Por: Gabriel López (@Gabriel_1021)
Hay selecciones que sufren
varios procesos y en general, terminan cambiado su estilo, pero el caso chileno
es atípico: Bielsa, Borghi, Sampaoli y Pizzi; cuatro procesos con continuidad
que perduraron y se mantienen en el tiempo con pocos retoques en el 11 titular.
Quizás no soy el más indicado para hablar del tema, porque no vivo la situación
desde adentro, pero la selección roja en los últimos tiempos está en boca de
todos más por las polémicas sufridas, que por los títulos conseguidos en Chile
y Estados Unidos, ante Argentina y esto llama muchísimo la atención y vale la
pena dar un repaso a cada uno de ellos.
El paso del “Loco”
Con Marcelo “Loco” Bielsa,
todo parecía estar controlado y cómo no, si el argentino es una máquina para
entrenar y no le importan los ‘nombres’ sino los hombres. La consigna era
clara: trabajar y luchar para ganarse el puesto. Aquel equipo, en la mayoría de
sus presentaciones, formaba con Bravo; Jara, Ismael Fuentes, Contreras, Vidal;
Isla, Carmona, Beausejour; Sánchez, Suazo y Mark González. Su último partido
marcó una dura derrota 0-3 ante Brasil, en los octavos de final del Mundial de
Sudáfrica 2010.
Cuando Bielsa decidió
marcharse, muchos dudaban de si volverían a ver a ese gran Chile de las
Eliminatorias y el Mundial. Ese equipo había logrado la mejor actuación de toda
su historia en dicha competición y además, Chile volvió a ganar un partido
mundialista tras 48 años de espera. El argentino estuvo al mando de 51
partidos: 28 victorias, 8 empates y 15 derrotas; con 69 goles a favor y 49 en
contra, para un rendimiento del 61,1%.
Fue un ciclo bastante
positivo, en el cual el fútbol fue fiel protagonista y quizás la única mancha
del mismo derivó en la salida del propio técnico por sus diferencias con el
presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) en aquel
momento: Sergio Jadue.
No hubo incidentes mayores
ni actos de rebeldía. El “Loco” sabe lo que hace de principio a fin, pero luego
de ello, Chile pareció desmoronarse y nunca pudo volver a unirse del todo.
El momento del “Bichi”
La llegada de Claudio
Borghi a la selección fue aplaudida por unos y odiada por otros. El paso del
entrenador anterior dejó la ‘vara’ tan alta, que el naturalizado chileno se
veía en la obligación de hacer un mejor papel. Sus primeros amistosos fueron:
empates ante Portugal (1-1) y Paraguay (0-0); y par de victorias contra
Colombia (2-0) y Estonia (4-0).
Su prueba de fuego fue la
Copa América de Argentina 2011, en la cual tuvo una primera fase muy buena,
clasificando invicto a los 8vos de
final. El debut fue ante los mexicanos, a los cuales derrotaron 2-1, para luego
empatar 1-1 ante Uruguay y cerrar la fase ganándole a Perú 1-0. Todo parecía
normal, correcto, pero la primera piedra en su camino llegaría pronto:
Eliminado en los cuartos al caer 1-2 ante la selección venezolana.
Este ‘golpe bajo’
trascendió más allá de los futbolístico, porque la presión mediática y los
aires ‘sobrados’ de una victoria tranquila para la roja, por parte de la prensa
y aficionados, iniciaron los desplantes con el técnico. Finalizada la copa,
Chile debería enfrentar las Eliminatorias para el Mundial de Brasil en 2014.
Luego de un comienzo nefasto con derrota ante Argentina 4-1, pudieron enmendar
la situación y derrotaron 4-2 a la selección de Perú.
La siguiente fecha
(Uruguay y Paraguay) marcaría uno de los hechos más vergonzosos y polémicos en
toda la historia del fútbol chileno llamado: “El bautizazo”. Borghi dio la
tarde libre al plantel y un pequeño grupo conformado por Jean Beausejour,
Carlos Carmona, Gonzalo Jara y Arturo Vidal acudieron al bautizo del hijo de
Jorge Valdivia. Los jugadores llegaron tarde a la concentración, aproximadamente
unos 45 minutos tarde. “Llegaron en un estado no adecuado para un futbolista,
los separé del plantel y fueron desafectados a eso de las 12 y media de la
noche”, dijo el seleccionador en rueda de prensa.
En otra de sus
intervenciones el técnico fue tajante. “Los fui a ver a la habitación y no me
llevé una grata impresión, y les pedí que se retirarán de la concentración.
Sacarlos de esta forma nunca se me había ocurrido, es desagradable. No sé en
qué estado etílico estaban, pero claramente no se veían en buenas condiciones y
no se podían ni defender”.
A raíz de ello, los
jugadores desafectados llamaron a una rueda de prensa en su defensa y tildaron
al entrenador de “mentiroso y faltar a la verdad”. En estas declaraciones a la
prensa estuvieron presente todos los implicados en el hecho de indisciplina, a
excepción de Arturo Vidal. En los meses siguientes, Borghi volvió a chocar ante
Venezuela, esta vez saliendo victorioso del encuentro, pero sería sancionado
por la FIFA tras presuntos insultos “racistas”, ante el 4to árbitro. Esto sería
lo último del “Bichi”, al mando de Chile.
Turno del “Hombrecito”
En el año 2012, luego de
su paso exitoso por la Universidad de Chile, sería el elegido para dirigir a
una selección que estaba golpeada por el proceso anterior y en una situación
muy delicada. Jorge Sampaoli, desde su llegada a la roja, buscó hablar con las
principales figuras del equipo para tratar de crear una buena sincronización
desde el ‘vamos’. En su debut logró
ganar, cosa que no pudieron hacer Bielsa y Borghi respectivamente.
