Roy Galdos (@chinodelarisa)
Adrián
Zela nunca perdió la paciencia. Siempre fue consciente de sus capacidades y de
que el sacrificio que hacía partido a partido, vistiendo la franja de Deportivo
Municipal, tarde o temprano iba a tener respuesta.
Los
años que estuvo alejado del fútbol le enseñaron a valorar cada día de esta
profesión. Cada momento, cada tristeza –como la del año pasado tras perder el
pase a la final ante Sporting Cristal-, cada derrota, cada victoria, y sobre
todo cada instante de felicidad. Por eso, cuando recibió la llamada de la
Federación Peruana de Fútbol para darle la noticia de su convocatoria, él lo
disfrutó como un triunfo personal. Como un capítulo esperado de esta historia
que empezó a escribir el Bolognesi de Tacna, allá en el 2008.
¿Cómo
recibiste tu convocatoria para los partidos de repechaje?
Para
mí, el logro más grande personal, siempre lo dije, era estar en la selección
nacional. El honor más grande que puede tener un jugador de fútbol es vestir la
camiseta de su selección.
¿Anteriormente
habías tenido contacto con el comando técnico de la selección?
Yo no
había tenido comunicación directa con la Videna y por ende pensaba que quizás
no estaban viendo mi trabajo. Pero cuando llegué, me di cuenta que estaba
equivocado. El cuerpo técnico sí se fija en los jugadores del torneo local al
igual que los jugadores peruanos que están afuera. Eso lo pude ver cuando
estuve adentro. Me mostraron distintas estadísticas y número sobre mis partidos
en el Deportivo Municipal, me dijeron en que cosas estaba bien y en que debía
mejorar.
¿No
tuviste problemas en adaptarte al grupo y al método de trabajo del comando
técnico?
La
verdad que no. Me sentí cómodo desde el primer día. Estoy agradecido por el
buen ambiente con el que me recibieron. Fue un ambiente de trabajo muy tranquilo,
un grupo muy solidario y eso me facilitó las cosas para luego estar bien en lo
deportivo.
Además,
ya has tenido la oportunidad de compartir equipo con algunos de los
seleccionados…
De
los que estaban en la selección al que más conocía era a Aldo (Corzo). Tengo
una amistad con él de años. Conocía a otros a los que había enfrentado en el
torneo local. En general todos me hicieron sentir muy cómodo. La vibra del
equipo también ayudó muchísimo.
¿Cómo
fue tu primer contacto con Ricardo Gareca?
Como
era el primer entrenamiento, tuvo una conversación con todo el grupo y lo
primero que hizo fue darme la bienvenida. Me dijo que me sienta muy cómodo, me
habló de lo que quería del equipo, de las características del rival y que
esperaba de mí para estos partidos.
DEBUT Y CLASIFICACIÓN
Para
encontrar algún recuerdo vistiendo la rojiblanca, Adrián tenía que remontarse
hasta el 2009. En aquel año formó parte del plantel Sub-20 que participó en el
Sudamericano de Venezuela. Aldo Corzo y Luis Advíncula, quienes lo acompañan en
la selección absoluta, también fueron parte de esa aventura.
¿Cómo
viviste el ambiente en el Estadio Nacional antes, durante y después del
partido?
En
general, el ambiente en el estadio era muy emotivo. El momento en que nos toca
cantar el himno, me estaba aguantando las ganas de querer llorar de la emoción.
Es algo que ni siquiera podría escribirte en palabras, tendrías que estar ahí
para saber a qué me refiero. Fue increíble ese momento. Luego el resto del
partido estuve observando desde la banda hasta el final que me tocó entrar que
es una experiencia a la cual estoy muy agradecido. Primero que me lo voy a
llevar como recuerdo y anécdota para toda mi vida. Segundo porque me aliena
mucho para seguir trabajando fuerte y duro para ser considerado más adelante.
¿Qué
te pidió Ricardo al momento de tu ingreso?
Básicamente
en ese momento los ataques de Nueva Zelanda eran pelotazos a Chris Wood. Lo que
quería Ricardo era contrarrestar esos balones largos y me pidió que apoyara a
Ramos y a Rodríguez. En el poco tiempo que me tocó estar traté de cumplir de la
mejor manera para lograr el objetivo esperado por tantos años.
Fue
tu debut con la selección absoluta y coincidentemente el partido que significó
la clasificación al Mundial…
No
hubiera podido imaginarlo mejor. Siempre he querido jugar por la selección
peruana, se me dio la oportunidad ahora y justo coincide con la clasificación
al Mundial.
Pese
al poco tiempo, también contribuiste en la consecución del objetivo…
Estoy
enormemente agradecido por haber sido participe de este logro. Es lo que tengo
que decir desde lo personal, pero también es importante resaltar que esta meta
que hemos conseguido no solamente es producto de quienes estuvieron es día
contra Nueva Zelanda, sino de muchos jugadores que estuvieron a lo largo del
proceso y que aportaron para que esta meta se consiga.
LA HISTORIA CONTINÚA
Adrián
no quiere que la alegría quede ahí. Ahora que ya sabe que la brújala de la
selección apunta a su nombre, quiere seguir aportando para que el sueño
continúe. Así como luchó para llegar, quiere ratificarlo en los próximos meses
para tener un lugar en el avión con destino a Rusia.
¿Te
sientes capacitado para formar parte de la lista final que irá al Mundial?
Me
siento totalmente capacitado. Sé que al igual que yo hay muchos jugadores que
vienen haciendo las cosas bien y que seguramente tienen muchas ganas de estar
en la lista de veintitrés. En lo personal pienso trabajar duro, entrenarme de
la mejor manera para estar bien si es que se me da la oportunidad.
Habrá
una sana competencia para formar parte de esta lista de veintitrés…
Asumo
que mis compañeros harán lo mismo y eso beneficiará a la selección. Al final lo
que todos queremos es que los que vayan al Mundial hagan un buen papel. Yo
espero estar, pero siempre pensando primero en el bien del equipo.
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