Como
si se tratase de un oasis en el desierto, dentro de un fútbol argentino que
está en decaída y parece perder su identidad, Franco Cervi apareció para
renovar las esperanzas. Considerado uno de los mejores mediocampistas del país
rioplatense y con futuro de selección, el santafesino triunfó en muy poco
tiempo con Rosario Central y fue vendido en una suma millonaria al Benfica,
donde hoy en día deslumbra y tiene encantado a propios y ajenos con su
habilidoso estilo de juego. Conocé la historia y cómo juega una de las máximas
promesas argentinas.
Apodado
por sus compañeros de juveniles como "Chuky" -como el muñeco de la
película de terror- y como ahora es conocido en Portugal, nació en marzo del
1994 en la ciudad de San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe a 23 kilómetros
de Rosario, donde respiró fútbol desde sus primeros años de edad. Desde los
seis años de edad, hizo todas las inferiores en el club del que es hincha;
Rosario Central, pero encontró dificultades en el camino debido a su endeble
estado físico, cuando en la novena del club Canalla su técnico le señaló que no
tenía "proyección física". Pero gracias a la acérrima insistencia del
pequeño Cervi, logró escalar todas las categorías infantiles del club Rosarino
y fue gracias a este mismo físico y sus habilidades técnicas que logró abrirse
camino al plantel de primera.
Parece
ilógico decir que hace tan sólo dos años Franco Cervi ni siquiera había
hecho su debut profesional en el fútbol argentino, pero que ahora la está
rompiendo en Portugal. Fue recién el 9 de Noviembre del 2014, ante Estudiantes
de La Plata cuando tenía 20 años recién cumplidos. En poco tiempo
se ganó el reconocimiento de hinchas, periodistas y otros futbolistas en los
primeros encuentros que jugó. Es que, si bien fueron sus primeros partidos en
primera, ya había demostrado quién era y cómo jugaba. Ni contar con que este
tipo de jugadores, en la Argentina, son vendidos en sus primeras temporadas con
el plantel de primera -si no son vendidos antes de que siquiera debuten-.
Su
2015 fue increíble. El año en el que se consolidó como pieza fundamental del
equipo Canalla dirigido por Eduardo Coudet. Franco Cervi y Giovani Lo Celso
formaron un tándem lucífero en el mediocampo de Rosario Central. En asociación
con Marco Ruben o Marcelo Larrondo, Cervi y Lo Celso marcaban el ritmo de la
ofensiva y armaban el ataque Canalla, asistiendo y nutriendo a sus delanteros
de formidable manera. La fórmula ofensiva era, por momentos, imparable. La
dupla de mediocampistas asombraron a todos con su frescura, habilidad con la
pelota, su nivel y estilo de juego. Pelearon el torneo local, la Copa Argentina
y la Copa Sudamericana hasta las últimas instancias, pero por muy poco no
lograron ningún título. Pero si bien no levantaron ningún trofeo, lograron
demostrar cómo había crecido y evolucionado futbolísticamente el club rosarino,
club que terminaría vendiendo a sus dos joyas al fútbol europeo: Cervi al
Benfica y a Lo Celso al París Saint-Germain. Ambos con poco menos de 50
partidos disputados con la camiseta azul y amarillo, pero con un futuro enorme
en el fútbol europeo.
¿Pero
cuál es realmente el encanto que genera Franco Cervi? ¿Cuál es su habilidad y
especialidad dentro de la cancha? ¿o a caso era solo buen jugador dentro de un
equipo específico? La realidad marca que el santafesino no fue un jugador de
una sola temporada, o un talento que tuvo su auge en un equipo repleto de
figuras. Si bien Eduardo Coudet lo acobijó y moldeó poco a poco para que llegue
a explotar, Cervi trascendería en cualquier otro club en el que juegue. Sus
habilidades de manejo y gambeteo con el balón, visión de juego y precisión con
la pelota al pié son magníficos y valen los cinco millones de dólares
invertidos por el Benfica. Para creer estas palabras, hay que ver un
partido entero de "Chucky" para corroborar su talento.
Como
si se tratase de un jugador sacado de la escuela tradicional del fútbol
criollo, o la "nuestra", Franco Cervi atrae y encanta con sus
movimientos habilidosos contra la banda. Zurdo y ágil de piernas, juega y hace
jugar como si se tratase de un enganche. Su dribbling y gambeteo con la pelota
endulzan cada jugada que logra llevar a cabo alguna movida contra un rival. Es
muy raro encontrarse con un futbolista que de tan joven ya sepa manejar la
pelota como él lo hace hoy en día. Fue gracias a estas habilidades que se
ganó automáticamente la titularidad en Rosario Central. Su impronta de
improvisación y agilidad típica del mejor fútbol rioplatense lo ha llevado a
ser uno de los mejores mediocampistas argentinos.
