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México y la tradición de contar la Historia de Bronce, exaltando así el nacionalismo, parece un método que gusta y nos hace sentir orgullosos de nuestros colores, nuestra patria, nuestros símbolos. Porque nosotros recordamos —y celebramos con tequila en mano— las fechas que nos exaltan como nación, guardamos 24 horas de respeto una vez al año por ellas.

Los monumentos de Barbarie, traen recuerdos que mitos o leyendas, nos hacen ser el país que somos; desde ser valientes y ‘luchones’ como aquellos “Niños héroes” que se tiraron de lo alto del Palacio de Chapultepec defendiendo la bandera ‘tricolor’ de los Estados Unidos, hasta la poca estabilidad económica, social y política que arrastramos desde la independencia en 1821. Si si, desde los campeonatos Sub-17 en 2005 y 2011, los olímpicos 2012, y las últimas instancias en sub-20, hasta las eliminaciones con Estados Unidos, Argentina y Holanda en 2002, 2006, 2010 y 2014 respectivamente.

¿Por qué México es una potencia en categorías menores y al llegar al máximo nivel deportivo no puede pasar de un  cuarto partido?

En el Siglo XX, muchas preguntas vendrían a la cabeza de los dirigentes del deporte mexicano,¿Por qué un país con tantos habitantes, no puede encontrar once hombres dotados de talento para competir contra otros países? ¿Por qué con un Liga, bien formada, no podemos competir contra países que sus Ligas son peores que las nuestras? ¿Por qué hay jóvenes sudamericanos y africanos en los mejores equipos europeos y de los nuestros hay si acaso uno o dos? Había mucha bronca por los directivos mexicanos, no sabían por donde atacar el problema; el dinero estaba, había instalaciones, comodidades, millones de jugadores, había todo…bueno casi todo.

No había que quemarse la cabeza para saber el problema, México tenía las cosas para ser una potencia, sin embargo no sabía cómo ni cuándo aplicarlas. Tenía dinero, pero no sabía invertirlo, tenía millones de jugadores, pero no sabía prepararlos, tenía una Liga, pero con poca estructura.


La Selección mayor celebra en el Azteca (Foto: Imago7)

En el siglo XXI, después de tantos fracasos, el trabajo y la mentalidad del mexicano comenzó a cambiar, la frase de “Si se puede” nos hizo mucho daño,  había que cambiarla inmediatamente ya; la etiqueta de ‘país tercer mundista’ y la forma de vernos ante los alemanes, brasileños y franceses también había que modificarla. Todo empieza con Jesús Ramírez, quien entendió que México no podía ganar, si sus jugadores no estaban mentalizados y preparados desde jóvenes. No hay cabeza sin pies, todo es un sistema, que si funciona adecuadamente, los resultados vendrán a la larga. Las bases comenzaron a formarse desde finales de los 90’, y en unos cuantos años dieron fruto. Desde un jugador que se encontraba en la Masía, hasta un niño callejero llamado Carlos Vela que jugaba cascaras en Cancún, con la generación del 2005 ‘Chucho’ puso un antes y un después del futbol mexicano.

La generación del 2005 fue un parteaguas; con ella, México entiende el método del triunfo, exporta jugadores al extranjero y provoca que el mundo vea a México futbolísticamente. Posterior a eso, con esa gran escuela que inicia ‘Chucho’, vienen entrenadores como Raúl Gutiérrez, Mario Arteaga, Juan Carlos Chávez y Sergio Almaguer, que quienes con la misma filosofía y una pisca extra de su idea, logran potenciar aún más el futbol mexicano.

Mexico, un invitado ‘normal’ en las instancias finales; unos juegos olímpicos; tres pre-olímpicos; dos campeonatos del mundo sub-17, además de un tercer y un cuarto lugar; actuaciones ‘aceptables’ en la 20, han hecho que nos pongamos como favoritos en las próximas copas del mundo, pero repasando esas selecciones triunfadoras, revisando nombre por nombre las listas, nos encontramos que solo siete de más de cien jugadores, han probado las mieles europeas (Vela, Dos Santos, Moreno, Juárez, Reyes, Herrera y Corona). De esas selecciones, muy pocos tienen un lugar en el cuadro titular de su club; Aldrete, Araujo, Esparza, Andrade y Esqueda de la de 2005, mientras que de la 2011, solo González, Fierro y Bueno cuentan con minutos.

