Roy Galdos (@RRGaldos)
La selección peruana dirigida por Ricardo Gareca tuvo una noche histórica en el Estadio Defensores del Chaco. Una contundente victoria por 1 – 4 sobre la selección paraguaya dejaba atrás 12 largos años sin sonrisas fuera de Lima.
La selección peruana dirigida por Ricardo Gareca tuvo una noche histórica en el Estadio Defensores del Chaco. Una contundente victoria por 1 – 4 sobre la selección paraguaya dejaba atrás 12 largos años sin sonrisas fuera de Lima.
Cuando uno mira el marcador, fácilmente puede
llegar a la conclusión de que Perú fue ampliamente superior. Sin embargo, el
análisis del partido no debería quedar solo ahí. Recordemos que en Lima, el
combinado blanquirojo había superado 1 – 0 a la entonces selección de Ramón
Díaz. La diferencia entre ambas victorias, no es el resultado, sino las
sensaciones que dejó el final del partido.
Los de Ricardo Gareca encontraron en Asunción al
balón como su mejor aliado. Eso no quiere decir que en anteriores oportunidades
no haya sido la premisa, sino que esta vez, la vinculación de los futbolistas
peruanos con el esférico fue el principal camino para superar a un cuadro
albirrojo que se vio sumido en el conformismo luego de conseguir la tempranera
ventaja.
Es fácil darse cuenta la distinta predisposición de
la selección peruana al jugar con el balón a ras de piso: los tan cuestionados
balones largos de Pedro Gallese para Paolo Guerrero no fue parte del plan para
sacar adelante un difícil partido. Asumiendo que la historia peruana dicta que
el mejor juego de la selección se ve cuando los jugadores se asocian a partir
del buen toque de balón, el 1 – 4 tiene un significado distinto si se mira la
forma y el camino que se siguió para llegar al resultado.
Las dudas se disipan con el
balón como aliado
Cuando alguien se pregunta por la línea defensiva
de la selección peruana, no hay dudas en los nombres que quizás ya muchos saben
de memoria: Christian Ramos junto a Alberto Rodríguez como centrales, Aldo
Corzo es el lateral derecho, mientras que Miguel Trauco ocupa la banda
izquierda.
La primera línea de volantes fue ocupada por Renato
Tapia y Yoshimar Yotún, que no se juntaban tras el partido ante Argentina.
André Carrillo y Edison Flores iban abiertos por las bandas, mientras que
Christian Cueva tenía toda la libertad para flotar detrás del único punta:
Paolo Guerrero.
Cuando
recién corrían los primeros minutos, la idea de la selección paraguaya estaba
clara: salir con rapidez y exploxión por las bandas luego de aprovechar el
error en el mediocampo o al sortear la primera línea de presión rival. Junior
Alonso y Óngel Romero por el sector izquierdo y Jorge Moreira junto a Derlis
González por el sector derecho, eran los encargados de recorrer sus sectores
para coger sodrpresivamente a la selección peruana. Los balones siempre tenían
que terminar en los cazadores: Federico Santander y Ángel Romero, siendo el
futbolista del Copenhagen danés el más centralizado.
El gol paraguayo, no solo se centra en el error de
André Carrillo al perder el balón en el mediocampo. Cuando el esférico parte a
los pies de Federico Santander, Renato Tapia sigue al delantero paraguayo
dejando totalmente libre la zona media. Más allá de la poca intensidad que tuvo
para ir a apretar a Santander, el futbolista del Feyenoord no fue respaldado
tras ir a cerrar como lateral.
En esta
imagen queda en evidencia el espacio que tuvo Cristian Riveros para llegar a la
zona libre. Cuando Federico Santader saca el pase hacía atrás, el mediocampista
paraguayo tuvo tiempo suficiente para ejecutar el disparo que venció a Pedro
Gallese.
Tras
ponerse en ventaja, la selección paraguaya dejó de asumir el rol de salir a
buscar el partido –con las variantes antes mencionadas-, para caer en una
postura que le permitió a la selección peruana manejar el balón con mayor
libertad.
