En el mundo del fútbol, los mitos
y leyendas se registran por ser hechos históricos e impactantes. Este es el
caso de una generación prometedora de futbolistas que se perdió en un
misterioso accidente aéreo el cual, hasta hoy, no se ha resuelto.
Luis Gonzales (@Luchvr)
Era 1987, en Perú. Alianza Lima, uno de los clubes más importantes del
país, estaba a tres fechas de obtener el título. Era diciembre. Aquel equipo era joven y con mucho futuro. La
mayoría, no pasaba de los 23 años y ya jugaban en la Selección. Era un grupo
compuesto por experiencia y juventud, una buena combinación. El equipo de
Matute no era campeón hace varios años y había llegado el momento de acabar la
sequía. Entre los nombres más resaltantes estaban Francisco Bustamante, José
Casanova, Daniel Reyes, Tomás Farfán, Alfredo Tomasini y Luis Escobar –la
estrella-.
El día 8, el equipo aliancista tenía que visitar a Deportivo Pucallpa, en
la selva. Hasta ahí, el campeonato estaba muy cerca para ellos. Al final,
vencieron 1-0 a los ‘charapas’ y, tras el término del partido, era momento de
regresar. Es aquí donde se desarrolla la historia.
El club decidió regresar lo más pronto posible Lima, por eso alquilaron
un avión ‘charter’ a la propia Fuerzas Armadas. Partieron y alrededor de las 8
de la noche, horas más tardes, el avión ya no podía seguir su rumbo. Algo
sucedía en la avioneta. Desde la torre de control intentaron contactarse con el
vehículo aéreo, pero fue en vano. El Fukker F-27 de la Marina de Guerra terminó
estrellándose en el mar del Pacífico. Murieron todos: entrenador, jugadores,
algunos hinchas; todos, menos el piloto.
El país y la afición blanquiazul entraron en un dolor inmenso. Aquel
grupo era denominado por la gente y el periodismo deportivo como el gran
recambio generacional del fútbol peruano. Los restos del avión y de los
tripulantes terminaron varados en las costas del distrito de Ventanilla.
Durante las investigaciones, se encontraron varios cabos sueltos.
Evidencias que ponían en duda que el hecho hubiese sido un accidente. Una de
ellas es que los jugadores descubrieron que se transportaba drogas y los
pilotos, al verse desenmascarados, los mataron y luego ocasionaron que el avión
se estrellara para perder la droga. Otra, que uno de los jugadores entró en
pánico en una turbulencia y que el piloto, al querer auxiliarlo, descuido el
timón del avión y este perdió su rumbo. Por otro lado, los rumores populares se
acrecentaron debido a que el piloto –único sobreviviente- no quiso declarar
nunca.
Tras perder al equipo entero, los de La Victoria se vieron necesitados
de reforzar el plantel de alguna manera. Colo Colo cedió algunos de sus
jugadores para apoyarlos en su difícil momento, reforzando un vínculo formado
años atrás entre ambos clubes. La noticia llegó varias partes del mundo. Bobby
Charlton, al enterarse de lo sucedido, hizo público su pesar, recordando el
accidente de Manchester United en Münich. También Peñarol se solidarizó con los
peruanos portando lazos negros en la Copa Intercontinental de ese año, en
Tokio. Pese a los esfuerzos, Alianza no pudo llevarle el paso al torneo y el
sueño de volver a ser campeón tras varios años, se desvaneció.
El recuerdo de los ‘Potrillos’ –denominados así por ser, en su mayoría,
jugadores de las canteras- se hizo una huella en la mente de los hinchas más
fieles de Alianza Lima. Cada año, los recuerdan haciendo misas o yendo a la
costa para homenajear a quienes consideran héroes. Por muy misterioso que sea
el desenlace, en algún momento se sabrá la verdad. Por ahora, solo queda
decirles que pasaron de La Victoria a la gloria.
Foto: La República
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