En mi pueblito de Florida, allá en Uruguay,
Nos devorábamos libros de fútbol y
conocíamos la historia
De los grandes equipos de
Sudamérica.”
Gerardo Pelusso.
Diego Baquero O. (@DiegoBaco23)
De los
61 años que tiene, seguramente más de 50
los ha dedicado al futbol y todo lo que a éste lo rodea. Gerardo Cono Pelusso
Boyre, el nuevo estratega de Independiente Santa Fe, llega al club bogotano tras
la renuncia de Gustavo Costas. Este uruguayo que “habla poco pero trabaja mucho” es un obsesivo. Vive, siente y
respira futbol y en Independiente Santa Fe encuentra un escenario ideal para
desplegar y poner en práctica todos sus conocimientos.
¿Pero
quién es el encargado de darle rumbo a este equipo que tiene en la mira
la Liga 2015 – II, la Copa Águila, y
por supuesto, su mayor anhelo del semestre, la Copa Suramericana? Pues bien.
Nos encontramos con un exjugador y ahora Director Técnico, que por más de medio
siglo ha estado vinculado al futbol directa o indirectamente. Su carrera empezó
en su país natal, cuando en 1970, formo parte del Club Nacional de Uruguay,
equipo del cual es hincha y donde se desempeñaba como
un férreo defensor central. Tras un breve paso en el ‘equipo bolso’, incursiono
en los clubes, también uruguayos, Colon y Liverpool. 6 años después, en
1976, continuo su carrera en Atlético Potosino de México para posteriormente
llegar al Futbol Ecuatoriano en 1978 para actuar en Deportivo Quito, Liga
Universitaria de Quito y finalmente en Emelec donde para infortunio de él, una
lesión muy grave en su rodilla lo alejo del futbol a la temprana edad de 29 años.
Pelusso,
con la camiseta de Emelec en la temporada 1981-82.
Sin
embargo, este trágico episodio marcaría el nuevo rumbo que Gerardo Pelusso
tomaría para su vida. Tras su retiro en el año 82´y una
vez obtenido el título de Entrenador Deportivo, empieza su travesía por los
banquillos suramericanos en 1984 en el club que lo vio retirarse del futbol:
Emelec. A partir de ese momento ha estado en más de 17 equipos en países como
Ecuador, Uruguay, Chile, Perú y Paraguay registrando un palmarés digno de
admirar -y difícil de igualar- con campeonatos en Danubio y Nacional (Uruguay),
Alianza Lima (Perú) y Olimpia (Paraguay), éste último, permitiéndole llegar a
uno de sus mayores logros como lo fue la Dirección Técnica de la Selección de
Paraguay que buscaba la clasificación a la pasada Copa Mundial de Brasil 2014.
Este furibundo
hincha de Nacional de Uruguay, y quien
“nunca dirigiría a Peñarol”, desde su
época de jugador ya se dedicaba a observar, admirar y sobretodo estudiar,
aquellos equipos que le llamaban la atención. Algunos de ellos fueron el Ferro Carril
Oeste de Timoteo Griguol y el Estudiantes de La Plata de Carlos Salvador
Bilardo, que en los años 80’s
revolucionaron el futbol argentino y le hicieron frente al gran Boca Juniors de
Maradona, Bríndisi y Marzolini y al River Plate de Labruna y Di Stefano. De
estos equipos, Pelusso admiraba la versatilidad, polivalencia y exactitud
táctica que desplegaban y su novedosa forma –para el momento- de encarar los
partidos. Sin embargo, a lo largo de su carrera también siguió de cerca a
Giovanni Trapatonni e incluso a Marcelo Bielsa hasta que “se aburrió” de él. Hoy en día, admira a Oscar Washington Tabarez,
de quien se refiere como “el mejor
director técnico del planeta”.
Sin
embargo, hay un entrenador que lo marco de por vida. León Najnudel, gestor de
la Liga de Básquetbol de Argentina. De él, Pelusso saco la piedra filosofal de
todos sus proyectos: un buen grupo. Decía Najnudel, que eso de “un buen ambiente en el grupo significa compañerismo, disciplina, ganas de entrenar, ganas de ganar,
solidaridad. Hay que empezar a sumar cosas y si usted logra un buen ambiente
después aunque los jugadores los ponga patas para arriba créame que
le va a funcionar la cosa”. Fue en ese
momento que Pelusso comprendió la importancia de la mentalización: crear un
buen ambiente. Tenerlos contentos, que se cuiden, que sean compañeros y solidarios y que esto
conlleve a que, implícitamente, exista un compromiso entre el DT y sus jugadores,
pues en palabras del propio Pelusso, “si
este vínculo no existe, no tienes ninguna posibilidad porque el que juega es el
futbolista, pero ojo que yo no hablo de que me quieran sino que tengan compromiso
con la causa. Yo cuando llego a un equipo no llego a ser amigos. Llego a
trabajar para tratar de lograr el éxito”. Siempre, a todos los equipos
donde ha llegado ha mantenido un mismo discurso: “No vendo humo, no prometo títulos. Lo que si prometo es trabajo y
sacrificio”.