La
cosntante movilidad de los futbolistas peruanos, sumado a la rotación del
esférico, atraía a una aglomerada línea defensiva local hacía un sector,
permitiendo la llegada de los mediocampistas. En este caso, tras la asociación
entre André Carrillo, Paolo Guerrero y Edison Flores, Yoshimar Yotún recibe el
balón al borde del área sin marca alguna.
La
postura de los dirigidos por Francisco Arce también le permitió a Perú que
tenga mayor control del mediocampo. Es evidente que, cuando el juego pasa por
los pies de Renato Tapia y Yoshimar Yoshimar Yotún, la pelota llega mejor hacia
los jugadores posicionados en ofensiva. Además, André Carrillo se recogía hacía
el medio para participar en la generación de juego.
En esos
movimientos para encontrar los espacios, hay una labor silenciosa que tuvo
mucha influencia: la de Paolo Guerrero. El delantero del Flamengo entendió que
si caía en el juego de solo estar entre los centrales paraguayos, la fricción
terminaría por aislarlo de las jugadas de peligro. Cuando el 9 de la selección
peruana se recostaba a los lados, sacaba a los defensores paraguayos de su posición,
por lo que Edison Flores y Christian Cueva tenían el espacio suficiente para
sumarse al ataque.
Con Renato Tapia como eje para salir con el balón
desde los pies de Christian Ramos y Alberto Rodríguez, sumado al juego interior
que ofrecía André Carrillo y el constante movimiento los jugadores peruanos,
las opciones de pase aumentaban. Además, Paraguay cometía el error de juntar
sus líneas y aglomerar su línea de volantes.
En la imagen, Rodrigo Rojas, Cristian Riveros,
Óscar Romero, Federico Santander y Ángel Romero rodeaban a André Carrillo,
Christian Cueva y Renato Tapia, liberando el espacio para que Yoshimar Yotún se
asocie. Como consecuencia, Edison Flores también contó con la libertad para
recorrer sin marca el sector izquierdo, y es él quien termina la jugada.
En el inicio de la etapa complementaria, la
selección peruana salió al gramado del Estadio Defensores del Chaco con la
misma predisposición con la que terminó el primer tiempo: presionar en campo
contrario para generar el error rival. Además, Ricardo Gareca continuó con la
idea de intercambiar bandas a André Carrillo y Edison Flores.
La primera presión que genera la ofensiva peruana
hacia los centrales, es clave: luego del saque de esquina que fuerza Paolo
Guerrero, nacen las tres ocasiones seguidas que tuvo Perú en la portería de
Diego Barreto. Como todo en esta vida, las cosas suceden por consecuencia de
algo, y a pesar de que la jugada no terminó en gol, era el primer anuncio de
que el partido que le iba a plantear Perú a Paraguay en el segundo tiempo,
tendría mucha intensidad.
El gol del empate llegaría con el golpe de cabeza
de Christian Ramos, que al llegar a los tres minutos del segundo tiempo, ponía
a tiro a la selección peruana. Sin embargo, en la jugada previa al tiro libre
cobrado por Yoshimar Yotún para el gol de Ramos, Derlis González comete una
infracción en detrimento de André Carrillo.
Al mostrarse muy corta la línea defensiva local,
incluso con Jorge Moreira retrocediendo a su posición, González se ve obligado a
cerrar como lateral originando la falta que derivó en el tiro libre de Yotún.
A diferencia de otros partidos, cada vez que la
selección peruana tenía la oportunidad de aprovechar un contragolpe, utilizaba
la variante que más le acomoda: jugar corto al jugador mejor posicionado para
generar juego. En este caso, quien se muestra es Yoshimar Yotún, y como se
indica líneas arriba, a Perú le beneficia que el esférico pase por él y Renato
Tapia.
El desequilibrio en el marcador a través del gol de
Edison Flores, nace a partir de la premisa con la que Perú ingresó al segundo
tiempo: presión al poseedor del balón para aprovechar el error. La presión
también involucra a Alberto Rodríguez, que tras el error de Gustavo Gómez envía
el pase preciso al espacio que había marcado Christian Cueva.
