Gonzalo Rodríguez (@RodriguezBar)
Roberto Mosquera y Julio
César Uribe, compañeros cuando futbolistas, entrenan a dos de los equipos
llamados a ser los disruptores de la próxima liga boliviana, Jorge Wilstermann
y San José, respectivamente. ¿Lograrán sus cometidos?
Uno en Cochabamba. El otro,
en Oruro. Roberto Mosquera y Julio César Uribe compartieron camarín en Sporting
Cristal entre 1975 y 1980, aunque no corrieron la misma suerte en la
representación de la selección peruana de cara a sus últimas dos
participaciones en el Mundial, pues, el primero formó parte de la nómina para
Argentina 1978, mientras que el segundo de la de España 1982. Hoy, sin embargo,
el destino los ha vuelto a juntar.
Cuando futbolista,
Mosquera fue un alero derecho lo suficientemente rápido como para emigrar al
exterior y desempeñarse hasta por seis años en el balompié de Argentina,
Colombia y Ecuador. El otrora tercer mejor jugador de América en 1981 -según la
revista El Gráfico-, en cambio, desarrolló una gambeta indescifrable para
cuanto defensor lo marcó que, además, supo combinar con un pique en corto
envidiable. Fuera del territorio que lo vio nacer, jugó en Italia, México y
Colombia.
Entregados a la carrera
que los lanzó a la fama, ambos se convirtieron en entrenadores al finalizar sus
carreras como profesionales y, aunque lejos de Perú, se han vuelto a ver las
caras. Como reza un viejo proverbio: Nadie es profeta de su propia tierra.
Mosquera dirige, desde
enero de este año, al Jorge Wilstermann; Uribe ha tomado las riendas del San
José de Oruro el último 01 de junio. Si bien los dos finalizaron la última
temporada en la parte baja de la tabla, el elenco ‘aviador’ disputa los octavos
de final de la Copa Libertadores y, en el encuentro de ida, ya ha vencido por
1-0 al poderoso Atlético Mineiro. Los ‘mineros’, por otro lado, cerraron el
curso dos posiciones más arriba (7º) respecto del proceso anterior (9º).
(Cuando se enfrentaron, en
la penúltima jornada del campeonato altiplánico, igualaron 0-0).
¿Será que la incursión de
los estrategas peruanos en el fútbol boliviano, uno cuya realidad se conoce muy
superficialmente en territorio inca, podrá mantenerse, al menos hasta el final
del 2017, a buen recaudo?
Julio César ha confesado
que de los 31 jugadores de los que dispuso cuando llegó, solo se ha quedado con
14, por lo que una importante reforma se avecina. Roberto tiene contentos a sus
aficionados debido, claro está, al roce internacional que le ha dado a su
equipo; sin embargo, el antepenúltimo lugar en la liga no es buen síntoma de
nada.
Son las cabezas de dos
proyectos que ya han mostrado sus debilidades, pero que también han revelado su
potencial. Falta aún para que inicie la temporada 2017-18, pero, a priori,
Uribe es el que goza de más tiempo para gestar lo que sea que pretenda, pues,
cegado por la cobertura sudamericana que ha bañado a la céntrica ciudad de
Cochabamba, Mosquera solo concentra sus energías en la cita continental.
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