México tiene dos problemas que limitan el crecimiento total:
1. La falta de oportunidades

Para el Apertura 2015, se tiene registrados un total de 156 jugadores no nacidos en México; 82 jugadores extranjeros, 53 naturalizados y 21 no nacidos en México pero que cuentan con la nacionalidad mexicana.

A falta de una jornada por jugarse, se han anotado 439 goles, de los cuales 271 (61.73 %) han sido anotado por extranjeros y solo 168 por mexicanos. Y en los primeros veinte lugares de la tabla del goleo individual, solo Bravo (7mo), Herrera (9no), Peña (18avo) y Peralta (20mo) figuran.

Una de las mejores canteras en México es —o era— Pumas, líder general absoluto de la competencia y con la mejor ofensiva del mismo. Sin embargo, los cuatro fantásticos (como le llaman a su cuarteta ofensiva), está conformada por un ecuatoriano, un uruguayo, un argentino y solo un mexicano. Al igual que los Rayados (segunda mejor ofensiva), quienes los goles han sido repartidos entre Funes Mori, Pabón y Cardona, los tres extranjeros.
El promedio de no nacidos en México, es de 9 jugadores por plantilla de los cuales, 6 son titulares.

·         Tijuana – con 15, (5 son extranjeros, 4 naturalizados y 6 nacidos en Estados Unidos).
·         Querétaro – con 12
·         Cruz Azul – con 11
·         América, Atlas y Tigres – con 10 cada uno.

El joven mexicano no es la primera opción en su club, inclusive a veces no es ni la segunda, por ejemplo el Pachuca este año, que quienes con las desafortunadas lesiones de Cano, Cvitanich y Nahuelpán, prefirieron traer a Franco Jara a mitad del torneo, en vez de darle oportunidad a los jóvenes con los que trabajan día con día.

Promesas como Cesar Villaluz, Éver Guzmán, Julio Gómez, Giovanni Casillas o Jorge Epericueta, se han perdido en las penumbras de la segunda división, o peor aún, continúan jugando con las reservas de sus equipos.


Carlos Vela, uno de los máximos referentes de la Selección Mexicana (Foto: Foxsportsla.com)


2. La mentalidad
Luego de los grandes sucesos, el jugador mexicano suele tener dos caminos:
·         Sentirse ‘Inmortal’ y pensar que su futuro ya está hecho, llegar al entrenamiento con el primer equipo alzado, pensar que tu nombre ya quedará para siempre en la historia.
·         No atreverse a salir a Europa cuando hay ofertas. Y aunque en parte también culpa de algunos directivos que no ven por el jugador y el país, sino por sus propios intereses, el jugador mexicano también prefiere irse a la ‘fácil’ en vez de enfrentar un mayor reto en su carrera. Un ejemplo que marca todo lo contrario es el de Jesús Manuel ‘Tecatito’ Corona, quien a pesar de no ser apoyado y recibir críticas sin cansancio, calló bocas y poco a poco se vuelve un ídolo en el Viejo Continente.

Decía Cesar Luis Menotti, que uno juega como vive. Y es que si vemos como es el mexicano en su vida y en el futbol, nos podríamos explicar el porqué de las cosas. Somos un país con mucho desempleo, con falta de oportunidades, con mandamases que controlan nuestras vidas, con una impasividad impresionante de no hacer nada. El futbolista mexicano es víctima de esos mandamases, de esa injusticia, y ante eso, no hace nada. Hacen falta más jugadores como Corona, aquellos que se atrevan a probar algo diferente, al cabo, como decía Benedetti;“Imagina lo precioso que puede ser arriesgarse y que todo salga bien”.

Por México y un futuro próximo exitoso.
Extraído de El Número 5

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