Luego, ya con el balón en los pies, el futbolista del
São Paulo –que fue quien presionó a Gómez para
forzar el error- sumó a la conducción del
contragolpe, la inventiva e imaginación que pedía la jugada. Con un solo
defensor, Óscar Romero y Junior Alonso siguieron el recorrido de Edison Flores
con poco éxito. Finalmente es el mismo Flores quien anota el segundo para la
selección peruana.
Tras recibir el segundo gol,
Francisco Arce decide enviar a Roque Santa Cruz en lugar del lateral izquierdo
Junior Alonso. Con la salida del marcador de Cerro Porteño, Paulo Da silva,
Gustavo Gómez y Jorge Moreira forman línea de tres paraguaya.
Con estos tres futbolistas en
línea defensiva, Cristian Riveros retrocedía para participar de la circulación
del balón, sin embargo, al no ser una de las características más predominantes
del juego paraguayo, los balones largos a Santa Cruz eran la única variante. Además,
los defensores locales tenían que lidiar con la presión de los atacantes
peruanos.
Con el replanteo de Francisco
Arce, los riesgos que no asumió Paraguay tras el gol de Cristian Riveros, los
asume en un momento donde el hambre de peruana por ampliar la ventaja seguía
recayendo en aprovechar al máximo los errores del rival, como en la Copa
América Centenario.
Con una línea defensiva
desordenada a partir del desorden por buscar el descuento, Paolo Guerrero tenía
mayor facilidad para moverse por el frente de ataque para sacar a los
defensores paraguayos y permitir la llegada de los futbolistas detrás de él.
Con el ingreso de Andy Polo por André Carrillo, Ricardo Gareca refrescó muy
bien el sector derecho.
El cuarto y definitivo gol peruano
no solo llega a raíz de la ubicación de los jugadores peruanos, sino que el
saque de esquina nace a partir de que la anotación de Christian Cueva fue
motivo para conformarse y no seguir buscando la portería de Diego Barreto. Más
allá de que el balón terminó siendo empujado por Edgar Benítez, hay un mérito
de la selección peruana para aprovechar el momento y salir por más.
Conclusiones:
- A pesar de recibir el primer golpe, la selección peruana mostró la misma reacción de partidos pasados, con la diferencia que esta vez pudo sostener el resultado a partir de una propuesta e idea de jugar.
- Ya no hay más vuelta que darle: los balones largos a Paolo Guerrero pueden ser una variante para saltear la línea de presión rival, mas no ser la única alternativa para generar juego.
- Que el balón pase siempre por la zona de gestación: cuando Yoshimar Yotún y Renato Tapia generan juego desde el mediocampo, la selección peruana encuentra claridad para asociarse
- La apertura del marcador termina siendo el argumento castigador de Paraguay: después del gol de Cristian Riveros, a pesar de haber tenido algunas aproximaciones, la selección paraguaya cayó en un vacío que facilito el buen transito del balón para Perú.
- Gran partido sin balón de Paolo Guerrero: por ser el 9, siempre se le exige que anote, sin embargo, hoy no solo es el que tiene que finiquitar las ocasiones de peligro. Guerrero es el líder de un grupo de jugadores y sabe que sus movimientos facilitan la labor de sus compañeros.
- El gol y la asistencia no es lo único que describe el partido de Christian Cueva. El 10 de la selección peruana ha llegado a un grado de maduración en donde sus decisiones con el balón en los pies hablan por él. La confianza, el contexto, la situación son fundamentales para salir adelante, pero sin el carácter, todo lo demás puede quedar sin el sostén que necesita para que influya en un futbolista.
- Hay triunfos que marcan el inicio o el fin de un camino, y la alegría que eso genera es innegable. No obstante, la valoración de un resultado tiene mayor significado cuando se ve más allá de los números: la manera y la forma de ganar es importante si se quiere sostener una idea a largo plazo.
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