Roy Galdos (@chinodelarisa)
En
Arequipa, Melgar frenaba a un acelerado Universitario de Deportes. En Cusco,
Real Garcilaso goleaba sin complejos a un Juan Aurich cada vez más desahuciado,
¿qué
más necesitaba saber Alianza Lima al recibir a Alianza Atlético?
Todo estaba claro. Nada que no fuera un triunfo ante los sullanenses servía
para mantener intactas las chances al título del Torneo Clausura. La presión se
palpitaba, pese a que el siempre sereno Pablo Bengoechea dejaba otro semblante,
como siempre.
PIZARRAS EN MATUTE
Pablo
Bengoechea es un entrenador de pocas palabras. Incluso, dentro de sus
declaraciones, tácitamente deja mensajes para la interpretación. Y si algo ha
quedado claro es que los partidos en Lima, en casa, son la prioridad en esta
última recta del Clausura.
Por
eso no sorprendió que para enfrentar a Alianza Atlético el estratega charrúa
realizara ocho cambios respecto al último partido: Leyes, Hohberg, Ascues,
Aguiar, Cruzado, De la Haza, Duclós y Butrón. Esta vez con un 4-3-3 que variaba
constantemente a un 4-1-4-1, siempre con Rinaldo Cruzado como ancla.
Walter
Aristizábal, por su parte, solo realizó un cambio respecto al último triunfo en
casa ante Real Garcilaso: Luis Antonio Acuy en lugar de John Méndez. El técnico
colombiano no varió su esquema: mantuvo su 4-2-3-1, con Antonio ‘El Torito’
Meza Cuadra como referencia de ataque. Jonathan Palacios, Jorge Bazán y el
mencionado Acuy completaban el ataque norteño.
EL PESO DE LO DIFERENTE EN
LO PREDECIBLE
Tener
el balón, rotarlo, ganar confianza a través de la posesión e intentar progresar
en ataque, son bases fundamentales para imponerse en un partido que pinta,
desde el inicio, a ser cerrado. Alianza Lima no completó aquellos puntos pese a
tener el esférico durante gran parte del primer tiempo. El 65% de posesión del
balón lo grafican claramente.
Los
blanquimorados tuvieron mayor posesión, sí. Sin embargo, penetrar la barrera
impuesta por Alianza Atlético no fue muy fácil. Primero, claro está, por lo
inocua que fue el dominio local. Los escasos movimientos y rupturas al espacio
sin balón hicieron de Alianza Lima un equipo muy predecible. A la visita solo
le bastó con replegar sus líneas (lo llevó a Tárek Carranza, mediocampista
central sullanense, a incrustarse entre los centrales para formar una línea de
5 en el fondo) y cortar cualquier línea de pase para que los de Bengoechea no
progresen lo suficiente como para estar cerca de Steven Rivadeneyra.
Ahora,
la fase defensiva no es en lo único en la que participó Alianza Atlético.
Walter Aristizábal no solo planteó un partido para tapar y controlar las ideas del
rival, sino que también dejó la posibilidad de algún contragolpe rápido con dos
futbolistas veloces por las bandas: Jonathan Palacios y Jorge Bazán. Asimismo,
la presencia de Luis Acuy detrás de Antonio Meza Cuadra generó asociaciones
cerca del arco de Leao Butrón, al menos por pasajes del primer tiempo.
Aquí
se puede ver claramente el plan de Walter Aristizábal: encontrar mal parada, no
solo a la línea defensiva aliancista, sino también a su mediocampo partido para
hacer daño. Julio García era el encargado de desprenderse para abrir por los
lados; ahí esperaban Jorge Bazán o Jonathan Palacios, como se aprecia en la
imagen.
Alianza
Lima vs Alianza Atlético, en fase ofensiva y defensiva, respectivamente. Tárek
Carranza se suma a la última línea para intentar cerrar líneas de pase. Rinaldo
Cruzado queda de ancla fijo, mientras que Aguiar (quedando casi como enganche)
y Ascues (pisando el área como se ve en la imagen) tienen la libertad de
desprenderse. Acá Gabriel Leyes llegó a encontrar espacios para estar mano a
mano con Rivadeneyra, sin embargo, definió mal.
