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Adolfo Ríos (@adolfoarios)
Arnaldo Antonio Sanabria, mejor conocido como Tonny, está viviendo un momento pletórico, encontrándose a menudo con el gol y acercándose a la figura de promesa que se tenía de él desde sus años en La Masía. Había emigrado a Italia en 2014, en condición de préstamo, en busca de minutos que lo encaminen a su consolidación. También había sido llamado por la selección mayor de Paraguay a sus 17 años, para evitar que otras selecciones se lo quieran llevar.

Su paso por la Roma sonó prometedor, pero tampoco logró conseguir los minutos de juego que buscó, hasta que volvió a España, esta vez en el Sporting Gijón. En un equipo modesto, aprovechó la continuidad que le otorgaron y empezó a demostrar su calidad goleadora: 5 goles en el 2015 y otros 6 en el 2016, le valieron su paso al Betis. Está en curso su segunda temporada en el club blanquiverde, con el que lleva ya 11 goles convertidos, de los cuales 7 han sido convertidos en los dos últimos meses.  A ellos debemos sumarle su debut goleador con la Albirroja, con el tanto del triunfo en las postrimerías del decisivo juego ante Colombia en Barranquilla.



Si analizamos los últimos 10 goles conseguidos por Tonny, la variedad de los recursos utilizados para conseguirlos representa una muestra fiel de su calidad y riqueza técnica para llegar al gol. Cuatro de ellos, los hizo con la pierna derecha, su más hábil, dos con un remate de pierna izquierda, tres de cabeza y uno de penal.

A ellos debemos agregarle su oportunismo y lectura de juego: Ubicándose de manera inteligente y anticipando, ante un equipo por el medio entre líneas, ante un desborde o ubicándose en línea entre los defensores para ganar en velocidad una transición, como vemos en las imágenes ilustrativas. Tonny ha encontrado en el Betis la confianza que necesitaba para llegar al gol. De seguir con este momento, no quedan dudas de que los grandes clubes de élite volverán a fijar sus ojos en él.


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