“En Estados Unidos buscamos generar una identidad desde las juveniles” - Óscar Pareja
Matías Navarro (@Mati_Navarro)
Desde
su primera temporada, en 1996, la Major League Soccer ha crecido a pasos agigantados:
acostumbrados a considerar el show como pieza fundamental dentro del deporte, combinaron
figuras trascendentales a nivel mundial (tal como había ocurrido con su
predecesora, la NASL) con jugadores de menos nombre pero gran rendimiento,
generando una conexión que cada vez suma más adeptos en el mundo del fútbol.
El
FC Dallas es uno de sus mayores atractivos. Fundador de la MLS, viene de ganar
la US Open Cup y tiene una de las canteras más importantes del país. El
proyecto está encabezado por Óscar Pareja, nacido en Atlético Nacional de
Medellín, pero que debutó en Primera con su archirrival Independiente, y que
desde 1998 encausó su carrera en Estados Unidos: primero con un breve paso por
New England Revolution y luego con 7 largos años en Dallas, donde se convirtió
en ídolo y entró al Paseo de la Fama en 2011.
Tras
su retiro, pasó a ser asistente técnico de la institución, luego sumó
experiencia en la Selección Sub – 17 estadounidense para más tarde volver a
Dallas, su casa, donde dirige al primer equipo desde el 2014.
Lejos
de las costumbres del norte del continente, en Argentina sorprendió la intensa
pretemporada que Cowboys llevaron en
el país, donde estuvieron solamente 8 días y disputaron un amistoso por
jornada.
Aprovechando
su estadía, La Pizarra del DT se acercó al coach Pareja, para conocer a un
profundo estudioso del fútbol y del trabajo en inferiores, quien brindó una
visión general de lo que representa la liga y cómo florece allí un deporte que,
todavía, está lejos de los de principal interés.
- Llamó mucho la atención la seguidilla de encuentros que vienen disputando en el país: ¿no perjudica la preparación no tener el tiempo suficiente de descanso post partido?
“Siempre
he sido un enamorado del método con el que crecí, que fue que me hablara más el
fútbol que el entrenador. Uno da directrices y puede facilitar la mejora del
futbolista, lo cual es muy importante, pero el maestro debe ser el juego.
Entonces, elijo que la pelota desarrolle al equipo. Hemos decidido venir a la
Argentina para tener mucho ritmo. Trajimos 27 futbolistas y tenemos un control
de cargas que lleva el preparador físico. Hacemos prácticas de alrededor de una
hora por individuo. Capaz algunos hacen 50 minutos y otros hora y cuarto, entre
que empezamos el calentamiento y termina todo el trabajo. Estamos contando los
minutos, las cargas, los desplazamientos, pero todo lo que trabajamos es con el
juego permitiendo desarrollar un modelo, siempre bajo nuestras indicaciones”.
- ¿En Estados Unidos trabajan igual?
“Es
complicado porque tenemos una Liga muy ocupada, competimos mucho. A nivel
formación, siempre sugiero que los niños jueguen mucho al fútbol y el
entrenador se aleje un poquito de la dirección, que sea menos técnico y mejor
educador. Pero a nivel de Primera División tenemos una metodología muy
consciente que no nos da tiempo de hacer mucho fútbol. Generalmente manejamos
microciclos de 4 días que trabajamos con periodización táctica. Trato de no
repetir estímulos, que en esos 4 días podamos estimular al equipo con la
fuerza, resistencia y velocidad, haciéndolo de manera controlada, pero al final
siempre enfocamos nuestras unidades de entrenamiento con fútbol: 11 vs 11 de 7
o 10 minutos. Hacemos eso, por lo menos, 2 veces por semana”.
- ¿El ritmo de competencia trae aparejada una mayor presión, a pesar de no ser una de las Ligas más importantes a nivel mundial?
