Miguel Urbina (@mikeurbina17)
Es
curioso este momento de Sporting Cristal. No solamente por la cantidad de
preguntas que el aficionado se puede hacer tras el pobre año que está teniendo
el equipo en todos los sentidos, porque el problema no solo está en la cancha.
Vivimos pensando que, mientras el jugador esté al día en su sueldo ya se está
haciendo una buena gestión en lo dirigencial, y esto no es así ni de cerca. Hay
que cuidar al futbolista, la imagen de la institución, tener planes distintos
si caes en un pozo de dudas, sobre todo si el entrenador que trajiste a inicios
de año no te dio lo que requerías. Estar preparado para una posible venta del
club y todo lo que se puede crear alrededor de estas noticias que, hasta el
momento, son solo rumores y nada concreto en lo absoluto. Entonces se están
haciendo mal las cosas fuera y dentro del campo.
Dicho
esto, nos enfocamos en el balance dentro del campo de juego, un análisis que se
va a enfocar en el gran problema que siempre un técnico puede tener, es decir,
el de no ubicar a los jugadores donde mejor rinden o, simplemente, en su
posición natural; sobre todo porque un buen equipo, como en algún momento lo
han dicho varios entrenadores de este deporte, se arma de atrás hacia adelante.
Y es precisamente en la zona trasera del conjunto de Pablo Zegarra que
encontramos que ninguno juega habitualmente en la zona que actualmente
desempeña.
Edison
Chávez es volante por derecha, una especie de extremo que puede jugar de
lateral por ese lado, pero los errores tácticos se reflejan en el momento, ya
que siempre se queda enganchado en la trampa del fuera de juego, deja la
espalda desguarnecida y su temperamento deja mucho que desear. Si nos vamos a
la zaga central, Cazulo se ubica en esa zona junto con Garcés en los últimos
partidos, quienes son dos volantes que ahora juegan de centrales y ambos
demuestran desorden de manera recurrente, porque sienten esa necesidad de estar
un poco más adelante y de participar en el armado del juego. El retroceso se
hace tedioso. Abram ocupa la parte izquierda de la defensa tras la lesión de
Céspedes. Y no solo por ser zurdo es que va a rendir en esa posición.
En
la mitad de la cancha encontramos que se juega con un triángulo, tres hombres
en esa zona, formados con un ‘5’ haciendo las labores de ser el primer pase del
equipo, aparte del defensivo de cubrir las espaldas de los laterales o de los
volantes mixtos que se paran un poco por delante de él.
Pedro
Aquino se fue a México y esa posición se convirtió en un enigma, quien se paró
ahí, no rindió, ni Isique ni Ballón, nadie. En la zona de creación, Lobatón perdió
el nivel y Calcaterra desapareció por las lesiones. Además Joel Sánchez, quien
no transcendió en ningún partido desde que llegó al equipo celeste.
En
la zona ofensiva, no se entiende de qué juega Ávila, porque ser el goleador, jugando
“libre” en el ataque tiene sus méritos. Es una especie de falso ‘9’, acompañado
de Sandoval y Christian Ortíz (otro de muy bajo rendimiento), pero se ataca sin
una idea de juego. No hay un plan, sino por el contrario hacen notar que
improvisan el ataque. Y esto lo digo porque, en muchos partidos, los goles son
producto de los errores del rival más que de la creación.
Se
perdió todo, la idea de juego, la capacidad de reacción del entrenador y de los
jugadores, la profundidad de ataque. Y también se perdió algo importante: el
objetivo.
No
todos saben cuál es o cada uno tiene el suyo, lo cierto es que se nota que no
todos reman hacia la misma dirección y que esas caras de depresión no se las va
a quitar nadie si no comienzan por ellos mismos. Justo cuando tienen que sacar
“la raza celeste” es que se les acaba el agua y no se pueden lavar la cara. La
decadencia rimense en todos los sentidos.
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