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Emilio Pichardo (@pochas_10 )

El hombre que se levanta, es aún más grande que el no ha caído. El domingo 26 de junio del 2011, River Plate descendió en el partido de promoción que jugó frente a Belgrano, un suceso que provocó luto en toda la Argentina.

Un año más tarde, de la mano de Matías Almeyda volvió a la primera, dos después se consagró del torneo local y de la Copa Sudamericana, pero sin duda alguna el resurgir del ave fénix se completó ayer, cuando derrotaron 3-0 a los Tigres de México y levantaron la máxima justa sudamericana; La Copa Libertadores, torneo que llevaba el club diecinueve años sin ganar.

El ‘Volcán’ y el ‘Monumental’, dos escenarios dignos para una historia del olimpo, fueron testigos de veintidós guerreros partiéndose el alma. La pasión va más allá de un escudo en el pecho, se juega por un país, se juega por tener el honor de levantar la Copa que levantaron grandes como; Pele, Cafú, Walter Samuel, Riquelme, Neymar, Ronaldinho, Tevéz y Sorín.

River, cimbrando las bases desde abajo poco a poco, confirmó su grandeza, tres títulos en dos años y un futuro bastante prometedor, nos hacen pensar que ‘El más grande’ de América, volvió para quedarse, aquí las claves del título:


MARCELO GALLARDO

El 10 de junio de 2011, el último diez de River se retiró de las canchas con el Nacional de Uruguay a los 35 años de edad. El fútbol, extrañaría a un visionario del campo en espacios cortos y en mar abierto.

Sin descansar, Marcelo se convirtió en el técnico del Nacional a pocos días de su retiro, y dos años más tarde, estaría levantando su primer trofeo en Uruguay.

En un 21 de diciembre en 1997, River se jugaba el tricampeonato ante Vélez, en esa misma fecha, Gallardo tenía pactada la boda con Alejandra, su esposa. “River siempre primero”, dijo Gallardo, y tras coronarse tricampeón de Argentina, una ambulancia traslado al ‘Muñeco’ a su boda. Lo mismo pasó en 2014, cuando recibió un llamado de Enzo Francescolli y dejó todo para regresar al equipo de sus amores; River Plate.

A penas a sus 38 años, Gallardo ya levantó la Copa Sudamericana, la Recopa Sudamericana y el  subcampeonato en el torneo local. Sin embargo, le dio la alegría más grande a los hinchas millonarios cuando obtuvo la Copa Libertadores goleando 3-0 en casa a los Tigres.

Siempre ofensivo, y dejando el alma en la cancha, son las características del River de Gallardo que quedará inmortalizado en la historia del Club.



Una pisca de garra charrúa: CARLOS SÁNCHEZ

Fuerte, moreno, valiente y herido en su orgullo ganador, llegó Obdulio Varela, el gran capitán de la selección uruguaya en aquel partido denominado ‘Maracanazo’ a pedirle a sus compañeros; “Más sangre, más sangre” pidiendo sangre propia para poder mantener el resultado que los convertiría en historia.

El nacimiento de la "garra charrúa" fue hace 89 años en un estadio en las afueras de París. Allí los franceses quedaron deslumbrados con los jugadores uruguayos. La garra charrúa es cuando se agota lo físico y se deja  hasta lo espiritual en la cancha, cuando no hay nada más que poner y se sigue poniendo, es parte imprescindible de la moral del jugador de fútbol.

Lamentablemente esta especie está en peligro de extinción. Mirando a River, puedes ver a uno que va, corre, lucha, anota, defienda, asiste, grita, llora, sufre, se enoja… pequeño de estatura pero no de corazón, Carlos Sánchez ha sido un pilar en la obtención del título, con su habilidad, su lucha y los goles que marcó en el torneo. Al gran ‘Carlín’ le corre la garra charrúa por sus venas. El último capitán, Obdulio, estaría orgulloso de su compatriota.



EL GAS PIMIENTA

El 15 de mayo del 2015, miles de aficionados le guardamos un minuto de silencio al futbol argentino, cuando unos inadaptados del Boca Juniors, lanzaron gas pimienta a los jugadores de River antes de que saltaran a jugar el segundo tiempo.

A la vez, aceptamos por un momento en nuestras cabezas, la frase que alguna vez pronunció el escritor argentino Jorge Luis Borges; “El futbol es popular, porque la estupidez es popular”

El Súper Clásico argentino, se disputaba en una edición especial y a muerte por un boleto a los cuartos de final de la Copa Libertadores 2015, River sacó la ventaja en el Monumental y salió a esperar en La Bombonera, sin embargo el segundo tiempo ya no se pudo jugar por los actos acontecidos en la tribuna.

La CONMEBOL y la AFA llegaron a un acuerdo, y River obtuvo el pase a los cuartos de final.




TIGRES

Innecesaria piedad, fue la que tuvo el conjunto de Nuevo León ante River. River y Tigres compartieron el sector seis de la Copa Libertadores, y se encontraron en la final después.

Los Tigres con 11 de 18 puntos posibles, llegaron clasificados a la última jornada, Juan Aurich de visita, el rival. Por su parte River, llegaba con tan solo 4 puntos, esperando que los universitarios (que jugaban con suplentes) lograran el milagro ante el equipo peruano, que con tan solo el empate, lograría el pase a la siguiente ronda.

Al minuto 51’, Luis Tejada vía penal parecía aniquilar las posibilidades del conjunto millonario, pero Villalpando, Esqueda y Espericueta, dieron la vuelta al marcador y eliminaron al Aurich, cosa que le dio el pase a River al derrotar 3-0 al San José.

