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Hovannes Marsuian (@HMarsuian_)


Se esperaba de Kranevitter, o eso dejaba ver, un futbolista que no fuese totalmente sólido; pero su fútbol, su estilo de juego, llamaba la atención de muchos, no solamente los aficionados de River, también a los directores deportivos de los equipos europeos.

Un mediocentro que, por su personalidad, intenta hacerse dueño de su espacio, como una brújula, sabe cómo orientarse y sabe cómo orientar a su equipo. Un tipo con carácter y técnica. Eso sí, el nivel actual del argentino se puede definir en “bajísimo ritmo”.

Actualmente, Kranevitter le cuesta trabajar la salida del balón con el Sevilla, punto en el cual nunca ha sido especialista, porque le cuesta ofrecerse en corto, lo hace de forma extraña. Si intenta ser protagonista, toca de manera horizontal a sus compañeros más abiertos; debido a que le cuesta ser vertical, superar líneas. 

El problema de Kranevitter es que le falta adaptarse al fútbol europeo, necesita más rodaje; pero el inconveniente más importante para él es que su estilo de juego es insuficiente para el “fútbol de ahora”. Él tiene toque, una gran técnica; aunque está incómodo, y se nota, con la pelota controlada. Actualmente, existen presiones más adelantadas y se requiere tener comodidad con el balón; ya que hay pocos segundos para jugar, para reaccionar; además, con su leve problema con la salida del balón le cuesta más. No aguanta, totalmente, el ritmo del partido.

Kranevitter se esconde de varias acciones, no la pide, da la sensación de que es por miedo a entrar a la velocidad del juego; ya que es poco ágil. Huye para no intervenir.

Y es raro, por eso entra lo de “no se ha adaptado al fútbol europeo” y su “bajísimo ritmo”, porque Kranevitter, en River, era un jugador que decidía bien y rápido. Mientas menos tiempo y espacio, mejor era su juego. Se desenvolvía bien en las transiciones, en las jugadas de presión.

Defensivamente, es un futbolista que predomina, sobre todo por su gran concentración y lectura de juego; aunque, su problema, en su técnica defensiva, es al medir, ya que a veces falla, principalmente por sus posturas al enfrentar al rival, dándoles ventajas. Hoy en día, es un desastre. Su manera de confrontar, de defender, es de bajo nivel. Transmite inseguridad.


El tópico del mediocentro argentino es complicado; ya que siguen formando jugadores para esa posición con características del “fútbol de antes” y no del “fútbol de ahora”, principalmente por la obsesión de conseguir al nuevo Mascherano. Ese no debe ser el ideal, el ideal debe ser entrar en la modernidad, para poder competir con condiciones. Y ese tiene que ser el objetivo de Kranevitter.

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