?
De un inicio pautado del Torneo para el 4, 5 y 6 de febrero, recién pudo
efectivizarse entre el 9 y 13 de marzo, es decir, en estos días. También
debemos convenir en la siguiente certeza: nadie sale ileso de una inactividad
de tres meses, ya que a los 50 días de “parate veraniego”, le siguieron 40 días
más de “parate gremialista”. No haber jugado al fútbol no es el problema.
El problema es la razón o las razones del por qué no se ha podido jugar al
fútbol.
Que los clubes no pagan en tiempo y forma, es una obviedad. Que los contratos
no se respetan, es otra obviedad. Que la A. F. A es una “cueva de mafiosos”, es
la más cruel de todas las obviedades. Que hicieron trampa en el 38 a 38 de 75
votantes es una vergüenza histórica e irreversible. Entonces, hoy tenemos lo
que tenemos. Tapia, Angelici y Moyano van por todo, por sobre todas las cosas,
van por todo el poder. Por suerte hoy contamos con Internet y podemos buscar
sus nombres. Sergio Marchi desde "la trinchera" de Futbolistas
Agremiados resiste como representante de todos ellos (¿los representa?)
Mientras tanto, desorganización, improvisación, “limbo” y desmadro por doquier.
Las recientes actuaciones del Sub-20 en Ecuador y el Sub-17 en Chile, permiten
visibilizar mucho de lo anteriormente dicho. Técnicos elegidos a “las
apuradas”, falta de proyectos a largo plazo, etc. ¡Perdón Peckerman! ¡Perdón
Tocalli! ¡Perdón a quienes haya que pedírselo!
Sin embargo, un día la pelota volvió a rodar, mas “manchada” que nunca.
Ahora es cuando aparece la muy trillada frase “el show debe continuar”,
¿continuar?, si, continuar…, en un contexto de jugadores, técnicos y empleados
de clubes (especialmente del fútbol de ascenso) que no cobran, dirigentes que
no pagan, la A.F.A que “no sabe/no contesta” y, por si fuera poco, en la
transición del “fútbol para todos” (fútbol televisado) al “fútbol para vaya a
saber cuántos”, recién anoche se anunció que el nuevo dueño de la pelota en
Argentina en cuanto a la televisión refiere, es Fox-Turner (¿cuánto más
pagaremos para ver al margen de Directv?).
El pasado jueves 9 de marzo volvió el fútbol oficial en Argentina. Jugaron
Vélez Sarsfield y Estudiantes de La Plata. Ganó el local 3 a 2. ¿Sacamos el
“respirador artificial”? No. No todavía. Boca ganó 2 a 0. Un minuto antes de
convertir su primer gol, a Banfield le anularon uno totalmente legítimo. San
Lorenzo y Huracán que dieron muestras de su larga inactividad perdiendo por
goleada en sus compromisos internacionales, pudieron ganar por el torneo local.
Ràcing ganó 3 a 0 en su cancha con hinchada visitante a un Lanús “alternativo”,
que en la semana perdió de local con Nacional 1 a 0, pero hubo violencia entre
barras de ambas hinchadas y una descalificable agresión a la joven que dejaron
sin ropas en la vía pública (“¿Ni Una Menos?”?, bien, no me acuerdo…). Talleres
suspendió su partido con Independiente porque la cancha no estaba en
condiciones (¿?). River como local no pudo con Unión de Santa Fe y apenas logró
empatar 0 a 0, dejando en evidencia que también pagará caro precio por la
inactividad cuando debute en la Libertadores. Y así, así volvió el fútbol.
¿Sacamos el “respirador artificial”? No. No todavía, porque así como están las
cosas, es mucho más factible que el fútbol muera a que pueda estar bien.
Aunque parezca mentira ya todos estamos más pendientes de las elecciones en
A.F.A que de nuestros equipos. Deseamos que el fútbol se normalice. Que el
fútbol se juegue a pura cancha y cielo abierto. Que la corrupción en todas sus
formas no manche más a la pelota. Que podamos hablar de tácticas, estrategias,
dinámicas y resultados. Que podamos analizar el juego. Que se termine la
violencia en las hinchadas y los “pedidos de favores” de los dirigentes. Que
las únicas “escuchas” sean las de las hinchadas alentando a sus equipos. Que,
definitivamente, Rusia no nos quede tan lejos. Porque nuestra Selección mayor
no está ajena a todas estas cosas.
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