“Hay
un amor natural por el resultado, ganar siempre es el gran objetivo y cada vez
se va sintiendo más. Yo creo que somos todos unos mentirosos: tanto los que
dicen que quieren ganar como sea, sin importar las formas, como los que dicen
que les interesa más jugar bien que ganar. Creo que todos tenemos una
responsabilidad de complementar la forma con el resultado. Eso sí, tu forma no
la discuto ni la cuestiono, la respeto. Yo cuestiono de los DT que no sepan
hacia dónde van. Hoy ven a Sampaoli y quieren jugar como él, mañana a
Guardiola, Mourinho o Simeone y siempre los imitan, sin frenarse a analizar si
lo que implementan sirve o no en su contexto. Entonces son muy volátiles y no
van para ningún lado concreto”
- En ese sentido, el paso de Jürgen Klinsmann por el seleccionado pareciera haber creado una identidad propia, más allá de los resultados…
“Todos
los entrenadores que pasan dejan algo. Fue muy bueno lo que él hizo porque
refrescó un poco nuestro fútbol. Ayudó mucho que fuera una persona con mucho
éxito como jugador y con experiencia dirigiendo una Selección de primer nivel.
Podemos discutir su método, pero creo que lo más importante es que jerarquizó
nuestra Selección y transmitió cosas a otros niveles”.
- ¿Eso también popularizó más el fútbol en la sociedad?
“Sin
lugar a dudas que su ciclo generó algo positivo en la sociedad, pero también
fue polémico. En su pensamiento e ideas, los jugadores norteamericanos debían
desarrollarse en Europa y eso fue un foco de conflicto porque hay una serie de
entrenadores que pensamos que podemos desarrollar a nuestros futbolistas. Está
claro que el nivel de competencia no es igual en ambos lados, pero creo que acá
tenemos que encontrar maneras de formar una identidad. Los americanos no son
españoles, alemanes ni colombianos, son americanos y tienen que sentirse
identificados”.
- Su presencia en el banquillo internacionalizó la Selección…
“Como
digo una cosa, digo la otra: Klinsmann manejó muy bien la conexión para que los
chicos jueguen en Europa. Abrió muchas puertas para que los jóvenes de calidad
puedan desarrollarse allá. Antes no nos miraban tanto y, en ese sentido, se
evolucionó mucho”.
- Dallas tiene una de las canteras más importantes del país y usted encabezó, en gran parte, la transformación de las juveniles: ¿forman a los jóvenes con una línea futbolística que establece el club o cada división es autónoma?
“Fui
evolucionando mi pensamiento. Hace 9 años empezamos la Academia de una manera
más metódica y siendo muy cercanos al primer equipo. Quisimos armar una columna
vertebral a nivel club, en base a un modelo específico, que todo fuera muy
parecido. Las Sub 14, 15 y 16 jugaban como el primer equipo. Yo encontraba en
eso cosas valiosas porque generaba una identidad importante, pero ahora el
fútbol evolucionó y se volvió tan volátil que el jugador tiene que adaptarse y
ser muy flexible. Creo que esa diversidad les ayuda para desarrollarse. Propuse
para nuestra academia que el desarrollo de la cultura en Dallas FC fuera eso,
una cultura y no un sistema, una táctica. Quiero desarrollar una cultura, que
es con jugadores dinámicos, técnicos, inteligentes, flexibles, que se puedan
adaptar a un 4-2-3-1, 4-4-2, 4-3-3 o a defender con tres jugadores. Eso no te
quita identidad, sino que te suma flexibilidad dinámica, sin perder la
identidad cultural del club”.
- ¿Y cómo se logra que el joven futbolista tenga al deporte como prioridad teniendo tantas distracciones como, por ejemplo, la tecnología?
“Pasa
mucho que cada vez ven menos fútbol, es un problema generacional. A estos
chicos les tocó así, están más pegados a lo electrónico que a la pelota.
Escuché que Sampaoli usa una PlayStation para que los futbolistas entiendan los
movimientos tácticos que tienen que hacer. Es una idea muy buena, pero acá no
he visto nada similar. Habrá que imitarla, je”.
Publicar un comentario