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Gustavo A Laguardia (@AKD_GustavoL)


En Argentina, en lo que respecta a la organización del fútbol profesional de Primera División, estamos presenciando una "ruptura" de formatos que se mantuvieron a lo largo de 25 años. Desde 1990 se jugaron torneos "cortos", a una sola rueda, con la participación de 20 equipos. Esto sucedió de tal manera hasta la reestructuración de este tipo de torneos oficializada en el 2014, momento en el cual se decidió por un campeonato con 30 equipos y 30 fechas.

La organización de los campeonatos "domésticos" en el formato de "torneos cortos", consagró durante un cuarto de siglo a 2 campeones por año, algo así como un "campeón de la primera rueda" y un "campeón de la segunda rueda", con la salvedad de que ambos lo eran de modo oficial, como así también bi-campeón en el caso de repetir o hasta tri-campeón con "un torneo y medio" o "tres cortos", si no que lo digan River y Boca.

Pero, ¿qué cuestiones que tocan al fútbol como competencia han cambiado con este nuevo "experimento"?, ¿Qué constataciones pueden hacerse a 22 fechas de iniciado el torneo? En última instancia, ¿qué le significa al fútbol de Primera División en Argentina 10 equipos y 11 fechas más?

Lo primero que hay que decir es que la cantidad de fechas que se juegan es directamente proporcional a la diferencia entre equipos denominados "grandes" y el resto. De hecho, entre quienes marchan primeros después de haber disputado 66 puntos de los 90 que hay en juego, ya existe una diferencia de más de 30  puntos. Proyectar esta diferencia para los 8 juegos que restan sería lo mismo que aumentar la brecha que ya es demasiado amplia.

Otra cuestión tiene que ver con las expectativas de los equipos. En el anterior formato, los 20 que participaban, hasta la fecha 10 u 11 hablaban de "pelear" el título, hoy al ver más de 20 equipos por encima de ellos, solo arriesgan un tímido "entrar  a la liguilla por las copas", a sabiendas que hasta el 18ª lo hará.

También aparecen los mini-torneos motivadores: quienes luchan por ser campeón, quienes intentan entrar a los cruces para la Libertadores, aquellos que van por la clasificación a la Sudamericana, los recién ascendidos, que son diez, para asegurar la permanencia, y así... 

Finalmente podría decirse, nobleza obliga, que los tiempos para recuperarse de una 'mala racha' son mucho más genuinos en un torneo de 30 que en uno de 20, pero..., ¿no son acaso todas cuestiones de forma? ¿Cambió algo de lo que debía cambiar? Por ejemplo, los técnicos siguen siendo 'echados' literalmente de sus cargos (ya andamos por la decena, sino más...), la competitividad se disuelve por presupuesto de los planteles en desmedro del torneo actual y con incidencia en la B Nacional, torneo que ya a pocos le importa, los árbitros siguen siendo sospechados dirijan bien o mal, muy bien o muy mal, los reclamos de ingresos por derechos de televisación están a la orden del día, y por si fuera poco, de haber tenido 19 fechas nos hubiera salvado de la controvertida fecha 23, fecha en la que se enfrentan los punteros sin algunas de sus figuras que se van a jugar amistosos de sus selecciones que tampoco casi nadie mira ni se interesa por los resultados.

Habrán seguramente muchas otras constataciones para hacer, que el que las pueda hacer las haga, por lo pronto, hay una pregunta que sigue haciendo 'ruido', ¿a quién le sirve 10 equipos y 11 fechas más? 

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