Su primer partido en
Eliminatorias fue una derrota ante Perú 1-0, pero luego de ello logró estar invicto en 6 partidos de forma corrida:
4 victorias corridas ante Uruguay, Paraguay, Bolivia y Venezuela, 1 empate con
Colombia y otro triunfo ante Ecuador, que le valieron a Chile para clasificarse
al Mundial. En dicha competición, volvieron a caer en 8vos de final ante el
mismo rival de 4 años atrás: Brasil, esta vez en penales. Cabe destacar, que en
la primera fase enfrentaron nuevamente a España, pero esta vez los pudieron
derrotar.
Luego de 2 clasificaciones
al Mundial, prácticamente con los mismos protagonistas, la prensa y la hinchada
chilena estuvieron de acuerdo en algo: Esta era la ansiada “generación de oro”,
del fútbol chileno. La Copa América que se llevaría a cabo en su tierra, tenían
que tener una buena actuación y además, eran serios candidatos por la localía.
El equipo cumplió y salió
campeón al derrotar a Argentina en la tanda de penales, pero el fantasma de las
polémicas volvió a aparecer. Arturo Vidal, quien ya había estado involucrado en
un acto de indisciplina, en el cual pidió perdón y además, fue indultado por la
asociación para que regresara a jugar a la selección, fue de nuevo el
protagonista.
El jugador salió al casino
en otro ‘momento de libertad’ del cuerpo técnico y decidió tomarse unos cuantos
tragos, pero terminó en estado de ebriedad y estrelló su automóvil. El choque
fue fortísimo, pero el chileno salió intacto del mismo. El rumor de lo sucedido
crecía, hasta que se confirmó. Al día siguiente y en pleno torneo en marcha,
Vidal, dio la cara ante la prensa para pedir perdón y victimizarse en la
situación. Jorge Sampaoli, no tuvo “más remedio”, ante la presión de todo un
pueblo y aceptó mantener al jugador en sus filas y perdonar este suceso.
Ganar la copa dejó todo de
lado y parecía que las cosas marchaban a la pecera celebración tras
celebración. En los siguientes meses, el ídolo de todos, entró a una habitación
oscura de la cual no pudo salir y más nunca pudo ver la luz. “Me siento como un
rehén”, fueron las palabras del entrenador luego de varias conversaciones con
los dirigentes, para solicitar rebajar una de las cláusulas de su contrato,
ante una posible “salida” del cuadro chileno, ya que el argentino tenía meses
pensando en su salida.
En la piel del Lagarto
Tras la salida tan sonada
de Jorge Sampaoli, buscaron a un hombre que intentara actuar de “pacificador” y
pusiera las cosas, un poco, en su lugar. Juan Antonio Pizzi, fue el elegido
para realizar tan difícil tarea y su llegada se anunció en enero del presente
año. En marzo le tocó enfrentar su primera doble fecha en las Eliminatorias,
perdiendo ante Argentina 1-2 y derrotando a Venezuela 1-4.
Llegó a dirigir un equipo
campeón de América y la vuelta de la esquina tenía que revalidar su título en
la tan esperada Copa América Centenario, en los Estados Unidos. El equipo tuvo
una ‘correcta’ primera fase y a medida que avanzó el torneo, estuvo mejorando.
Le propinó una goleada de ‘novela’ 7-0 a México en los 4tos y luego derrotó 2-0
a Colombia en las semifinales, para terminar encontrándose de nuevo con
Argentina y terminar con el mismo resultado: campeón de Copa en tanda de
penales. A pesar de ello, se les está acabando el recambio, ya que actualmente
la plantilla posee el promedio de edad (28) más alto de toda Sudamérica y las
juveniles, por ahora, no muestran grandes cosas.
Las aguas parecían volver
a su cauce, luego de otra celebración por todo lo grande, pero los problemas
llegaron nuevamente al vestuario de la selección. En las sesiones de
entrenamiento, previas al partido ante Bolivia que culminaría 0-0, trascendió
la pelea y el intercambio de palabras entre Pizzi y quién si no, Arturo Vidal.
El técnico no le dio mayor importancia públicamente al asunto y solo indicó que
“era algo del fútbol y que Arturo siempre quiere ganar”. Además, zanjó el tema
diciendo que “fue una simple pelea de fútbol con el árbitro por faltas mal
pitadas y sé que el árbitro es muy malo, porque era yo”.
Luego de hacer este repaso
por todos los procesos de los últimos años para selección de Chile, se pueden
sacar dos conclusiones: las polémicas le
dieron una goleada a lo futbolístico, en ciertos momentos, pero los jugadores
supieron levantarse ellos y alzar trofeos. Para algunos estará mal perdonar
los actos de indisciplina y para otros no, lo único cierto es la realidad:
Chile tenía 100 años sin ganar nada, y de golpe, son bicampeones de América.
La selección de Chile está
pasando por su peor momento desde la llegada de Pizzi al mando. Actualmente, la
roja está fuera de los puestos de clasificación al Mundial y a pesar de que
faltan muchos partidos para culminar las Eliminatorias, preocupa mucho el
cambio de actitud de los jugadores. Gary Medel, referente del equipo, pareció
'hacerse' expulsar en el partido ante Paraguay y causó gran revuelo con estas
acciones. ¿Podrá Chile superar este momento? ¿Esta vez reinará el fútbol o
volverá a ganar la polémica? Habrá que esperar hasta la próxima fecha, pero al vestuario
de Pizzi lanzaron una bomba de tiempo y en cualquier momento puede llegar a
explotar.
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