Corría el año 2015 y en los pasillos del Atlético Venezuela se hablaba de la nueva incorporación proveniente del oriente del país.
—¿Ya sabes que viene el chamo que está cedido en Monagas?
—Sí, pero no lo he visto mucho. Dicen que es muy bueno.
—De hecho, lo es. Lo vi en el Sudamericano Sub 17. Mira este
gol que le hizo a UCV.
—Qué pepazo.
De esa manera, con la informalidad que implica un día común
de trabajo, quien escribe esta nota conversó con un compañero previo a la
incorporación de Yangel Clemente Herrera Ravelo. Había culminado su préstamo en
el equipo donde debutó como profesional (Monagas SC) y llegaba a la capital del
país, donde lo más importante que había hecho era clavarle al equipo
universitario un gol espectacular desde 25 metros. Desde los tiempos de José
Hernández el fichaje de un joven con un físico potente y una elegancia depurada fue consumado.
El capitán que siempre ha sido capitán donde juegue –tiene todos
los requisitos para ser el reemplazante de Tomás Rincón como general de campo–
se ha acostumbrado a tener los focos sobre su imponente fútbol desde tiempos
nóveles. En el primer partido que Herrera se perdió gracias a la preparación
planificada por Dudamel camino a Corea 2017, su entrenador de aquel entonces,
Manuel Plasencia, manifestó en la rueda de prensa post-partido su importancia,
diciendo que a pesar de ser una nueva incorporación, sabía que este muchacho
tenía todo para hacer historia en Venezuela. No se está equivocando.
Vestido de azul, Herrera siempre fue volante 8 por izquierda.
El despliegue físico y la habilidad para pisar las dos áreas lo llevaron a ser
el perfecto ejemplo de un box to box criollo. Plasencia y Álex Pallarés –quien le
sacó el máximo a su jugador- tuvieron una ventaja sobre el resto de sus
contendientes: Nunca jugaron con un juvenil en cancha mientras Yangel Herrera
estuvo:
La madurez le ha llegado con los partidos; sin embargo, los
genes de la paciencia y la confianza son inmanentes. En la semifinal del
octogonal 2016, el nacido en La Guaira aprendió que la frustración debe ser
canalizada y los mayores siempre saben más sobre la vida. Contra Deportivo
Táchira, Jorge “Zurdo” Rojas, un histórico del fútbol venezolano, lo sacó que
quicio y el principal decidió expulsar al número 8. A la postre, su equipo
quedó eliminado.
Con grandes actuaciones, clasificaciones a torneo
internacionales y participaciones en las Selección Sub 20 y mayor, dio el salto
de calidad. Tras meses de negociación en el mayor secreto posible, el City Football
Group se hizo con los servicios del internacional vinotinto. Con la propiedad
en sus manos, el Manchester City decidió enviarlo a la Major League Soccer. Su
presencia en Nueva York lo está haciendo más fuerte. Vive lejos de su hábitat
natural, está aprendiendo otro idioma y comparte camerinos con la elegancia
hecha futbolista; Andrea Pirlo. Su entrenador es aquel gigante volante central
del Arsenal invicto de 2003-2004, Patrick Vieira. Escuchando y viendo se
alimenta el conocimiento.
En la gran manzana empezó con paciencia. Todos lo cuidan
porque saben que es una joya. Ahora vestido de azul claro, tiene el mismo papel
que cumplía en Venezuela. Ha crecido tanto que Andrea Pirlo está siendo
relegado al banco –aunque suene extraño- para hacer que el chamito sudamericano
juegue. En su primer partido como titular, anotó gol y dio una asistencia contra Columbus Crew. Sabe ser importante. Siempre recordará aquel gol para darle vida a Venezuela contra Perú en el Sudamericano Sub 20 y el agónico tanto de la ventaja contra Japón en los 8vos de final del Mundial.
Su papel con la cinta en el brazo representando a Venezuela
trasciende lo tangible. Es un líder del buen ejemplo. Dedicado y comprometido
con sus compañeros, demuestra que debe dar el máximo. Con Luis Ruíz o Ronaldo
Lucena próximos a él, es la misma persona. Rafael Dudamel suele jugar con dos
volantes centrales con quite y buen pie. Las labores son compartidas y todos
tienen responsabilidad en todo.
Su prómixo paso podría ser ganar un Mundial Sub 20 o ser dirigido por Pep Guardiola. No hay dudas de que la historia de Yangel tiene un futuro
asombroso.
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