Por si era poco, en la ida Damm perdonó una clarísima oportunidad cuando se llevó a Barovero, y quedó solo frente al marco, por motivos inexplicables, el juvenil prefirió centrar en vez de tirar.

Al igual en la vuelta, Sobis y nuevamente Damm, fallaron en los primeros minutos, dos acciones que hubieran cambiado la historia del partido.

Matías Kranevitter

Algunos aficionados argentinos, se preguntan que, ¿Qué será de ellos cuando a Mascherano ya no le den más las piernas? La respuesta en caliente es fácil; Matías Kranevitter. Un cinco con no mucho toque, pero si con una gran capacidad para observar el juego y acumular conceptos.

De la 93’ de Lanzini y Álvarez-Balanta, Kranevitter despega con paso firme al futbol europeo. Atlético de Madrid, su destino.

El cinco de River, ataca, marca, recupera y asiste a sus compañeros, pieza indiscutible en el River de Gallardo campeón.

LOS BORRACHOS DEL TABLÓN

La afición de River siempre ha sido fiel a su equipo. En momentos difíciles como el descenso, nunca dejo de alentar, y lleno todos los partidos en el infierno.

La esperanza de algún día volver a probar las mieles de ganar los torneos sudamericanos, nunca se perdió, y aunque pasaron 19 años para volver a hacerlo, los barrabrava de River hicieron sentir el Monumental en cada partido de Copa que disputaron en estos años.

Las mantas, los cohetes y los ‘papelitos’ blancos y rojos, hacen del Estadio Monumental, un templo sagrado del futbol, una postal hermosa para el fotógrafo, y un ambiente hostil para el visitante.



MARCELO BAROVERO

Alto, flaco y encorvado, Barovero me recuerda al clásico portero argentino. No tan espectacular como el ‘Gato’ Marín, pero tan seguro como Zelada, Carrizo, Fillol o Abbondanzieri.

El capitán de River, va bien por arriba, sus trazos son buenos, y sus reflejos mejores. Pero la cualidad que le distingue, es que es un líder de hombres y un icono en la escuadra del ‘Muñeco’, prueba de ello que al final del partido, todos fueran a abrazarle.

De Porteña, lugar de donde es oriundo el ‘Chelo’, cuentan que hubo un personaje llamado Mariano Alaikyn, un cacique abipón, dotado de un indómito espíritu de libertad, que condujo al entonces pueblo de Porteña a la libertad; La crueldad atribuida a este pueblo, no respondía a una actitud innata, sino fue el resultado del ciego furor que despertaba en ellos la cultura dominante, genocida y de exterminio de la naturaleza que trajo el hombre blanco. El valiente Alaikyn, fue muy querido por los suyos y temible por los otros.

Así como su antepasado, Mariano Barovero es una especie de Alaikyn, que quedará inmortalizado como leyenda bajo los tres de River Plate.

JUVENTUD Y EXPERIENCIA; FUSIÓN PERFECTA

Josephine Knorr, escritor estadounidense una vez puntualizó que;  “Las iniciativas de la juventud valen tanto como la experiencia de los viejos”

Ramón Díaz y Marcelo Gallardo, se encargaron de hacer de River un plantel mezclado por jóvenes de la cantera, y veteranos experimentados, que dieron la picardía, el físico y la experiencia perfecta para ganar el campeonato.

De los jóvenes de la cantera, los jugadores más destacados son; Driussi y Mammana con 19 años, Tomás Martínez con 20, un Solari más con 23, Kranevitter y Balanta con 22, Guido Rodríguez con 21 y Funes Mori con 24. De ahí, Mammana, Funes Mori, Balanta y Kranevitter, tuvieron muchos minutos a lo largo de la Copa.

En cuanto experiencia, los millonarios formaron una columna vertebral con Barovero en el arco (31 años), Maidana (30 años) y Vangioni (28 años) en defensa, Sánchez (30 años) y Ponzio en la parte creativa, y adelante Saviola (33 años) y Cavenaghi (31 años).

LA ARGENTINIDAD AL PALO

El conjunto de Buenos Aires, enfrentó la mayoría del torneo con solo dos extranjeros, el resto del plantel fue totalmente argentino.

Los extranjeros de River son: Tabaré Viudez, Carlos Sánchez, Camilo Mayada y Rodrigo Mora de Uruguay, además de Edgar Álvarez-Balanta de Colombia.

Los constantes fueron Sánchez y Mora, los otros jugaron solo algunos minutos durante el torneo.
Su rival en la final, Tigres, jugó con seis internacionales en la cancha (Nahuel, Juninho, Arévalo, Pizarro, Sobis, Gignac), además en la banca aguardaban otros dos (Damián y Guerrón). Una de las razones por la cual Argentina triunfa internacionalmente, y México no da el paso.

SIN MIEDO ESCÉNICO

Los dirigidos por Marcelo Gallardo tuvieron visitas durísimas en su camino, en campos a prueba de débiles, pues visitaron estadios como la Bombonera en octavos, de la cual salieron vivos con un 0-0 y gas pimienta en el rostro. Posteriormente, visitaron al Cruzeiro en el Mineirao en cuartos, con la necesidad de ganar por más de dos goles.

Ya en semifinales visitaron al Guaraní en el Estadio Defensores de Chalco ante la vista de más de 40,000 aficionados, del cual salieron vivos empatando a un gol.

En la final, una “Incomparable” afición de Tigres, les recibió por segunda vez en el torneo, sin embargo no se inmutaron y consiguieron el empate otra vez para llevar la resolución al barrio de Núñez con su afición, donde todos los equipos, se apanicaron ante los de la franja roja en el pecho.


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