Zurdo,
atrevido y encarador, Cervi también se destaca por su inteligencia y
verticalidad. Con una explosión en velocidad única y un control de pelota
equivalente. Rápido y ágil de movimientos, se ve realmente beneficiado cuando
arranca con espacios, gracias a su cambio de ritmo y por cómo logra mantener la
velocidad en largas carreras. Sorprendente y lujoso, gracias a su continua
improvisación a la hora de tener que ingeniárselas para eludir a un rival.
Tiene una formidable visión de juego, acompañada a una acertada precisión a la
hora de dar pases y hasta hace parecer fácil encontrar huecos en la defensa
rival por donde pueda asistir a sus compañeros. Suele jugar de volante por la
izquierda, pero también lo ha hecho -y de gran forma- como mediapunta o
enganche. Es un jugador con una formidable capacidad de desborde, osado en el
uno contra uno, pero también demostró tener una excelente capacidad de
definición y pegada a la pelota.
Su
punto más débil es, posiblemente, su endeble físico. Una debilidad que lo
acompaña desde que jugaba en las categorías juveniles, pero que al llegar al
plantel de primera comenzó a trabajar con mucha determinación. Fue su técnico,
Eduardo Coudet, quien influyó de manera tal que, gracias a una dieta que le
impuso apenas subió al primer plantel, los resultados se vieron con el correr
de las semanas, cuando pasó de pesar 63 kilos a llegar a 71, como explica
Chucky: "El Chacho está pendiente de todos los detalles. Y uno de ellos es
la alimentación. Hasta a mi familia la contagió y ahora están todos pendientes
de lo que como, que sea en función del crecimiento y de lo que me hace falta
para hacer una buena carrera". Cervi se adaptó físicamente para poder
competir en la primera, pero también logró hacer una fortaleza a partir de esta
debilidad física, ya que es gracias a su pequeño físico y su velocidad por la
que logra eludir y ser tan escurridizo dentro del césped, siendo por momentos
imparable.
En
Portugal, más precisamente en el Benfica, lo asociaron con Ángel Di María hoy
en día en el PSG- y Nicolás Gaitán -vendido al Atlético de Madrid-, depositando
una cuota de presión importante sobre él a modo de posible sustituto de éste
legado de argentinos que han hecho un gran papel en el club portugués. Pero,
sacando la gran capacidad técnica y de gambeteo, Cervi no es tan parecido a
estos jugadores. Podríamos compararlo, por su gran técnica, velocidad y
parentesco físico, con jugadores como Pablo Piatti o Paulo Dybala, más que nada
por sus movimientos con el balón; o para compararlo con algún jugador
europeo se lo podría asemejar a Mario Götze -sacando las lógicas
distancias entre un futbolista y otro- por el perfil de jugador, estilo de
juego y hasta físico. Lo cierto es que, con el correr de los años, estaremos
hablando de un jugador con su propia impronta, al que será comparado con
futuras promesas a venir.
Actualmente
la está descollando en su nuevo club. Está militando su primer temporada en el
fútbol extranjero, pero ha logrado mostrar su gran técnica y nivel desde que
arribó al Benfica, donde de arranque ganó la Supercopa portugesa gracias a un
gol del rosarino. Hasta fines de noviembre, en el Benfica disputó 12 encuentros
y anotó 5 goles, una cifra mucho más elevada a lo que acostumbraba en Central
-donde marcó 7 tantos en 55 partidos-. La liga portuguesa lo acobijó de manera
tal que pareciera que Cervi no haya notado el cambio de club, en especial con
un plantel con muchos compatriotas argentinos con los que se le hace más amena
la transición. Si bien él acepta que nota la lógica diferencia futbolística
entre la competencia sudamericana con la europea, hasta el momento Cervi no ha
dejado pasar una oportunidad de mostrar sus cualidades dentro de la cancha.
Incluso los aficionados de las Águilas lo han comparado, inmediatamente, con Di
María y Gaitán por su estilo de juego y creen que podrían estar ante el sucesor
de un legado de argentinos que han enamorado a los aficionados y, aprovechando
al club de vidriera, dieron el salto a otros equipos europeos de primer nivel-.
Ayer
en Rosario Central como promesa, hoy como una realidad en el Benfica y mañana
en otro club grande de Europa, Franco Cervi seguirá deslumbrando con su estilo
de juego. Hoy en día es, sin dudas algunas, una de las próximas estrellas que
tendrá la Argentina y que, posiblemente, logre posicionarse entre los mejores
dentro de Europa gracias a su asombroso gambeteo, sus punzantes desbordes y su
gran técnica. Un verdadero portento del fútbol que, si consigue progresar y
crecer futbolísticamente, logrará inyectar una dosis de esperanza al futuro de
la selección argentina post generación de Lionel Messi y compañía.
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