Tomás Rincón mostró buen nivel físico y mental luego de la
recuperación de sus dolencias que lo alejaron del Calcio el año pasado. Prueba
de ello su limitada actuación en un partido importante ante el Napoli, del cual
Gasparini (DT del Genoa) le dio descanso en la mitad del segundo tiempo.
Cualidades de peso muestra el volante venezolano procedente
de la Bundesliga: armar jugadas de salida y rápida visión de juego. En el
fondo fue regular custodiando incursiones de adversarios hacia la línea final de
zagueros, aspecto que deberá dosificar para convertirse en un mediocampista élite en Italia.
Gestación de
triangulaciones
El vinotinto pudo iniciar dos jugadas rápidas de toque que le dieron
verticalidad al conjunto genovés, una de ellas terminó con gol de su compañero español Iago Falque
Buscando a su compañero entre líneas con Bertolacci sugiriendo la finalización con su rápida corrida hacia la media luna, se entiende de memoria
cuando se presenta la ocasión de sorprender con fluidez. En estas acciones se demuestra que el idioma no ha sido impedimento para calar en su primer año en
el Genoa.
Aprovechando su privilegiado pase filtrado, apoyado por su
capacidad de anticipo digna de mediocentro de liga europea, genera
asociaciones hacia afuera con destino a los extremos adeptos para conseguir un
rematador en el área. Es perfil de ser volante recuperador, pero va mostrando
clarividencia en el planteamiento del estilo italiano.
No todo es perfecto
A la hora del marcaje mostró falencias al darle la espalda
al neerlandés De Guzman, que casi le cuesta caro a su escuadra luego de ganarle
la posición. Se puede ver cómo a la defensiva el ex Táchira no advierte al
futbolista del Napoli.
A los 68 minutos sale remplazado por Juraj Kucka, en orden
de resguardar sus piernas aún resentidas de su lesión. Al final Gonzalo Higuaín
marcó en posición ilícita y desde el punto penal luego de una inexistente falta
en el área para que los napolitanos ganen 2-1, pero el rendimiento colectivo da para
que en el transcurrir de las jornadas lleguen mejores resultados.
Pese a la derrota cabe destacar la madurez que, a sus 27
años, pudo mostrar virtudes tácticas para ser la columna vertebral de una oncena.
Su carrera cimentada en el balompié criollo y pulidas sus capacidades en el
Viejo Continente dan para creer que el tachirense es un potencial capitán de la
selección de Venezuela.
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