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Diego Sancho (@SanchoDiegoo)

Salvo por el mercadeo que significa que uno de sus jugadores forme parte de los mejores de su país, la fecha FIFA parece un estorbo para clubes de primera división y hasta de segunda. Lesiones, discontinuidad, cansancio por largos viajes o tan solo la pérdida del entrenamiento diario causan dolores de cabeza a entrenadores de los clubes que tiene que ceder a sus jugadores.

Pero no tiene por qué serlo. En los grandes de Europa, que prácticamente todo el once titular se concentra con su selección parece un mal irremediable. El entrenador de ese club pasa esos días entrenando con la reserva y viendo a los suyos competir con otro país. Pero más que un problema puede ser una solución. Allí pueden escrutar miembros de la reserva para saber con quién puede contar  en caso de alguna contingencia. Obviamente para eso existe la figura del entrenador formativo, pero monitorear las partes bajas de la pirámide institucional nunca está de más.

A fin de cuentas el máximo fin del fútbol de selecciones es la competencia veraniega que hace que los futbolistas, luego de una temporada a cuestas, sacrifiquen sus vacaciones para jugar de tres a siete partidos internacionales. Si le sacamos todo lo que significa hacer historia con un combinado nacional, es absurdo que en un puñado de partidos haya más mérito que en una temporada donde se premia más la regularidad que el momento de un equipo de fútbol.

El fútbol de selecciones, por cómo está diseñado el calendario FIFA, es un estorbo. Las ligas simplemente no pueden parar, pero pueden dejar de hacerlo cada fecha FIFA. Para poner un ejemplo continental: solo Argentina, Perú y Chile detienen totalmente su torneo local cuando hay partidos oficiales de selecciones. El último, sin embargo, juega su copa doméstica. El sudamericano suele darle continuidad a su torneo mientras varios seleccionados viajan con la élite balompédica nacional.


Que el fútbol de un país ignore el parón de selecciones puede ayudar a crecer la calidad y variedad de las plantillas. Jugadores que a duras penas ven minutos por temporada tendrían su oportunidad de aparecer, los “inamovibles” de cada equipo tendrían cierta competencia por el puesto. Se puede argumentar que los equipos sin jugadores internacionales tendrían cierta ventaja ante los que sufren deserciones durante ese encuentro, ¿Eso no ayudaría a que el torneo sea más abierto? 

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