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Roy Galdos (@chinodelarisa)
El último fin de semana, mientras todo el estadio Alejandro Villanueva retumbó por el golazo que Luis ‘Cachito’ Ramírez marcó para poner el 2–0 sobre Sporting Cristal, él demostró tranquilidad como siempre desde la zona técnica, solo sonrió levemente y aplaudió. Porque hasta para disfrutar y emocionarse lo hace con mesura. Porque la experiencia le ha dado la sabiduría para asimilar con calma el buen momento de Alianza Lima. Así es él. Así es Pablo Bengoechea.

Desde que llegó, hasta cuando su equipo empezó a transitar – con altas y bajas – en el Torneo de Verano y el Torneo Apertura, Bengoechea significó el punto de equilibrio en un vestuario lleno de presiones acarreadas del pasado reciente. No permitió que las críticas externas, siempre presentes en este deporte, dinamitaran su proyecto.

Protegió a sus futbolistas del desprestigio que en algún momento cayó sobre la manera de jugar de su equipo. Así, con las lecciones aprendidas en el Torneo de Verano – incluyendo la apuesta por las rotaciones –, cimentó en la interna blanquiazul una seguridad que hasta ahora parece inquebrantable.

Inclusive, con la consecución del Torneo Apertura – tras once largos años –, esa seguridad ha solidificado los argumentos futbolísticos que hasta hace poco les cuestionaban. El alivio terminó siendo el aliado perfecto para aprender y crecer.


Bengoechea tuvo muy en claro cuál era el camino que debía seguir en un campeonato tan complicado como el peruano. Entendió que asegurando la estabilidad de su grupo –sobre todo estando en un club donde el título nacional es sinónimo de deuda –, iba a tener menor margen de error para implantar su modelo de juego.

Hoy, con cinco jornadas del Torneo Clausura encima, este Alianza Lima ha mostrado cambios significativos con respecto a aquel equipo que se alzó con el Apertura en Cutervo. Con menos presión tras tener un lugar en una hipotética final, el equipo de Bengoechea ha dejado pinceladas de buen fútbol en este primer tercio del tercer torneo del año.

Además, la repatriación de Carlos Ascues, un futbolista identificado con las raíces ‘íntimas’ tras haber nacido en las canteras del club, le ha caído como anillo al dedo al planteamiento de Bengoechea. La llegada del ‘Patrón’ fue a pedido explícito suyo, por lo que el ex Melgar no tuvo que toparse con esa pared llamada adaptación: jugando en una posición donde Pablo ya lo supo ubicar en su paso por la selección peruana, el #6 ya suma tres goles en el mismo número de partidos.


Bengoechea fue claro cuando Alianza Lima se llevó el Apertura: “esto solo es la primera parte del trabajo, el objetivo final está en diciembre”. El uruguayo, como todo el plantel blanquiazul, quiere librarse de una final ganando también el Clausura.

Por ahora, con cuatro triunfos consecutivos, un equipo que está en constante crecimiento, un once cada vez más definido y afianzado, y futbolistas con un rendimiento superlativo, Alianza Lima es candidato. El tiempo va a hablar en la cancha. Bengoechea es lo suficientemente sensato como para desesperarse.

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