Futbolísticamente hablando, los equipos de Pelusso siempre
han buscado mantener el equilibrio en todas y cada una de sus líneas. No se lo
puede considerar ni muy ofensivo ni muy defensivo, pues lo que el entrenador
siempre ha buscado es mover a sus jugadores dentro del campo de acuerdo a como
se para el rival queriendo siempre atacar sus falencias y puntos débiles. Es un
obsesivo del fútbol, razón por la cual estudia minuciosamente tanto a su propio
equipo como al rival y de esta manera intenta diseñar la mejor estrategia
posible para el único objetivo que acepta: Ganar. “El mejor resultado es ganar y en un
partido de fútbol yo por lo menos no concibo otra manera que no sea pensando
cómo ganar. A la hora de jugar el partido hay que ver si somos capaces de
vencer al rival, si nos dejan hacer lo que planteamos. Pero al entrar a jugar
el partido, solo pienso en ganar, ganar y nada más”, dice.
Para él, el sistema debe ser cómodo, fácil y práctico y los
jugadores se deben sentir identificados con esa forma de jugar, no obstante,
cree que el número telefónico (4-4-2,
4-3-3, 3-5-2-1, etc.) es un elemento más dentro del modelo de juego, lo
realmente importante y a lo que el entrenador debe apuntar. Pelusso se “imagina e ilusiona con un equipo que juegue
de determinada manera, razón por la cual, hare las cosas metodológicamente para
conseguir buenos resultados, porque ningún sistema te asegura el éxito o el
fracaso”. En sus equipos, siempre ha buscado construir una estructura,
antes que una suma de individualidades porque más que nadie, él sabe que si
pierde uno o dos jugadores pero la estructura no se ve afectada, logro uno de
sus máximos objetivos: formar un equipo. Para eso, siempre ha buscado que la
confección de sus planteles sea sin más elementos de los estrictamente necesarios:
“Prefiero pocos motivados que mucho desmotivados”.
Además, otro de los factores importantes que
Pelusso tiene en cuenta a la hora de embarcarse dentro de un proyecto, es el de
saber a dónde llega y la idiosincrasia del pueblo al que arriba. Al respecto se
pregunta si “¿Sera posible que el DT de
una Selección como la de Brasil juegue con 5 defensores, 4 volantes, 1
delantero, metido en su cancha, esperando el contragolpe? Dirige un solo
partido, al segundo le piden la renuncia”. Con esto prácticamente está
sentenciando que se amoldara a la ya vieja y conocida ‘garra cardenal’,
elemento primordial y que ha estado presente en las buenas, pero sobretodo en
las malas, de este grandioso club.
Podría ser considerado como un pragmático del futbol, pues
una vez conformados sus equipos, éstos siempre tendrán la actitud y el pensamiento de
valorar utilitaria, práctica y sencillamente, todas las herramientas y situaciones
que se le presenten dentro del terreno de juego.
Independiente
Santa Fe lo espera para que de su mano, siga el ascenso hacia
el anhelado
título internacional.
Antes de desembarcar como timonel del equipo
bogotano, trabajo en la Comisión Técnica de Conmebol encargada de estudiar y
examinar el Torneo Juventud de América. Esta fue una gran oportunidad para él
de observar y analizar los nuevos talentos en Suramérica. A lo largo de su
trayectoria, siempre que ha podido, apostó por las divisiones menores de los
clubes donde estuvo, proponiendo una mayor atención en la formación de valores
para enfrentar la vida, antes que explicarles si deben jugar de volante por
izquierda, por derecha o por el centro.
Empieza un nuevo camino. No será fácil. La ilusión
se renueva, y como el propio Pelusso lo considera, “el futbol es un deporte de renovación. Lo que hoy te permitió ganar,
dentro de 2 meses no sé. El reto está en encontrar eso que te hace ganar todos
los días” razón por la cual, la hinchada tiene licencia para soñar, porque
con un entrenador de esta magnitud, estaremos más cerca que nunca de seguir por
la senda del éxito, renovándonos y acoplándonos a los nuevos escenarios que se
presenten.
Un ganador como Gerardo Pelusso es sinónimos de
liderazgo, de estrategia, de carácter, de estilo, de coraje. Concibe
al futbol como una manera de sentir y de vivir. Es absolutamente consciente a que club llego, de
dónde se viene y hacia donde se quiere ir. Si lo entiende y lo aplica estamos
seguros de que su paso por Independiente Santa Fe será muy exitoso. Con el
‘enfermo del futbol’ (como cariñosamente lo llamaremos) de nuestro lado, nada puede
salir mal.
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