Definamos qué es
equilibrio: "Estado de inmovilidad
de un cuerpo, sometido únicamente a la acción de la gravedad, que se mantiene
en resposo sobre su base o punto de sustentación".
Gabriel González (@Gabochini)
Quizás a Edgardo Bauza se
le avecinarían carcajadas de sólo leer el título de este artículo; por suerte
el ser humano posee libertad de expresión y hoy puedo redactar estas líneas que
estaba deseoso de plasmar desde hace algún tiempo, tiempo en el que me dediqué
a reflexionar sobre la relevancia que otorga el director técnico del seleccionado
argentino en reiteradas oportunidades al "equilibrio" en el fútbol.
Este texto no va dedicado hacia él/alguien en particular, simplemente sale a
flote por simple ilusión de su servidor, lo dejo claro para evitar
malentendidos.
Es un mito que el fútbol
es equilibrado, y es muy complicado que alguien con fundamentos logre
convencerme de lo contrario, y quiero aclarar, por supuesto, por qué expongo
esta idea.
Este deporte está en
constante inclinación. Un equipo tiene la pelota y el otro no, un equipo ataca
y el otro se defiende, nunca hay un término medio. Es imposible que lo haya.
Esto por el simple hecho de que los dos equipos no pueden tener la pelota al
mismo tiempo.
Un equipo ataca y
defiende, está expuesto a estas dos alternativas los noventa minutos de partido
más lo que agregue el personaje con silbato que lleva una indumentaria distinta
a los dos equipos en cancha, y creo imposible que alguno de los dos combinados
se mantenga "en equilibrio" durante ese lapso de tiempo. Sí, es una
obviedad, no se puede ser equilibrado todo el encuentro, pero algunos
entrenadores luchan porque eso pase. ¿Cómo creen que podría llegar a pasar?
¿Cuál es su planteamiento? ¿Aspiran a un 0-0 cada partido? ¿Será temor a la
derrota? Genera muchas dudas este tema.
Imaginemos un terreno de
juego inclinable. Ahora, supongamos que la pelota inclina todo el campo sobre
el sector en el que se encuentre. La conclusión que nos deja esta teoría es que
no hay equilibrio, y que éste sólo se encontraría si la pelota permaneciera
prácticamente todo el partido en las inmediaciones del cinturón del campo; ese
ejemplo es fútbol.
Si se mantiene la pelota
en la fracción de campo propia, haces daño; si esto pasa al revés, te hacen
daño. El fútbol es una lucha donde no puedes escapar del peligro inminente.
Siempre habrá algo que te debilitará y causará que se enciendan las alarmas. El
propósito es que esas probabilidades y posibilidades se reduzcan hasta cierto
punto donde te sientas cómodo para hacer daño al contrario, atacando,
inclinando a tus jugadores a la zona de resguardo del rival. Al menos es la
manera más lógica y certera de lograr el cometido: Ganar.
Llevemos esta exposición a
un contexto distinto, pero no lejano: El boxeo. El boxeo tampoco es
equilibrado; o golpeas o recibes golpes. No hay otra opción. Para mantener
equilibrado un encuentro de boxeo, los golpes no deberían aparecer por ningún
lado, y en el fútbol, un deporte donde el que más o mejor veces golpea es el
más propenso a quedarse con la victoria, obviamente -reiteramos- no puede
existir el equilibrio.
Puede ser que alguno salga
con que "si tu equipo mantiene siempre la pelota, está siendo
equilibrado"; eso es una aberración. Si tu premisa es poseer el balón como
vehículo no-intencional, le estaría dando la mano derecha a ese alguno, pero
creo que ningún entrenador busca eso precisamente, es ilógico. El entrenador
necesita que su defensa, mediocampo y ataque estén equilibrados, pero tiene que
entender que el fútbol no es equilibrado. El fútbol es inestable, y esa es una
de las razones por las que es uno de los deportes más interesantes y lindos del
mundo, y dentro de esa inestabilidad se encierra una serie de incontables
estrategias y planes que tienen el objetivo de degradar al rival de turno.
El desequilibrio pertenece
al fútbol, o, por lo menos, a una buena parte de él.
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