Ads (728x90)

Hovannes Marsuian (@HMarsuian_)
Le tocó una camiseta pesada. Demasiado. La de una selección con una nacionalidad importante en el mundo del fútbol, reconocida en cualquier rincón del planeta. Llegó para apagar el incendio. Y para suministrar una identidad de juego, un modelo definido. Aquellos debates sobre cómo jugar, sobre las malas sensaciones en el campo y sobre los pésimos resultados se están simplificando. La aparición de un técnico moderno, un tipo ganador con equipos “grandes” de Brasil (Internacional y Corinthians). Un entrenador flexible con su idea. Así es Adenor Leonardo Bacchi, mejor conocido como “Tite”.

Esa flexibilidad se basa sobre todo en el dominio. En esa búsqueda del apoyo, la asociación, la creatividad, la triangulación. En donde el mediocampo se caracterice por la movilidad, ya sea en cada jugada corta y larga. Con agilidad y rapidez. Para desmarcar y romper. También la búsqueda de actuar en la presión alta al rival y la velocidad en el tercio final. Y dentro de esa intención puede entrar un futbolista de la nueva generación: Arthur.

Arthur, con poca participación en la sub-17 y sub-20 verdeamarela, recibe su llamado con la selección mayor de Brasil para demostrar la gran calidad técnica de la cual está caracterizado. Aunque su posición invite más al trabajo defensivo, es una volante con condiciones de un futbolista moderno, ya que puede manejar muy bien de la mano el atacar y el defender. Su rol es proteger la línea defensiva, pero su mayor intención es recuperar el balón para mantener o retener la posesión del juego, con su manera elegante de conducir, recibir y tocar.

Lo que más llama la atención de su juego es su manera de ofrecerse constantemente en la base de la jugada para imprimir fluidez en la posesión o brindar rapidez para la verticalidad. Sobre todo el primer caso. Es un tipo de futbolista que destaca en el toque en corto, donde es muy preciso, en el pase largo le falta dar el salto de calidad. Sabe cómo controlar el ritmo.
Su repertorio de pases en corto ayuda a retener con mayor facilidad la posesión del balón.
Antes de que el esférico le llegue a sus pies, gira la cabeza para estar al tanto de cuáles son sus opciones. Y después, al recibir el balón demuestra agilidad para girar. Esto le permite eliminar rivales en conducción para después realizar un pase con la intención de mantener la posesión o verticalizar para superar líneas y quedar cerca de la zona de tres cuartos de cancha. Además, atesora una capacidad para dejar controles orientados que dificultan la marca del contrario.

Su juego sin balón está lejos de ser lo mejor de su juego. Aunque cumple, ya que sabe que uno de sus roles es proteger la línea defensiva, sobre todo por su posición en el campo. Mantiene en su mente el concepto de recuperación de balón (cortar + jugar). Su físico no ayuda a ir con fuerza en el cuerpo a cuerpo, pero, sin tener mucha técnica para robar, es muy agresivo a la hora de intentar reconquistar el esférico.

Dentro del estilo de juego de la Brasil de Tite puede entrar en dos posiciones: la del interior o la del mediocentro defensivo. En la primera aparecen dos nombres, Paulinho y Renato Augusto, quienes se han asentado en el puesto, sin embargo Arthur puede entrar ahí para ayudar en la presión alta (agresivo sin balón), en la circulación (su mayor fuerte, porque sabe cómo imprimir ritmo. Normalmente aquí, dichos jugadores, se acercan al “5” o aparecen en la zona del lateral en la salida mientras éste progresa en el campo, para dar fluidez y avanzar líneas) y aparecer por sorpresa cerca del área rival (no lo ejecuta con regularidad, pero es un futbolista con muchísima movilidad y además es arriesgado; en ocasiones, en Gremio, llega a pisar territorio próximo al arco contrario).

Y en la segunda posición, su rol sería prácticamente todo lo que realiza en Gremio; aunque aquí tiene mayor competencia, Casemiro y Fernandinho, quienes son dos futbolistas más defensivos, que lo mejoran en la técnica para robar. Pero a la hora de buscar un jugador que intervenga en cada ataque desde la base y retenga la posesión, el nombre de Arthur puede ser el ideal.

Ágil, arriesgado, liviano, con capacidad de jugar bajo presión, preciso en corto, participativo, rápido en conducción. Arthur, con su gran técnica, es un futbolista que el aficionado debe tener bajo la lupa. Tiene condiciones para asentarse en las convocatorias de la selección brasileña e irrumpir próximamente en el fútbol europeo. 


Publicar un comentario