Ads (728x90)

Juan Pablo Gatti (@GattiJuan)
La selección de Honduras dirigida por Jorge Luis Pinto llegó al repechaje intercontinental con la moral por las nubes, ya que para alcanzar dicho encuentro no solo tuvo que vencer nada menos que a México (3-2 en el Estadio Olímpico Metropolitano), sino que además necesitaron de una derrota inesperada de un peso pesado como lo son los Estados Unidos para lograr dicho pase. Aunque, finalmente, terminarían pereciendo en la orilla de Sydney, merced del juego asociativo y ofensivo propuesto por Ante Postecoglou, sí, pero sobre todo por culpa de errores que comenzaron en el banquillo y que se reflejaron en el verde césped.

El encuentro de ida en San Pedro Sula (que mostró un campo de juego muy lejos de la trascendencia que tenía el choque ante la Selección de Australia) había dejado en claro que la paridad estaría a la orden del día, ya que, si bien los Socceroos habían sido un poco más, estos no habían podido manifestar una superioridad manifiesta. El 4-2-3-1 que puso Pinto en el terreno de juego fue sumamente efectivo y la Garra Catracha pudo anular en algunos tramos del encuentro a la medular visitante, que extrañó en demasía a un Tim Cahill que se recuperaba de su lesión. Además, los cuatro defensores que Pinto puso en cancha (que se paró en línea, igual que la de tres de su rival) no pasaron muchos apuros para contener los ataques de Juric e Irvine, aunque también cabe destacar que tampoco generaron muchas jugadas en ofensiva, por lo que el 0-0 final terminó siendo un resultado lógico.



Alineaciones
Australia (3-5-1-1): Ryan, Wright, Sainsbury, Jurman; Leckie, Milligan, Jedinak ©, Mooy, Behich; Rogic; Cahill

Honduras (5-4-1): Escober, Izaguirre, Alvarado, Maynor Figueroa ©, Palacios, Beckeles; Quioto, Acosta, Claros, Elis; Lozano

Pese a que el 4-2-3-1 había servido para frenar el juego asociativo y de ataque del conjunto australiano, a último momento (y sin haberlo ensayado previamente) Pinto se decidió por plantar en terreno oceánico un incomprensible 5-4-1. Y sorprendió la medida tomada no solo porque no se llegó a consensuar antes con los jugadores -que no se sienten cómodos jugando de dicha manera-, sino porque los resultados no han sido los deseados cada vez que el colombiano se decidió por poner una línea de cinco defensores (sea en dicho sistema táctico o también con un 5-3-2):

•      Honduras 0-0 México
•      Estados Unidos 2-1 Honduras
•      Honduras 1-1 Panamá
•      Honduras 0-2 México
•      México 0-0 Honduras
•      Panamá 0-1 Honduras
•      Honduras 1-1 Costa Rica
•      Ecuador 3-1 Honduras
•      Estados Unidos 6-0 Honduras
•      México 3-0 Honduras
•      Panamá 2-2 Honduras
•      Honduras 0-1 Costa Rica
•      México 1-0 Honduras


Si, desde su llegada al banquillo de la H, en hasta 13 oportunidades se había probado con la línea de cinco defensores (tanto en amistosos como en competencias oficiales) y el resultado no había sido el mejor: 1-5-7, con un récord de 6-22 en goles marcados y recibidos. Como siempre, el problema principal no pasa por el delineado táctico en si (porque el fútbol es movilidad), sino porque los propios jugadores hondureños no supieron llevar adelante dicho plan de manera óptima.




La imagen que se vio durante varios tramos del encuentro fue esta: los tres del fondo se mantuvieron casi siempre en línea y los laterales no salían a cubrir las salidas de Jedinak, Milligan y Mooy, por lo que estos, como se observa en la imagen, tenían mucho terreno para avanzar, a la vez que los carrileros Socceroos (Leckie y Behich) aprovechaban esa apatía para romper por las bandas. El único que solía ser marcado era el retornado Cahill, que no tocó mucho la pelota pero que, con enorme inteligencia y paciencia, supo ver sus oportunidades, tanto para asistir a un compañero como para recibir faltas en lugares clave del campo.


  

Y este estatisismo generó situaciones como la siguiente: los defensores hondureños ponían sus ojos en la pelota y en el jugador que la tenía en sus pies, pero descuidaban muchísimo a todos los demás, que llegaban como una exhalación hacia el área defendida por Escobedo. Así llegaron el tiro libre que Jedinak terminaría convirtiendo, como también los dos penales.




En pocas ocasiones Honduras pudo mantener marcas al hombre (como en la imagen), pero aún así los laterales fueron un punto muy flojo, sobre todo luego de la lesión de Izaguirre, ya que la entrada de Henry Figueroa no mejoró en nada la situación.



Por último, tenemos aquí el mayor problema de una defensa que juega en línea: un jugador con buen pie (como Jedinak o Rogic), al notar esta situación, buscaría ese balón venenoso para que un compañero de ataque pudiera romper a la defensa, que, marcando así, estaba un tempo atrasado.

Se dice que en la vida los que se animan son los que finalmente resultarán vencedores, y en Sydney esto fue más que palpable: Postecoglou paró a su equipo bien arriba, buscó que el balón circulara con rapidez y por los costados. Aunque en el primer tiempo Honduras pudo hacerle frente a su rival (que solo pateó una vez bajo palos pese a tener el 72% de la posesión de balón), la clave pasó por la calma. Australia sabía que este era el camino, y aunque cedió más el esférico en la segunda mitad (solo la tuvieron en su poder un 51%, un cambio enorme), supo por donde y cuando atacar y eso, sumado a la apatía de un rival que se sentía incómodo con el sistema propuesto por su entrenador, terminaría por generar la diferencia final.

Australia, luego de disputar nada menos que 22 partidos y de 249.000 kilómetros recorridos (para darse una idea, esto equivale a darle la vuelta al mundo más de seis veces), consiguió alcanzar su quinta Copa del Mundo, la cuarta consecutiva. La apuesta por pasarse a la Confederación Asíatica le salió redonda y, aunque esta eliminatoria le costó mucho, el pase le sigue dando réditos gracias a la mayor competitividad de la región.


En cambio, Honduras pagó caro el mal manejo de esta eliminatoria a partido y revancha ante los oceánicos, sobre todo por haber puesto en cancha un sistema tan defensivo que incluso impidió a sus jugadores salir a buscar la igualdad (que los metía en Rusia). Con una generación gloriosa, pero en franca retirada, la Federación deberá replantearse muchas cosas para volver a competir de la manera en la que se lo merece.

Publicar un comentario