Por
Vanesa Doretti (@VanesaDoretti)
Junto
al superclásico, el partido contra Rosario Central era de los partidos más difíciles para el conjunto que
dirige Marcelo Gallardo. Central es un equipo duro, que hay que trabajar
para ganarle y además intenta ser protagonista en cualquier cancha, de local o
visitante. Incluso en el Monumental, en la casa de River, considerado por el
mismísimo Montero como el mejor equipo del fútbol argentino.
Central
se ocupó de neutralizar al local, de cortarle el circuito de juego. ¿Cómo? Con
presión alta (impidiendo que River salga jugando) y en el mediocampo, sumado al
dominio de ese sector. También tapando las bandas para que River no desequilibre.
Hasta aquí era la cuenta pendiente del Canalla. El
técnico es consciente de ello y hasta manifestó querer solucionarlo; aunque
también consideró que le ocurría por lanzarse constantemente al ataque. Por
esto, calificó de paradójica esa situación hace algunas conferencias de prensa
atrás.
Además,
lo advirtió previo a este partido: “Tenemos que ser inteligentes a la hora de
presionar porque River sabe generar espacios para quedar mano a mano”. También alertó:
“No nos podemos partir (porque) River y Racing son los equipos más eficaces en
el contragolpe”. Leyó bien el partido. Por otra parte, hasta la defensa hizo un
buen papel, con Pinola como estandarte y figura de los rosarinos.
Por
el lado de River, por mérito de Central e imprecisiones en ataque, tuvo muy
poco juego y escasas situaciones. Recién en el segundo tiempo, cuando Central
sintió el desgaste, porque en la primera etapa no tuvo ni una. Fueron claras
como para romper el cero, pero el palo y la falta de puntería se lo impidieron.
Pity Martínez y Nacho Fernández estuvieron tapados; le faltó desborde. La mejor
dupla de delanteros del torneo no tuvo demasiado peso, más allá de una
situación para cada uno. Era un partido para Mora, pero desafortunadamente para
el Millonario estará afuera por un tiempo prolongado por lesión. Destaco a Ponzio
y Maidana.
¿Qué
le faltó al Canalla para ganarlo?
Mayor producción en ataque; no tuvo
profundidad. Con la falta de laterales naturales (Burgos y Menosse son
centrales) perdió proyección, aunque realizaron una buena labor en la fase
defensiva. Carrizo no desequilibró y los delanteros se ocuparon de la presión,
pero no generaron demasiado peligro.
Fue
un partido luchado, por momentos friccionado. No fue un regocijo a la vista
como nos podíamos imaginar en la previa por lo que proponen ambos equipos y las
goleadas frente a Gimnasia y Racing, respectivamente, más el envión del
clásico. Tuvieron pocas chances para ganarlo, quizás River tuvo la más
clara con un disparo de Driussi que dio en el palo. Pero el empate termina
siendo justo.
Al
que mejor le sienta es a Central porque Montero ganó estratégicamente, sigue en
zona de clasificación a la Sudamericana y es un gran punto frente al conjunto
que mejor juega (aunque hoy no demostró su identidad). Son los dos equipos más
atractivos del torneo (con varias similitudes). En cuanto al Millonario, perdió
la chance de achicar distancia con el líder y depender de sí mismo. Pero el
torneo sigue igual porque Boca empató con Huracán. Hay cuatro puntos de
diferencia y River adeuda un partido. De esta manera, continúa la puja por el
campeonato. El Millonario sigue en carrera, lo cual hace más apasionante la
definición.
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