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Víctor Grao (@VictorGrao


Generalmente, las películas tienen similitudes. Parámetros que deben ser iguales para darle una trama o una emoción a la misma. Cuando ya se tiene muchos años en el mundo del cine, a veces hasta se pueden anticipar eventos o frases que ocurrirán.

En la película “Batman: el caballero de la noche asciende”, sucede algo curioso. Cuando Batman parece que no tiene más salvación y Bane lo matará, llega “Catwoman” (con quien se había peleado) para salvarlo y ser una heroína inesperada.

Así pasa también en el mundo del fútbol y así le toco a Yerry Mina de Santa Fe, en la Superliga de Colombia. Se jugaba la vuelta en “El Campín” de Bogotá, Atlético Nacional había ganado la ida y el partido era trabado. Las condiciones de la cancha no ayudaban al buen juego y el balón parado era la opción. Cobró el eterno Omar Pérez, el guardameta verde dio rebote y Yerry Mina lo pescó para mandarlo al fondo de las redes.

Un central, de 1,92 metros y 20 años marcaba la momentánea paridad en el global y le daba aliento a los hinchas de “El Cardenal”. Nadie hubiese apostado por él como el anotador en la final, o por lo menos no sobre un gol de Omar Pérez, Morelo o Páez, por ejemplo. Pero Mina sabe de sus habilidades. Luego de marcar sus primeros dos tantos con la camiseta de Santa Fe, le comentó a Fútbol en Red: “Me gusta pisar el área de vez en cuando porque sé que puedo anotar”, y sí que puede.

De hecho, tiene celebración para luego de sus goles: bailar Salsa-choque. Un baile a la que la gente de Guachené (su tierra natal) disfruta desde hace tiempo por lo alegre de la música. En uno de los 42 municipios de Cauca nació Yerry, lugar donde vive su familia. Su madre Marianela González, su padre y su hermano menor, Juan José. El otro hermano de la vive en Bogotá, pero no por él. Ya lo hacía antes, cuando Yerry jugaba con el Deportivo Pasto.

Mina es un futbolista familiar, que ha necesitado su apoyo para salir adelante. Además de ellos, están los amigos, quienes le piden la camiseta siempre después de los juegos: “Felicitaciones, Yerry, mándame la camiseta”, contó.


Yerry Mina, un bailarín, futbolista recio y de buena salida que le da a Santa Fe seguridad y también goles. Eso, lo convirtió en un héroe inesperado. 

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