Esta
vez en evidencia el plan de Alianza Lima. Con Alianza Atlético metido para
cercar su área, el trabajo de Carlos Ascues era claro: ejecutar su habitual
ruptura sin balón. Otra vez Rinaldo Cruzado de ancla, mientras que Aguiar
maneja los hilos del local. Esto sería premonitorio para el 1 - 0.
El
plan de Alianza Lima, esta vez, sí terminó en gol. Presión de Aguiar, Cruzado y
Ascues a la salida de Alianza Atlético. Rinaldo lee muy bien el pase de Marcos
Delgado y, con su movimiento hacia adelante, hace que el mediocampo
blanquimorado gane metros; ahí Ascues se siente como en casa, pisa el área y
define como nueve: 1 - 0.
AGUIAR, EL LANZADOR
En
un primer tiempo, Luis Aguiar fue el más claro del partido, cuando Alianza Lima
se desprendió y Rinaldo Cruzado quedó como ancla, el uruguayo se encargó de
mover los hilos detrás la línea de ataque. El ex Nacional de Uruguay completó
50 de los 64 pases que dio durante el partido (78 %).
Pese
a que a simple vista, como está firmado líneas arriba, Alianza Lima no arrolló
a través de su dominio, la presencia de Aguiar fue determinante para el pase
seguro y a la hora de sumar mediocampistas cerca del área rival.
SOLTURA
El
gol de Carlos Ascues fue un estímulo para Alianza Lima, con la ventaja en el
marcador, y con un rival enfrente cada vez más metido (por la inercia de verse
dominado), los de Pablo Bengoechea se soltaron más y encontraron espacios para
moverse sin balón. Algo que no sucedió en el primer tiempo.
Luis
Ramírez, Luis Aguiar y el mismo Rinaldo Cruzado triangularon más el esférico en
lugar de solo rotarlo, como pasó en el inicio del partido. El cambio de ritmo
vino de la mano con más situaciones de gol ante Steven Rivadeneyra. Alianza
Atlético, en tanto, apeló a que un contragolpe solucione sus carencias en la
zona de gestación. Jonathan Palacios y Jorge Bazán, los encargados de darle
vértigo a los ataques norteños, no decidieron bien cuando se encontraron mano a
mano ante algún central victoriano. De este modo se imposible que los de
Aristizábal consigan igualar el encuentro.
Más
soltura y menos tensión. El gol de Carlos Ascues le dio a Alianza Lima el
ingrediente perfecto para liberarse más y manejar mejor las riendas del
partido. Alianza Atlético, como se ve en la imagen, no encontró mayor remedio
que aguantar cada vez más cerca de Steven Rivadeneyra.
Aquí
la consecución del tercer gol de Alianza Lima (el segundo lo marcó Aguiar de
tiro libre). Triangulación entre Alejandro Hohberg, Rinaldo Cruzado y Luis
Ramírez. Este último, sin tocar el balón, engañó a Jack Safra y sacó la ventaja
suficiente como para quedar mano a mano. Enganchó hacia adentro y marcó un
golazo para el 3 - 0.
ALIANZA LIMA, UN EQUIPO QUE
MUTA
Con
un 3 – 0 bien firmado sobre el gramado del Estadio Alejandro Villanueva es
imposible objetar por algún lado la goleada de Alianza Lima. Sin embargo,
conviene analizar el desarrollo del partido, y no solo el marcador final.
Los
de La Victoria fueron superiores, sí. Empero, el equipo fue mutando conforme el
partido siguió su curso. No fue dominio prolongado ni mucho menos apabullante
durante los 90’. El gol de Carlos Ascues fue determinante para que el equipo se
libere de toda la tensión que suponía no encontrar la ventaja. Luego, ya en el
segundo tiempo, los espacios aparecieron a consecuencia de la soltura tras el
1- 0.
Con
esto, a Pablo Bengoechea le toca plantearse un escenario distinto para la
próxima jornada. Enfrente tendrá a Juan Aurich, un rival más necesitado que
Alianza Atlético y, por obvias razones, con algo más que tres puntos en
disputa.
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