Rai Monteiro en Tácticamente Falando
Traducción: Lilia Finol
El
segundo desafío de Tite en el comando de la selección tiene buenos motivos para
ser más complicado que el primero, a pesar de la sorprendente campaña de
Ecuador y los peligros en donde no ganaba hace 33 años.
La
Colombia de José Pekerman tiene 4 años de trabajo y viene de dos cuartos de
final, una en la Copa del Mundo y otra en la Copa América de Chile. Además de
una semifinal en la misma Copa América Centenario. Los cafeteros tienen una
idea de juego asimilada, un conjunto más calificado y bien trabajado, sumado a
un crack como James Rodríguez, de “baja” en el Real Madrid, pero que marcó un
gol y dio una asistencia en la última fecha de eliminatorias.
Para
calmar la posible olla de presión que sería el juego, Brasil adoptó la
estrategia de tener paciencia a la hora de las transiciones y de la búsqueda del
espacio.
¿Acelerar?
Solo
en el último tercio, como en la jugada que Neymar cobró y Miranda convirtió en
gol antes de los 2 minutos. Tranquilidad para ejecutar el plan de juego. El
ritmo de juego tenía que ser pausado en transición con pases cortos y rápidos,
verticalidad en el frente, y muchas triangulaciones, sumado a un juego apoyado
por dentro y laterales. Marcelo y Alves firmes en el avance, con Neymar y
Willian trabajando hacia adentro, confundiendo la defensa colombiana.
Detrás,
Paulinho llegaba y Renato se hacía responsable por la primera transición al
lado de Casemiro.
Brasil en el ataque con laterales plantados, puntas por dentro y Paulinho pisando el tercio final. Renato al lado de Casemiro en la transición y Colombia poco compacta.
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Pekerman
le costó encontrar el posicionamiento de su equipo. La transición defensiva era
lenta y dejaba huecos bien explotados por un Brasil que comandó los primeros 30
minutos del duelo en la caliente Arena Amazonia. Los colombianos buscaban
variaciones con James y Muriel cambiando de lado y Macnelly regresando para
buscar al lado de Barrios.
La
etapa final tuvo un nuevo panorama. La selección de Tite encontró dificultad en
la transición y poca posibilidad de crear con triangulaciones, gracias a una
Colombia que se paró mucho mejor en el campo, cerrando el medio y dificultando
las acciones. Pekerman apostó por Cuadrado, para a partir de eso centralizar a
James y conseguir más pelotas por dentro. Entonces apareció Casemiro, otra vez
destacando por el medio. Sólido en la marcación, no permitió a James
posibilidades ofensivas.
Colombia en el segundo tiempo, con un bloqueo más eficiente en el centro del campo.
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Sin
la misma producción, Tite movió, como en Quito a Coutinho en lugar de un
Willian apagado. De la punta hacia dentro, el atacante revivió los momentos de
dominio ofensivo de la selección, gracias también a la entrada de Giuliano por
un cansado Paulinho. Ganando dinámica, Brasil creció en el juego y aún sin
igualar a la óptima primera etapa, llegó el gol con dos conceptos importantes
en la era de Tite: Presión alta y
velocidad en el tercio final.
La
segunda victoria de Tite al mando de la selección confirmó la tesis de que el
enfrentamiento con Colombia sería más duro que la visita a Ecuador. Fue, por
los motivos ya citados que colocan a la selección de Pekerman y James como una
de las grandes de América, y también por el período de adaptación por el cual
pasa Brasil.
De
inicio, el nuevo entrenador cumple más de lo que es esperado. Apagó el incendio
y ya dio una cara al equipo. Las 2 victorias, inéditas en estas eliminatorias,
son fruto del desempeño y del alto nivel que Brasil volvió a mostrar. Que siga
así.
Panorama táctico final del juego en Manaus. Brasil creció de Giuliano y Coutinho.
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