En la Copa América 2007,
Nery Castillo, jugador por el que México y Uruguay se pelearon para poder
llevarlo a sus filas, maravilló al mundo, hizo lo que quiso con la defensa de
Brasil y bajo el mando de Hugo Sánchez, se preveía una carrera exitosa.
Pero de la noche a la
mañana, todo eso cambió. La tragedia llegó a su vida y aquel talentoso que
brilló como pocos, se desvaneció y pasó de ser llamado "crack" a un
trotamundo, que pasaba con más pena que gloria en cada uno de los clubes que le
fichaban.
En un reportaje para ESPN,
Nery Castillo deja claro que hay depresiones que duran años. Episodios
profundamente dolorosos y que toman toda una vida para poder sobrellevar y, a
veces, ni eso.
El jugador relató el
difícil momento que pasó después de una tragedia familiar, cuando perdió a sus
padres, Nery Castillo Sr. y Myriam Confalonieri, en 2009.
"Al faltar mi padre,
prácticamente perdí todo", dijo Castillo al recordar el momento en el que
toda su vida dio un giro tan radical y del que aún no se recupera.
Luego de tener un gran
paso por Olympiacos de Grecia, Castillo fue transferido por 20 millones de
euros al Shakthar Donetsk de Ucrania, donde le esperaría un infierno.
"Ucrania era un país
que no conocía; sabía que hacía un frío de morirse y no soy de aguantar eso.
Sabía que iba a ser un poco difícil pero ya tenía muchos problemas familiares,
de mis padres, tenían cáncer los dos. Los tenía lejos. Ellos estaban en Uruguay
y yo en Ucrania", explicó.
"Shaktar es una
ciudad minera y eso le afectaba a mi mamá por el cáncer. Lo pasaba mal, se
mareaba y se tuvieron que ir a Uruguay, y saber que iba a estar lejos y en
cualquier momento se podían morir por su enfermedad fue algo muy fuerte para mí
y no lo supe llevar", agregó.
EL
MOMENTO DURO LLEGÓ
Nery intentó enfocarse en
rendir dentro de la cancha, pero no lo lograba, el cáncer que agobiaba a su
padre y a su madre, se lo impedía.
"No fue nada fácil,
imagínate que se mueran tus dos padres en 11 meses. Los dos de cáncer. La
pasaba mal. Mamá falleció el 8 de enero y yo no pude ir ni al entierro. No la
vi. No sé cómo fue y no me pude despedir. En marzo mi papá ya cae con una operación,
su última operación, y aguantó hasta el 20 de diciembre, el día que
falleció", manifestó.
Al ser consultado sobre
cómo ha sobrellevado la ausencia de sus progenitores, Castillo no lo entiende
aún, se autoanaliza y cada paso que ha dado, le ha costado lágrimas de
dolor...mucho dolor.
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