Ricardo Pinilla (@RicardoPinilla4) en El Dorado Magazine (@ElDoradoMGN)
Santa
Fe pedía mover y probar cosas, y los dos partidos ante Cobresal se lo han
permitido hacer. Inicialmente con un sistema en que sus dos focos de atención
eran Sebastián Salazar y Luis Manuel Seijas. Y anoche, la clave estratégica
recayó en las posiciones con balón tanto de Carlos Rivas como de Jonathan
Gómez. Los dos, de hecho, junto a Seijas, terminaron siendo grandes figuras del
choque.
En
un 4-3-3 asimétrico y con total libertad para los extremos, Carlos Rivas fue el
desborde y Jonathan Gómez la resolución. El primero, abierto, le permitió al
ataque de Santa Fe crear espacios y ganar tiempo a través del regate y el
cambio de ritmo; el segundo, suelto posicionalmente, manejar cada fase de
posesión a su antojo para él mismo resolver. Así el argentino logró marcar los
dos primeros goles.
También
hay que hablar de la opción de Cristian Borja para el lateral izquierdo. Sin
Leyvin Balanta, lesionado, su comportamiento dentro del sistema global fue
correcto. El carril zurdo desde el arribo de Gerardo Pelusso ha destacado por
ser el de salida larga gracias a su lateral, y Borja acató las órdenes para
conservar dicho funcionamiento. El ex del Cortuluá desbordó, ganó línea de
fondo y regaló combinaciones interesantes con el venezolano Seijas.
Para
los quince minutos finales, Santa Fe acabó con Salazar y Seijas de interiores.
Es decir, Pelusso volvió a insistir con lo observado en Chile. Y todo por un mismo
fin: dormir el ritmo del juego. En ese cuarto de hora donde coincidieron ambos,
casi el 40% de la posesión cardenal cruzó por los dos. Números que tienen una
interpretación sencilla: asegurar la pelota, el marcador y el dibujo táctico.
Conclusión positiva para el entrenador uruguayo en vísperas de guardar una
ventaja bajo la serenidad de dos de sus futbolistas más inteligentes.
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