Carlos Pallacan (@CarlosPallacan)
Estamos ad portas después
de 16 años de debutar en la Primera B del fútbol chileno. Pasaron 16 temporadas
en donde la tónica fue pelear por la permanencia, salvándonos en las últimas
fechas o llegar a definir la salvación mediante angustiantes liguillas de
promoción. Por ello no fue extraño que nos ganáramos al apelativo del Highlander
del balompié nacional. Pero tampoco hay que desconocer que cuando peleamos
arriba, se hizo en serio. 2 semifinales y un campeonato avalan lo que muchos
“equipos chicos” no han podido hacer durante décadas o en toda su historia.
Tanto Huerta, como Cantillana y Giovagnoli, fueron técnicos capaces de generar
procesos en donde se pudo sacar provecho a un mix de canteranos con proyección,
sumado a jugadores con experiencia y/o con sed de revancha. El resto de los
DT’s solamente llegaron para salvar una campaña y terminaron yéndose por la
misma razón. ¿Proyecto detrás? Poco y nada.
Este es el punto de
partida para esta columna. Discutir sobre qué proyección se espera desde esta
temporada en adelante. La llamada #OperaciónRetorno. Me llamó la atención que
de inmediato se concretara el descenso, se comenzara a hablar de una Operación
Retorno sin tener claro qué involucra dicha operación. ¿Es el retornar a como
dé lugar, sin importar más nada? ¿Qué autocrítica existe a nivel institucional
del por qué finalmente llegamos a esta instancia? Como cobresalinos, sin duda
que es lo que todos queremos, volver al lugar donde nos corresponde estar y
donde no debimos caer. Sin embargo, el retorno más allá de convertirse en el
objetivo principal para esta temporada, ¿acaso no debería tratarse tan solo
como UNO de diversos aspectos que en este momento se encuentran invisibilizados
por parte de nuestra dirigencia e hinchada?
Entre conversas, balances,
críticas y autocríticas que hemos tenido con otros cobresalinos durante estos meses,
mascando y diluyendo la rabia del descenso, hemos coincido en una serie de
elementos que si bien, escapan de lo netamente futbolístico, han influido en
las consecuencias que hoy tenemos a la vista. Aspectos que recaen en la
administración, comunicación y en la relación de la institución con la
comunidad.
En términos
administrativos, sabemos que hay aspectos buenos y malos de la dirigencia. El
que aún seamos un Club del fútbol y no una Sociedad Anónima, refleja el buen
trabajo que han realizado nuestros dirigentes en todos estos años para
convertirnos en una institución seria y respetada a nivel nacional. No
obstante, tampoco debemos desconocer que este modelo de gestión ha mostrado su
efectividad en estas tres décadas principalmente gracias al rol patriarcal de
Codelco durante los ’80 y ‘90, los derechos de transmisión del CDF desde el
2002 en adelante y últimamente mediante los recursos obtenidos por la
participación en Copa Libertadores el pasado 2016. Ahora, con el descenso
consumado, y el recorte presupuestario que se vendrá por parte del canal,
sumando una eventual venta de dicha estación televisiva en los próximos años,
sabemos si no se generan nuevas estrategias de posicionamiento comercial del
club, estaríamos frente a la crónica de la muerte anunciada de Cobresal. Ante
ese terrible escenario que se vislumbra ¿Qué hacemos ante ello? ¿Mirarnos de
brazos cruzados viendo como muere nuestra institución? ¿Vemos con impotencia
cómo se entrega en bandeja a capitales mexicanos o argentinos que lo único que
buscan es obtener ganancias sin importar lo que piensen los cobresalinos de
toda la vida? De no pensar en ello, ¿cuál es el plan de la actual dirigencia
para asegurar la viabilidad financiera de Cobresal en los próximos 10 años?
Durante estos meses, me la he pasado discutiendo con un dirigente sobre este
tema y la única solución que le he visto proponer, es el aumento de socios y/o
aumento de la cuota de estos. ¿Acaso ese es el camino correcto? Yo al menos me
lo cuestiono.
Y aun así, si ese fuese el
único camino, ¿qué hacemos para captar socios o fidelizar a quienes lo han sido
por años incondicionalmente? Nuevamente vuelvo a la pregunta, ¿Cuál es la
estrategia del club para aumentar la captación de socios? ¿Cómo realmente
buscamos mecanismos para asegurar más socios, no solo en El Salvador, sino en
toda la región de Atacama? Lamentablemente en este ámbito poco se ha visto,
puesto que seguimos trabajando bajo un sistema arcaico (es cosa de ver nuestras
credenciales dignas de los años ‘90), que en vez de acercar al cobresalino lo
terminan distanciando.
Si vamos a hechos
concretos, es solo dar una repasada a cómo funciona el actual sistema de
captación de socios, especialmente en regiones. Vía el Facebook no oficial que
administramos, en numerosas ocasiones nos han contactado hinchas para
consultarnos sobre el sistema de captación de socios puesto que no obtienen
respuestas vía los medios oficiales. Ejemplos hay muchos, desde errores en el
número de cuenta para el depósito, correos mal tipeados, encargados que no son
los encargados, hasta socios a los cuales no les han enviado su credencial
después de haber pagado.
