Por: Diego Baquero (@DiegoBaco23)
Transcurrido
el primer mes de competencia oficial, sumado a un previo mes de pre-temporada,
encontramos que la versión de Gerardo Pelusso ‘El
enfermo cardenal’, al mando de Santa Fe es mejor que la esperada teniendo
en cuenta que son apenas los primeros meses de él a cargo del equipo. Jugados 6
partidos oficiales, 4 por Liga donde se ha mantenido en la punta desde el
primer partido y 2 por Copa donde ya se instaló en Cuartos de Final, hay un saldo
de 5 victorias y 1 empate con 13 goles a
favor y solo 1 en contra. Las áreas y la efectividad en ellas -tanto la propia como la del rival-
resumen este primer mes de trabajo.
Bajo
una de las premisas de Pelusso que dice que la identidad hay que cuidarla y
respetarla, el sistema base y con el cual ha venido trabajando Santa Fe en los
últimos años no cambio. 4 defensores, 3 volantes, 1 enganche y 2 puntas. Al
parecer, en su cabeza existe un ’11 ideal’ con Castellanos en el arco; Anchico,
Mina, Meza y Mosquera en la parte defensiva; Roa, Salazar y Seijas en la
primera línea de volantes; Omar Pérez como enganche y Wilson Mórelo y Luis
Quiñones en la delantero. Pelusso antes que buscar modificar el sistema, quiso
potenciarlo y poco a poco lo va logrando.
La
efectividad y contundencia en las áreas es muestra de ello ya que el equipo
logro hacerse fuerte en la parte
defensiva razón principal por la cual solo ha encajado 1 gol en 6 salidas y además,
en la fase ofensiva el equipo encontró una efectividad que en versiones
anteriores del equipo brillaba por su ausencia. De todas las llegadas que los
rivales han generado solo han logrado concretar una, con la figura de Leandro
Castellanos siendo determinante y una defensa que viene trabajando hace tiempo
y que innegablemente ayuda a tener una estructura sólida. Por su parte, de las
llegadas que el equipo genera en un partido siempre ha convertido al menos una,
teniendo un promedio de 2 goles por partido. Pero antes de centrarnos en estos
registros, lo importante es saber que el equipo está generando muchas ocasiones
bien sea en ataque posicional, bien sea en transiciones rápidas de
defensa-ataque o bien sea a balón parado, uno de los principales fuertes del
equipo. En la parte defensiva, sin ser muchas las ocasiones permitidas, se
podrían evitar aún más con el paso del tiempo y por supuesto, del trabajo.
Imágen: Win Sports
El sistema base. 4 defensores, 3 volantes y 1 enganche
formando un rombo y 2 delanteros
Por momentos se desarrolla una faceta de juego ‘A’, donde el equipo entrega la iniciativa y el balón al rival, situación que no le es ni desconocida ni tampoco incomoda. Con el control de los espacios –y no del balón- se agrupa en su conocido 4-3-1-2 sustentado en un orden defensivo que realiza la presión en el tercio medio de la cancha buscando apretar a quien lleve el balón y por supuesto a tapar a los posibles receptores. Una vez logra recuperar el balón intentar activar a los laterales y los volantes buscando crear superioridad a la espalda de la líneas de volantes del equipo rival además de intentar buscar la espalda de la última línea rival utilizando los excelentes pases de Omar y la velocidad de los dos delanteros, especialistas en correr al espacio. Si a esto le sumamos a la aparición de los laterales y volantes por las bandas, vemos como el equipo siempre busca ir generando amplitud que a la postre le permita ser más profundo.
En rojo, el jugador con la posesión del balón. En negro,
6 hombres dando opción de pase. Los 2 laterales dándole amplitud al ataque y
por ‘dentro’ el enganche, los 2 volantes externos y 1 delantero. A Santa Fe le
gusta construir ataques posicionales con mucha gente.
