Jorge Carrasco Cadena (@Elgranxorxes)
“El río
corre de arriba hacia abajo.” Son palabras de mi padre
que en repetidas ocasiones me mencionaba, haciendo alusión a que en cualquier sistema todo fluye a través de un orden jerárquico.
Y es por
esto que en mi experiencia en el futbol, he tenido una predilección especial
por trabajar con el cuerpo técnico por una simple razón: el legado que le puedes dejar a una plantilla
de 30 jugadores y a todo el entorno que los rodea a través de la mente
encargada de dirigir al equipo es impresionante.
La labor
psicológica no se limita solamente a lo motivacional y terapéutico, sino a un
sinfín de funciones que podemos llevar a cabo para que cada elemento del equipo
pueda desenvolverse de manera óptima en sus actividades.
Trabajar
con el entrenador lo pondría en primer lugar, ya que
a través de él se puede proyectar la imagen de identidad usando su esencia
personal como referencia para fortalecer su imagen de liderazgo hacia sus
jugadores y el entorno en general.
Utilizando
herramientas que son muy comunes en el mundo empresarial como desarrollar una misión, visión, valores, objetivos y
filosofía, le da al cuerpo técnico un cierto código de ética interno que le
aporte orden y disciplina a los miembros de la ‘tribu’, así como una
orientación en los momentos adversos, fomentando una constante unión entre cuerpo técnico y jugadores.
Por medio
de la labor de contención,
el entrenador puede encontrar en nosotros un apoyo importante para obtener una
mirada distinta a la que él obtiene desde su lugar dentro del campo. Ampliamos
su campo de visión y esto le sirve para tomar mejores decisiones.
El futbol
actual ya no se limita exclusivamente a la cuestión física, técnica, táctica sino también la
parte psicológica y
últimamente también podemos añadir un rubro muy relevante en nuestros
días: la cuestión mediática.
A través
de la labor mental, se elaboran estrategias
de comunicación interna y externa para proyectar la imagen de
identidad del entrenador, tales como los rasgos
de comunicación verbal y no verbal en
entrevistas y conferencias de prensa.
Aplicar
el trabajo mental con los auxiliares también
es muy importante, ya que al ser el primer filtro hacia los jugadores, se
pueden apoyar con nosotros para aportarles una perspectiva más amplia de lo que
ellos están mirando.
De igual
forma, la labor que se puede realizar con el preparador
físico es muy importante, ya que el aspecto anímico va muy de
la mano con las actividades que se realizan en la preparación física y con
una metodología de entrenamiento basada
en trabajos que desarrollen la psicomotricidad y destreza del jugador,
aunado a los ejercicios físicos en pro al rendimiento, se pueden lograr grandes
mejoras en el desempeño del jugador.
Por
último, pero no menos importante, nuestra colaboración con el entrenador de porteros puede aportar
grandes cosas dentro de esa pequeña ‘tribu’ a través del liderazgo y compromiso, comprendiendo que su rol en el equipo es
especial y con una gran responsabilidad a cuestas, independientemente de
aportar el enfoque mental en la planeación de los entrenamientos específicos
para porteros. Eso no significa que trabajar con los jugadores pase a segundo
término, sino que dentro de un equipo es importante primero ‘cimentar la raíz y posteriormente ir
cuidando las hojas y frutos del árbol’.
Por medio
de la idea que el entrenador y su Cuerpo Técnico van sembrando en la mente de los
miembros del equipo vamos fortaleciendo la imagen de liderazgo, principalmente
en los entrenamientos y dándole seguimiento en los partidos.
Posteriormente
se puede ir trabajando de manera estratégica con cada uno de los jugadores para
potencializar sus cualidades como persona y deportista para el beneficio
propio y del equipo e ir reforzando los objetivos trazados a nivel individual y
colectivo.
Para
ello, suelo sugerirle al entrenador un sistema de alianzas basado en los tipos
de liderazgo que aprendí leyendo de un grande de la psicología deportiva como
lo es Pep Marí.
En primer
lugar, tenemos a los líderes sociales que
son los encargados del buen ambiente de grupo.
- Los líderes anímicos se encargan de mover las fibras sensibles del equipo en momentos trascendentales.
- Los líderes de compromiso son esencialmente ejemplares por su entrega y profesionalismo en todo momento.
- Los líderes estratégicos son una extensión del entrenador en cuestiones tácticas y la comunicación con ellos es más sobre las ideas que pueden aportar en lo táctico para mejorar la estrategia del sistema de juego o impresiones dentro del campo.
- Y por último, los líderes determinantes que son aquellos jugadores ‘diferentes’ que resuelven los partidos en cualquier momento.
Sin lugar
a dudas y volviendo a la frase inicial: “El río corre de arriba hacia
abajo” y considerando esta frase como un hecho,
encontraremos que dejar un legado a través del entrenador siempre va a ser
mucho más satisfactorio que estando ‘en el ojo del huracán’.
Al final,
los protagonistas del futbol son los que están en la cancha, incluido a los del
banquillo y de pantalón largo.
Y
mientras mayor amplitud de observación tengamos de lo que sucede en el entorno
deportivo y extra deportivo, nuestra aportación será
mucho más efectiva para detectar las amenazas que puedan
afectar el desempeño del equipo y por consiguiente, los objetivos planteados
desde un inicio.
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