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Juan Manuel Navarrete (@JM_navarrete)
El juego exige y demanda una amplia variedad de respuestas motoras al futbolista. Son tantos registros que se deben tener en coordinación y existencia que hace del fútbol un juego hipercomplejo.

La constante organización y toma de decisiones lo vuelve un deporte sumamente rico tácticamente. Y entre estos comportamientos podemos subrayar los desmarques de ruptura, los cuales son movimientos sumamente explosivos, llenos de adrenalina y energía, debidos a la violencia que expresan.

Es una respuesta crucial para romper la monotonía en un partido. Para hacer variado la mezcla de pases. De ser al pie, al espacio. O bien, para romper una línea defensiva bien organizada.

A continuación tres tareas de entrenamiento para fomentar este comportamiento:

1.- Se juega dos contra dos más un comodín ofensivo en un espacio reducido dividido en tres zonas y con dos porterías pequeñas.

El juego inicia y reinicia en la zona central, donde los dos equipos disputan la posesión apoyándose en el comodín -amarillo-.

Para poder ingresar a la zona de finalización es necesario hacerlo mediante un desmarque de ruptura. No se puede conduciendo, ni regateando. Tampoco se puede finalizar con disparos fuera de esas dos zonas finales.

La densidad de jugadores en la zona de enmedio es crucial para fomentar que los jugadores quieran salir de ahí. Esto más la delimitación de las zonas de finalización provocará en comportamiento deseado.

En la parte física se estarán trabajando contracciones excéntricas y de fuerza máxima por las constantes disputas, tiros, desmarques, choques, etc. Asimismo, se tendrá una frecuencia cardiaca muy alta por la intensidad de la tarea, así como por las dimensiones del espacio, el cual fomentará que haya una interacción directa constante. Casi sin parar.


2.- Se juega 10 contra 10 en un espacio grande. La forma del espacio debe priorizar el comportamiento que se quiere fomentar. En este caso debe ser largo para que los comportamientos sean propensos a dar profundidad con los desmarques.

El espacio se divide en tres zonas. El juego inicia y reinicia en la zona central. Se juega sin porteros y con dos porterías de tamaño normal.

Los dos equipos disputan la posesión en la zona central. Para poder ingresar a los espacios finales es necesario hacerlo con desmarques al espacio. No se puede con conducciones, no regates. Tampoco se puede finalizar con disparos desde la zona interna.

En la parte física se presentarán menos contracciones excéntricas, debido a que el espacio es más grande y la interacción directa no será tan constante, sino que los jugadores tendrán que estar con mayor concentración para estar ajustando su posición y función en torno al juego.

Asimismo, la frecuencia cardiaca no será tan alta, pero sí exigirá una alta resistencia con esfuerzos prolongados, ya que será una tarea que puede durar 10 minutos o más. 



3.- Se juega 10 contra 10 en un espacio medio. El objetivo es tirar desmarques y pases filtrados efectivos fuera de la zona delimitada. Deben ser pases reales, de partido. Es decir con la intención de encontrar al compañero que ejecutó el movimiento a la zona libre.

Al ser una tarea tan densa en cuanto al número de jugadores y el espacio, la velocidad mental es crucial, ya que será una constante anticipación e interpretación de información por la frecuencia con la que se dará, así como por el poco tiempo y espacio que se tendrá para tomar decisiones. 


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