Creo que a nivel nacional,
debemos ser (proporcionalmente) uno de los clubes con hinchas más repartidos
por el país, dada que la condición que posee El Salvador como enclave minero,
ha llevado a muchas familias salvadoreñas a radicarse en otras ciudades después
de haber entregado su vida a las faenas del cobre. Sin embargo, más allá de
reforzar este vínculo con la hinchada repartida por todo el país, se ha hecho
incluso todo lo contrario, no más recordamos todo lo que han pasado los hinchas
cobresalinos radicados en La Serena y Coquimbo estos últimos años, cuando nos
ha tocado jugar allá en los partidos frente a U de Chile y ColoColo.
Estas brechas y asimetrías
de la información, más allá del desinterés por parte de la dirigencia, tienen
su punto de partida en el rol comunicacional que actualmente posee la
institución, siendo otro aspecto que hasta el momento sigue siendo deficitario.
Quiero dejar en claro que la crítica no va para quienes administran el sitio
web y las redes sociales oficiales, puesto que los conocemos y sabemos que si
no fuera por su trabajo desinteresado, de buena voluntad y amor al club, no
tendríamos nada. Mediante este blog como también mediante el Facebook no
oficial, hemos insistido y propuesto una serie de estrategias que podrían
canalizar de mejor manera la relación entre el club y sus hinchas y socios,
destacando la transmisión de asambleas online y posterior publicación de sus
actas, el envío a los socios vía correo electrónico los balances financieros y
futbolísticos de la institución una vez que culminen los torneos, es decir, un
mínimo de deferencia con quienes se han preocupado de que esta institución siga
latente día a día. Pero ante ello, nos han tratado de “odiosos” por solicitar
que aspectos como tales mejoren, y puede que tengan razón, porque después de
años y años, ya nos hemos cansado de que los socios sigan siendo meros
espectadores de elementos que a estas alturas, ya deberían transparentarse.
Por último, otro aspecto
que ha influido en este distanciamiento entre COBRESAL y su hinchada, tiene
relación con las escasas estrategias realizadas para vincular a la institución
con la comunidad. Cuando hablamos de ello, no sólo nos referimos a un vínculo
con los habitantes de El Salvador, sino con todos los habitantes de la
provincia y la región. Nos emocionamos cuando el plantel salió con un cartel
entregando el apoyo a todas las localidades afectadas por el aluvión aquella
gloriosa tarde en el Monumental, nos alegramos cuando después de haber obtenido
el torneo, se partiera al otro día a Diego de Almagro para compartir con
quienes habían perdido todo, y los felicitamos cuando hicieron recorrer la copa
por algunas ciudades para que los cobresalinos pudieran tener su recuerdo. Pero
si pueden ver, todos estos hitos responden más que todo a eventos coyunturales
que a una estrategia que realmente busque involucrar a nuevos hinchas de otras
localidades. Ese es otro de nuestros desafíos, para que COBRESAL no solo sea el
sinónimo de representación de El Salvador, sino que involucre a los habitantes
Diego de Almagro, Inca de Oro, Salado, Chañaral y Caldera. Sin duda que ahí
esta nuestro semillero, como también en Puente Alto donde entrenan nuestras
inferiores en la capital. Con añoranza recordamos las visitas del plantel a las
faenas mineras o los entrenamientos por los alrededores de la ciudad durante
los años ’80, pero parece que la desidia y el desinterés por parte de la
dirigencia ha primado en los últimos años.
Es por ello que como
socios e hinchas, tenemos un compromiso y un deber con esta institución que nos
permite domingo a domingo acercarnos a nuestros orígenes del sol y de pampa.
Para esto, más allá de criticar y seguir esperando que la dirigencia atienda a
nuestras demandas, se hace necesario trabajar con el fin de emplazar a una
dirigencia para que trabaje de manera activa y preocupada por el futuro de la
institución, puesto que si no despertamos ahora, el aletargamiento
administrativo, financiero y comunicacional reinante, nos puede costar caro a
futuro. Por tanto, el llamado es a ser parte de una #OperaciónRetorno que no
sólo nos involucre como espectadores de una campaña futbolística, sino de una
operación que REESTRUCTURE, RESIGNIFIQUE, REPRESENTE y REENCANTE a la
comunidad. Desde la zona central, hacemos el llamado a todos a involucrarse a
este proceso que busca recuperar el rol unificador y social que posee CLUB DE
DEPORTES COBRESAL como agente movilizador de identidad y pertenencia.
Bajo la consigna de
Movimiento Fuerza & Temple, damos el primer paso y los invitamos a trabajar
en ello, porque COBRESAL es de todos quienes alzan el puño al cielo cuando ese
cobre-cobre se deja sentir en cualquier cancha del país.
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