En
otras ocasiones, la faceta cambia y se desarrolla mediante el control del balón
-y por supuesto de los espacios – donde
intenta dominar todas las acciones del juego y con paciencia intenta construir
acciones de ataque posicional, sobre todo con velocidad de traslado y toques de
primera, que le permitan vulnerar la defensa rival. Un ejemplo de ello es el 4° gol vs la Equidad
en la primera fecha de la Liga, donde se concreta la anotación tras una
secuencia de más de 19 pases seguidos. Para recuperar la pelota, la presión es
alta y la figura por momentos pasa a ser la de 4-3-3 con el adelantamiento de
Omar Pérez. Con dominio de balón, la utilización de las bandas de volantes y
laterales para jugar con las bandas y
no en ellas, ha sido fundamental para
crear superioridad, brindando a quien traslade la pelota muchas opciones de
pase y logrando llegar con ‘muchos efectivos’ a opción de remate. Muestra de
ello es que 5 de los 13 goles han nacido con desbordes y ‘centros atrás’ al
área. Además, los 2 volantes ‘llegadores’ (Roa y Seijas) ya tienen un gol cada
uno y un lateral ‘llegador’ como Mosquera, también.
Los 2 delanteros y el
enganche presionando la salida en campo rival. Se suman los dos volantes
externos. Santa Fe parado con un 4-3-3 reduciendo
los espacios del rival
Recuperación de pelota en campo propio para posterior lanzamiento de Omar buscando la espalda de la defensa rival para aprovechar la velocidad de los 2 delanteros.
Sin
embargo, en esta otra cara de la moneda, faceta de juego ‘B’ frente a equipos
netamente
defensivos que por lo general no ceden espacio a sus espaldas, los
delanteros titulares hasta ahora –Mórelo y Quiñones- no parecen sentirse tan cómodos
recibiendo de espaldas con lo cual la búsqueda de la espalda y el espacio del
rival mediante el juego entre líneas es fundamental para que se puedan
aprovechar y explotar sus principales cualidades. Para este caso, la figura de
un delantero más acostumbrado a jugar de espaldas y pivotear será fundamental.
Borja y Angulo serán buenas alternativas para este tipo de situaciones.
Por
mejorar esta el espacio entre líneas. Por momentos el equipo se ve muy largo,
con mucho espacio entre línea y línea lo cual sobre todo en fase defensiva hace
que el rival tenga mucho tiempo y lugar para dominar el balón. Al existir tanto
espacio, la recuperación del balón se convierte en una tarea mucho más
dificultosa que en el caso que las líneas estuvieran juntas.
Lo
importante es que se ve un equipo solidario, convencido de la manera de jugar y
‘camaleónico’ a la hora de plantarse en el campo del juego. No juega de una
sola manera, ni solo A ni solo B. Sabe entender muy bien los diferentes
momentos que se puedan desarrollar dentro de los 90 minutos y con base en ello
aplica la faceta de juego que crea conveniente, más teniendo en cuenta el
excelente trabajo previo de todo el Cuerpo Técnico en cuanto a estudiar el
rival se refiere.
A
priori, las dudas para este camino que apenas comienza son dos: Jugar fuera de
Bogotá y jugar sin el cerebro, Omar Sebastián Pérez. El primer escenario con
miras a saber si el equipo se comportara de la misma manera que lo hace cuando
juega en su ciudad y si permutara entre las dos facetas o si definitivamente
apelara a una sola dependiendo de la plaza y el rival. El segundo momento, sin
Omar, con miras a ver qué soluciones tácticas encuentra el uruguayo para suplir
a uno de los jugadores más determinantes del equipo y en el cual reposan 1 gol y
varias asistencias.
Indudablemente
que la rotación tendrá que ir apareciendo a medida que avance la competencia,
más si los buenos resultados siguen llegando. La merma física del equipo que de
un momento a otro llegara, será determinante para saber cuánto podrá ese ’11
ideal’ aguantar el ritmo, más teniendo en cuenta que una característica
determinante de esta versión del equipo, sobre todo en la faceta B, es la
presión alta en campo rival.
El
primer mes de la ‘Era Pelusso’ es bueno. También es importante que el mensaje
del Director Técnico sea el de no estar conforme y a su vez estar consciente
que los resultados abultados no pueden tapar los errores y que siempre habrá
algo por mejorar; la autocrítica es fundamental en aras de mejorar y Pelusso la
tiene. Ahora el reto será mantener el nivel y sumar a esa efectividad y
contundencia en las áreas, mejores alternativas para la salida del balón y un
juego en el medio del campo que se caracterice por tener más control, no solo
de los espacios sino también del balón porque la tenencia del mismo no es
ninguna estrategia, sino una necesidad porque es él quien no te deja perder y
te hace ganar.
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